martes, 31 de diciembre de 2013

Soñar es gratis

Publicado en Diario de Mallorca el 31/12/13

  LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY

 Nacionalidad: Estados Unidos, 116 min. Director: Ben Stiller. Actores: Ben Stiller, Jennifer Aniston, Sean Penn

Los créditos iniciales remarcan que es una adaptación del relato original de James Thurber, no un remake de la película protagonizada por Danny Kaye. Ese relato era una irónica réplica a la autobiografía de Salvador Dalí. La posterior película interpretada por Dannny Kaye, remarcó con solvencia la incomprensión de los que sueñan despiertos y el alienamiento sutil y estricto de la clase media, muy marcado en la posguerra. Ben Stiller ha considerado que la crisis actual está provocando una situación parecida. Su Walter Mitty del siglo XXI trabaja en una emblemática revista, en pleno ERE por culpa del tsunami cibernético. Gracias a un aventurero fotógrafo (Penn) consigue romper sus cadenas internas, lanzarse a la aventura y ganarse el amor de su bella colega (Aniston).

La intención es buena, pero se queda ahí. El guión (sospecho que por afán de llegar al quimérico gran público) encorseta a los personajes, fuerza situaciones inverosímiles e inserta constantes frases de autoayuda hasta un extremo infantiloide. Provoca que una historia de liberación personal suene a señuelo, o sarcasmo, cuando millones de personas son incapaces de encontrar un empleo a pesar de su formación y esfuerzo.
Cuando un actor consolidado decide dirigirse a si mismo provoca un automático enarcado de cejas. Salvo estadísticas excepciones (Woody Allen, Clint Eastwood, Charles Laughton, George Clooney) se intuye que les mueve la vanidad, demostrar que no son 'muñecos' (como se les conoce en la profesión). Ben Stiller confirma, por desgracia, que sólo es un buen intérprete. La vida secreta de Walter Mitty es un precioso spot publicitario, con una excelente banda sonora y un empalagoso y hueco guión.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Lujuria menos celos

Publicado en Diario de Mallorca el 29/12/13
 
NYMPHOMANIAC -1ª PARTE

Nacionalidad: Dinamarca, Reino Unido, 122 min. Director: Lars von Trier. Actores: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgard, Stacy Martin, Shia LaBeouf

Completa el cineasta danés su trilogía sobre la depresión, tras Anticristo y Melancolía. Tras ver la primera parte de Nymphomaniac, depresión es un término demasiado simple y limitado. Von Trier reflexiona sobre la condición humana,  el torbellino de pulsiones, emociones y pasiones con que lidiamos constantemente. Y lo hace, muy propio de él, llevándolo al límite.

Formalmente se muestra muy muy juguetón: estructura capitular, flashbacks, rótulos, subrayados con imágenes de archivo o fijas para crear contrapuntos cómicos, cámara inquieta, picados, contrapicados, primerísimos planos. Y banda sonora igual de provocadora y ecléctica (desde el hard metal alemán de Rammstein a Beethoven o Cesar Franck pasando por Steppenwolf). El guión, la historia, es otro bendito desvarío. Recurre a constantes metáforas, la pesca con caña, la botánica, la zoología o los números de Fibonacci. La división en dos partes, parece que no del todo aprobada por el cineasta, muestra una división tonal: comedia en esta primera parte; drama (extremo, por lo que se intuye en los créditos finales) en la segunda. Como tema, la ninfomanía es una excusa, la punta del iceberg de algo más profundo: los desajustes entre los impulsos genéticos y el complejo entramado de las relaciones sociales. Se acepta la liberación sexual con muchos condicionantes; se reconoce que la pareja es una fuente de estabilidad, placer y a la vez de insatisfacción; y se reprimen las alternativas. La protagonista viene a ser, con sus ardores biológicos, como un radical libre, revolucionando y destrozando a todos lo que se acercan a ella. Excelentes también, sinónimo de implicación total, los actores, especialmente la joven Stacy Martin.

martes, 24 de diciembre de 2013

Para Jim

Publicado en Diario de Mallorca el 24/12/13

SOBRAN LAS PALABRAS
 

Nacionalidad: Estados Unidos, 93 min. Director: Nicole Holofcener. Actores: James Gandolfini, Julia Louis-Dreyfus, Catherine Keener, Toni Collete

El amor no tiene edad. Lo de la media naranja es un invento, un señuelo para vender libros, discos o entradas de cine. La vida en pareja es algo más/muy mundano, complejo, exigente. Pico y pala, negociación permanente, aceptar las (muchas) imperfecciones del otro a cambio de compañía, de complicidades, de apoyo. De esto trata Sobran las palabras. Los protagonistas (Gandolfini y Dreyfus) son dos divorciados con sus respectivas hijas a punto de emigrar a la universidad. Los dos reconocen las cicatrices de sus fracasos anteriores pero siguen creyendo en el amor. Un malentendido, mejor dicho una humana indecisión, resquebraja su ilusión. Además de mantener la tensión semicómica con el malentendido, la guionista y directora Nicole Holofcener, muestra también mucha finura y sensibilidad con las tramas secundarias de las adolescentes, ansiosas por emanciparse, desgastadas también por la convivencia, y aunque les cuesta reconocerlo, agradecidas a sus progenitores.

