martes, 28 de abril de 2015

Paula ya es una mujer

Publicado en Diario de Mallorca el 28/4/15


LA FAMILIA BELIER

Nacionalidad: Francia, 106 min. Director: Eric Lartigau. Actores: Louane Emera, François Damiens, Karin Viard, Eric Elmosnino
Calificación: ***1/2

Las discapacidades físicas (limitantes de movilidad -excepto la tetraplejia- o las que afectan a los sentidos) son menos excluyentes socialmente que las psíquicas. La familia Belier narra el rito de paso a la madurez de una adolescente del mundo rural (Emera). Sus desventuras son las habituales de esa franja edad: sufre la primera menstruación, el primer flechazo desbocado, intenta que sus padres (Viard y Damiens) no controlen demasiado su vida y descubre gracias a un profesor del instituto (Elmosnino) una incipiente vocación profesional como cantante. La diferencia con millones de chicas de su edad es que sus padres y su hermano son sordos. Ella no, y además de ayudarles en la granja, se ocupa de gestiones burocráticas y hacer de intérprete para ellos. Abandonar el nido, acudir a la universidad en Paris, es una decisión nada sencilla.

El mérito de la película es que, sin llegar a ofrecer ninguna novedad o personajes memorables, es emotiva y divertida. Sin genialidades y, lo más importante, esquivando la blandura, el costumbrismo rancio. La realización no evita cierto bucolismo, en la granja o el mercadillo municipal, pero acierta con subtramas y actores de físicos peculiares como el padre (Damiens, destacado en La delicadeza), presentándose a las elecciones municipales o el profesor de música (Elmosnino, soberbio en Gainsbourg) eligiendo un tema popular para el concurso escolar de canto (imagínense a una aspirante a triunfita eligiendo a Camilo Sexto en la selección previa). La protagonista, Louane Emera muestra mucha naturalidad, sorprendente talento de actriz y la guinda de una gran voz. Película equivalente a Pride o Pequeña Miss Sunshine, positiva y empática.

domingo, 26 de abril de 2015

Siete edades

Publicado en Diario de Mallorca el 27/4/15


LA SOMBRA DEL ACTOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 102 min. Director: Barry Levinson. Actores: Al Pacino, Greta Gerwig,
Calificación: ***1/2

Al Pacino (75 años) compró los derechos de una novela de Philip Roth (76 años en el momento de escribirla) que ha dirigido Barry Levinson (73 años). El curriculo de los tres es largo e impresionante. El tema de esta obra va de un maduro actor en crisis (Pacino, quien si no) que se encierra en su mansión y recupera el ego gracias a una pizpireta joven (Gerwig). Calenturas de septuagenarios es el pensamiento automático que provoca. O búsqueda del duende creativo perdido.

La sombra del actor es eso y más. Es evidente que el trío ha dejado atrás sus momentos de gloria. A nivel de guión, la trama del hombre maduro y la joven tiene muchos y mejores precedentes; la crisis creativa remite a una odiosa comparación con Birdman; y  Shakespeare entra con calzador. Levinson, en la realización tiene tics de principiante; y Pacino parece a ratos que se llega a creer un mal actor. Todo eso va a la columna del debe. En la del haber hay que anotar las referencias a la muerte de Hemingway, la mezcla de desvaríos del protagonista con la realidad, una escena de comedia antológica en la sala de espera del veterinario, la del teatro entre Dianne Wiest y Al Pacino, y un rencor, un cinismo larvado en toda la obra. El ritmo es otro tanto, y algunos temas de la banda sonora. Y Pacino suelta fogonazos del inmenso actor que sigue siendo por muy cansado o churruscado que esté. Brillan también otra veterana (Wiest) y la belleza muy natural de Greta Gerwig (Frances Ha). Película extraña, pero con suficientes destellos para ser disfrutada.

