UNA SEGUNDA MADRE
Nacionalidad: Brasil, 114 min. Director: Anna Muylaert. Actores: Regina Casé, Camila Márdila, Michel Joelsas
Calificación: ***1/2
Val (Casé) es una mujer mayor que trabaja interna para una familia adinerada de Sao Paulo. La visita de su hija (Márdila), a la que no ve desde hace una década, trastoca a todos. La puerta de la cocina en esa casa es como la reja que separaba las cubiertas inferiores y superiores del Titanic. La película, con acontecimientos mínimos pero con unos personajes muy reales y matizados, plantea todos los temas asociados al clasismo: el principal, la fragilidad de ese umbral, la difusa línea entre el respeto de un empleado hacia su empleador y el servilismo que, por desgracia, sigue brotando en esos ambientes en casi todo el planeta. Val es tan buenaza e ingenua que no es capaz de apreciar las humillaciones sutiles de su jefa. Su hija es más lúcida y a la vez demasiado irrespetuosa. Una trama también muy bien desarrollada es la relación entre madres e hijos: Val ha sido una madre ausente para su hija y una madre real con el hijo de sus dueños, por pasotismo de ellos. Con la paradoja de que la adolescente madura, se pone las pilas, y el joven con más recursos cede a la sobreprotección y fracasa. Y otra paradoja en el matrimonio rico; él ha heredado muchos bienes y se dedica a un perezoso y estéril ‘far niente’; ella trabaja, es más útil a la sociedad, pero se pavonea sin rubor de su clasismo. Los actores, todos, se meten con naturalidad en sus personajes. La fotografía y la música son aún más discretas, para no restar protagonismo al guion.