Los créditos finales dedican el filme a James Gandolfini, fallecido hace unos meses. Su nombre estará asociado para siempre con Tony Soprano, el premiado mafioso televisivo. En la serie, en su carrera, en esta (su penúltima) película, mostró un excelso talento para explotar el contraste entre su rotundo físico y su mirada de niño travieso. Le da réplica Julia Louis-Dreyfus, asociada, igualmente para bien, con la expareja ficticia del comediante Jerry Seinfield. El desequilibrio físico entre ambos es total, pero gracias a su oficio, al pulido guión (sin estereotipos, sin ñoñeces) y a la discreta realización, (sin temitas pop para provocar la lagrimita fácil) nos creemos su romance, compartimos sus ilusiones, sus miserias, sus tropiezos, sus reincorporaciones.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Vivir o sobrevivir

Publicado en Diario de Mallorca el 16/12/13

12 AÑOS DE ESCLAVITUD

Nacionalidad: Estados Unidos, 134 min. Director: Steve McQueen. Actores: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Adepero Oduye, Benedict Cumberbach

Bienvenida la racha de películas sobre el esclavismo. Porque es un drama, planetario, que sigue sin erradicarse. Lo sufren, en el siglo XXI, ciudadanos africanos, orientales y mujeres de todo el mundo arrojadas al pozo del comercio sexual. En 12 años de esclavitud se plantea una vez más el dilema de buscar al gran público con una obra bastante digerible (a lo Spielberg), tantear la fusión de géneros (Tarantino) o llevar el drama al límite. Steve McQueen  se queda, astutamente, entre medias.

En la primera mitad del filme se  aprecia una voz propia y una gran solidez del cineasta. El ritmo y actuaciones excelentes están reforzados con la fotografía: alterna primerísimos planos con paisajes que refuerzan la soledad y penurias de los personajes, y utiliza segundos y terceros planos para acentuar el dramatismo de alguna escena. Y con la banda sonora, acentuando los sonidos del ambiente o las respiraciones de la gente. La segunda mitad del filme pierde algo de chispa. Se mantiene el pulso y la empatía con los esclavos pero esa parte podrían firmarla Spielberg o Ron Howard. Respecto a la violencia explícita, se limita a tres secuencias y son algo menos extremas que las de Django desencadenado. Volviendo con las actuaciones, Ejiofor está magnífico sin llegar a memorable. Fassbender borda un papel dificilísimo; a un personaje tan despreciable y monolítico le da vida con una intensidad extrema y un excelente juego de miradas y movimientos. La película por tanto es buena, conmueve sin llegar a ser insoportable, recuerda que el esclavismo es deleznable y no está erradicado. Pero le sobra el barniz, creciente hacia el final, de 'vidas ejemplares'.

Sin funeral

Publicado en Diario de Mallorca el 11/12/13

TRES BODAS DE MÁS

Nacionalidad: España, 94 min. Director: Javier Ruiz Caldera. Actores: Inma Cuesta, Martín Rivas, Quim Gutiérrez, Paco León, Rossy de Palma

Del director de Spanish movie no se puede esperar que haga Historias de Filadelfia, es de perogrullo. El título y los primeros compases de Tres bodas de más son elocuentes: se intenta fusionar la buena comedia gamberra americana reciente (liderada por el director/guionista/productor Judd Apatow) con las comedias de la productora inglesa Working Title (Cuatro bodas y un funeral, El diario de Bridget Jones, Love Actually). El argumento narra las penurias de una moderna solterona, investigadora científica requerida con ahínco por sus ex para adornar sus bodas, que recurre a la abnegada compañía de su becario ayudante.
Cuando Ruiz Caldera remeda a Apatow es brillante. En su casilla, por supuesto. Recurre a gags sobre sexo, drogas o escatología pero son originales y desacomplejados (el accidente de la parapléjica). Reforzados, o salvados, por el acertado reparto. Inma Cuesta y Quim Gutiérrez tienen experiencia en el género y se sueltan bien. Paco León y Berto Romero son cómicos puros y lo demuestran. Rossy de Palma está hilarante. Sin embargo, cuando apela a la lagrimita, el filme decae. Liba en exceso de Bridget Jones. La película, que a su vez dejó escapar muchos matices del libro. Y falla en lo más importante de ese género: la química entre los actores. Mientras Inma Cuesta cumple, Martín Rivas (un correcto actor de dramas televisivos) es demasiado imberbe. Le falta vis cómica o carisma que trascienda a su agraciado palmito. En otros apartados la película muestra idénticos desequilibrios: Ritmo excelente, puesta en escena demasiado cool y banda sonora entre tópica (Pavo real, Carrie) y exquisita (versión femenina del Everybody hurts de R.E.M.). Veredicto: Buena comedia gamberra, pasable comedia romántica. 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Eterna senectud