martes, 14 de abril de 2015

Amar en tiempos de preguerra

Publicado en Diario de Mallorca el 14/4/15


LA CASA DEL TEJADO ROJO

Nacionalidad: Japón, 136 min.Director: Yoji Yamada. Actores: Takaku Matsu, Haru Kiroki, Hidetaka Yoshioka
Calificación: ***

Yoji Yamada (83 años) es uno de los cineastas más longevos del país del sol naciente, con 84 películas firmadas como realizador y casi un centenar y medio como guionista. En La casa del tejado rojo adapta una novela de Kyoko Nakajima. Narra, con saltos entre presente y pasado, la vida de la sirvienta de una familia acomodada de Tokio –no noble ni súper rica- en la década previa a la II Guerra Mundial. 

La historia tiene cierta similitud con la reciente película de animación El viento se levanta (Hayao Miyazaki) o varias de Wong Kar-Wai, aunque aquí se desarrolla casi toda intramuros. El interés para los espectadores occidentales es histórico-antropológico, mostrar cómo era la sociedad nipona en ese período de entreguerras. El retrato, siendo muy canónico, es interesante. Sobre todo porque muestra el machismo secular y la soberbia que contagió a la sociedad japonesa entera (como ocurrió a los alemanes en los primeros años de Hitler) y les condujo –a pesar de estar sufriendo serios reveses bélicos en China- a minusvalorar a los norteamericanos. Sin embargo el cogollo del argumento –un caso de adulterio- es ambiguo. La criada protagonista tiene un papel excesivamente sumiso, de sufridora. Además, no se llega a cuestionar ese estatus secundario de las mujeres; la conducta de su ama se atribuye a un amour fou, no a una válvula de escape en una sociedad nada igualitaria con ellas. La duración del filme también es excesiva para un incidente de potencia dramática tan limitada. La puesta en escena trasluce abuso de los decorados; las interpretaciones en contrapartida, son muy convincentes. 

domingo, 5 de abril de 2015

Perro atado

Publicado en Diario de Mallorca el 5/4/15



GETT: EL DIVORCIO DE VIVIANE AMSALEM

Nacionalidad: Israel, Francia, Alemania, 115 min. Director: Ronit Elkabetz, Shlomi Elkabetz
Actores: Romit Elkabetz, Simon Abkarian, Gabi Amrani
Calificación: ****1/2

En Israel, como por desgracia en muchos países, el matrimonio sigue siendo un contrato exclusivamente religioso. Se permite el divorcio aunque sometido a unos tribunales eclesiásticos. Gett muestra la escasa justicia que imparten esos jueces. O mejor dicho, la gran injusticia de la ley rabínica, que favorece a los hombres (maridos y jueces siempre masculinos) y deja a las mujeres a su merced. En casos extremos, adulterio o violencia doméstica demostrada, sí conceden la separación. Cuando el motivo es la pérdida de afecto o la violencia psicológica, dudan. Y en la duda prevalece el machismo de un patriarcado muy opresivo.

La película desarrolla un juicio a lo largo de varios años, promovido por la mujer (Elkabetz) para liberarse de su marido (Abkarian). Un único escenario, la sala del tribunal y la antesala de espera. Los personajes son ellos dos, sus abogados (el de él es un rabino hermano de ella y en nada la ayuda), los tres jueces y varios testigos. Ella es tozuda, no se resigna a pasar el resto de su vida como un animal doméstico sujeto a los caprichos de su amo. Él es un lobo con piel de cordero. Alega amor, incapacidad para desvincularse emocionalmente de ella. No llega a ser odioso porque aparenta ser un Bartleby, un determinista pasivo. En el fondo es una roca, sin alma, convencido de que su mujer es una propiedad. Otros dos personajes clave son el juez principal, igual de insensible que el marido, y el abogado de ella, laico, persistente y vehemente. Otro acierto del filme es que no acaba en tragedia. Esa lucha tan desigual, tan creíble y con un planteamiento tan austero, atrapa al espectador.