Publicado en Diario de Mallorca el 9/12/13
 
LE WEEKEND

Nacionalidad: Reino Unido, 93 min. Director: Roger Mitchell. Actores: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum

Hanif Kureishi es considerado uno de los mejores escritores británicos de las últimas décadas. (Mi hermosa lavandería, Intimidad, Venus). El guión de Le week-end aborda el tema de la senectud con una pareja de profesores ingleses (Broadbent y Duncan) que se escapan a París a celebrar sus tres décadas juntos. El tema se puede resumir una vez más con la frase lapidaria de Mae West (la vejez no es para cobardes) en formato Linklater (Antes del amanecer/atardecer/anochecer).

Es una historia agridulce ligeramente decantada hacia el drama, sin llegar a los extremos de Amor o algún Dogma. Tiene situaciones algo forzadas (los caprichos y consecuentes dificultades financieras) y exagera el contraste triunfador-perdedor en la cena del colega. Todo ello se compensa por la fortaleza de la pareja protagonista. A nivel de guión, son unos personajes muy reales y reconocibles, con muchísimos matices. Él está colado por ella e intenta poner buena cara a un nubarrón profesional. Ella se deja querer, disfruta más los placeres cotidianos y flirtea con la tentación de soltar amarras. La pareja de actores se sale. Jim Broadbent se ha especializado en vejetes sufridos (Iris, La dama de hierro, Another year) o chiflados (El atlas de las nubes, Harry Potter) bordando una y otra vez sus papeles. Lindsay Duncan, más curtida en los teatros, le replica con vitalidad y aplomo. Goldblum intenta alcanzarles con un personaje más limitado. La dirección de Roger Mitchell es discreta (sin ser peyorativo) y atinada cuando cierra el plano sobre los protagonistas. Buena, equilibrada comedia romántica. Con menos jóvenes pero igual de sufrientes amantes.

Algo se mueve

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 5/12/13



PASEO DE RONDA

1. La decisión de rebajar los precios de las entradas de cine por parte de algunos exhibidores era de cajón. Y aún así no será el santo grial. La médula del problema, reitero, es muy profunda y firme: Hay un exceso de oferta, de producción de películas. En España y el resto de países con una industria audiovisual mínimamente asentada. Al mismo tiempo la crisis está laminando a la clase media, el grueso de los espectadores. La subida del IVA ha sido la última puñalada pero el empalamiento fue previo. Profundizando aún más, con independencia de la inepcia o malicia de los políticos, este empobrecimiento de muchos ciudadanos proviene de que los diversos sistemas económicos se están quedando sin fuelle. Han llegado a un punto en el que no son capaces de crear empleos al mismo ritmo que el crecimiento de la población. ¿Qué hacer entonces? Como dijo Rafa Nadal una vez, concentrarse en luchar por cada punto. Internet y los videojuegos también están dando muestras de fatiga. Para mucha gente, más en invierno, el cine sigue siendo una buena excusa para salir de casa. Ajustando costes y precios y afinando, más aún, en la selección de películas, se podría atraer a una parte de la añorada audiencia.

2.Pongámonos más intranscendentes. La vida (en Hollywood) sigue con los frenazos y acelerones habituales. Terminator 5 lleva meses, años, apareciendo en los cotilleos cual ojos del Guadiana. Incluso se ha puesto en duda la presencia de Schwarzenegger. Su palabra es tan fiable como la de un (ex) político. Sobre el argumento, todo apunta a un reboot, un reinicio, una precuela, formato, moda, sobreexplotado últimamente por la meca del cine.

3.Otro proyecto que (interesadamente) no deja de alimentar rumores es la adaptación de 50 sombras de Grey. Hubo jaleíllo con el casting (un juego de parvulario comparado con el de Apocalypse now). Para endulzar aún más el merengue como fecha de estreno se anuncia el día de los enamorados de 2015. No me busquen en una sala de cine ese día.

4. Repaso a las recaudaciones. Gravity es una de las sorpresas del año con más de 500 millones de dólares recaudados. Una historia simple, bien contada y que atrapa desde el primer al último minuto. Las secuelas o franquicias (Iron Man 3, Mi villando favorito 2, Fast & Furious 6) copan el podio. El gran Gatsby, lastrada quizás por las malas críticas, apenas ha obtenido beneficios. Darán juego (beneficios) la recién estrenada segunda parte de Los juegos del hambre y, sobre todo, el cierre de El hobbit, cuya primera entrega superó los mil millones de dólares. El cine español tirita, mucho. Almodóvar de capa caída, a Amenábar no se le espera hasta 2015 y Bayona se ha embarcado en una mini serie de tv para el Reino Unido.

12 pintas

Publicado en Diario de Mallorca el 4/12/13

BIENVENIDOS AL FIN DEL MUNDO

Nacionalidad: Reino Unido, 109 min. Director: Edgar Wright. Actores: Simon Pegg, Nick Frost, Pierce Brosnan, Rosamunde Pyke

Cinco jóvenes adultos intentan completar un maratón etílico: doce bares de su barrio, doce pintas de cerveza (mínimo) cada uno. El protagonista (Pegg) se queda a las puertas del último pub, El fin del mundo del título. Con cuarenta años y tras muchos tumbos, decide reunir a la panda e intentar de nuevo el reto.

Tras Zombies Party y Arma fatal, Bienvenidos al Fin del mundo completa la trilogía de comedias gamberras y paródicas armadas por Edgar Wright (director y guionista), Simon Pegg (coguionista y actor) y Nick Frost (actor). La química entre ellos es total por: a) El guión. No es un humor sofisticado ni excesivamente negro, no recurre a la escatología digestiva ni abusa de los tacos, y sorprende. Además utiliza con eficacia los gags de repetición o la voz en off en la introducción inicial. Y justo cuando la historia parece estancarse, le da un giro sobrenatural/paródico que vuelve a dispararla. b) Los personajes tampoco son nada especial, ni tienen mil matices, pero sus ganas de comerse (y beberse) el mundo a los veinte años y la aversión a eso mismo a los cuarenta son muy reconocibles. Trata bien el tema de la madurez personal: la presión social para adocenarse y procrear, el rechazo a los cuarentones que intentan divertirse. c) El contraste físico entre la delgadez y el rostro aniñado de Simon Pegg y el orondo Nick Frost es total. Y d) La banda sonora es otra delicia, Primal Scream, Blur, Suede, Pulp, Beautiful South y el Alabama song de The Doors. El resultado es una oda a la amistad, una comedia gamberra, inteligente y nostálgica a partes iguales.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Jugar con fuego

Publicado en Diario de Mallorca el 1/12/13

EL CONSEJERO

Nacionalidad: Estados Unidos, 117 min. Director: Ridley Scott. Actores: Michael Fassbender, Javier Bardem, Penelope Cruz, Cameron Diaz, Brad Pitt

Corramos un velo sobre la primera época de Ridley Scott (Los duelistas, Blade Runner, Alien). Seguro que él mismo la considera un pecadillo de juventud. El cineasta británico llegó de la publicidad y, tras ese paréntesis inicial, regresó a sus fueros. Películas comerciales, más o menos entretenidas, con grandes actores. Y huecas.

En esos parámetros hay que analizar su última obra. Cormac McCarthy es un novelista/guionista de moda (No es país para viejos, La Carretera). Pasajera, posiblemente, como Barry Gifford hace un par de décadas. En El consejero (traducción más ajustada sería “El letrado”) la originalidad que aporta McCarthy es narrar una historia de narcotraficantes latinoamericanos desde el punto de vista del abogado de uno de ellos (Fassbender). Hombre blanco, amante del lujo y muy seguro de sí mismo. Tanto que no es capaz de comprender que en la ecuación riesgo-beneficio el primero es infinitamente superior al segundo. El resto de personajes son un narco y su mujer (Bardem y Díaz), un intermediario (Pitt) y otro letrado mejicano. Las actuaciones son notables; Fassbender muy sobrio, Bardem estudiadamente desatado, Pitt en su su línea, y un guiño cinéfilo con el alemán Bruno Ganz. La puesta en escena es demasiado cuidada. Horteras con criterio, adjetivo incompatible con esos malandros. Y el guión tiene ritmo, diálogos picados y suspense, pero se queda ahí. Omite las conexiones políticas del negocio y los personajes no se mueven de sus casillas, no evolucionan, no sorprenden, no conmueven. El consejero queda como una decente incursión de Ridley Scott en el narcothriller. Digna, aunque a años luz de Traffic de Soderbergh o la novela El poder del perro de Don Winslow.

Fin del (breve) parentesis

Motivos personales (hiperactividad personal y laboral, básicamente), o sea, escasez de tiempo, me han forzado a dejar este blog unas semanas en barbecho. Lo retomo, con promesa de actualizarlo con la prontitud habitual (2-3 veces por semana). Disculpen las molestias. Fernando A.