miércoles, 30 de noviembre de 2011

Don Juan Mimozo

Publicado en Diario de Mallorca el 30/11/11

EL GATO CON BOTAS

Nacionalidad: Estados Unidos, 90 min. Director: Chris Miller. Actores: (animación)

Anticipando el agotamiento de la franquicia Shrek, los productores y animadores de Dreamworks eligieron como protagonista de un spin-off al gato con botas, cuyo breve papel (y el doblaje de Antonio Banderas) fueron alabados. El argumento mantiene un mínimo vínculo con el creador original (Perrault en el siglo XVII) al juntarlo con otros dos personajes de la misma selección de cuentos, el huevo Humpty Dumpty y Mamá Ganso. A partir de ahí se aparta a Perrault y se vira hacia el spaguetti-western, con alguna referencia a El Zorro (personaje interpretado en su momento por Banderas). Se completa el elenco con un matrimonio de forzudos y toscos bandidos (Jack y Jill) que compiten con el protagonista por obtener las alubias mágicas y acceder a los huevos de oro; y la felina Kitty Garrassuaves (voz de Salma Hayek). Con ella y con el huevo parlante, el enbotado minino tendrá una relación de agitados altibajos.

La animación computerizada es de gran nivel, aunque las recreaciones del desierto no están tan trabajadas como en Rango. Destaca más por el vivo guión, que explota muy bien el carisma, la simpática chulería, del gato (reforzada por los ceceos y el gran acting de voz de Banderas), la dicotomía bondad-maldad de Humpty y la tensión amorosa entre los dos felinos, con algunos diálogos muy finos y divertidos al mismo tiempo. No faltan numeritos musicales y escenas claramente concebidas para el videojuego. Como ocurrió con Shrek, Dreamworks no ha pretendido igualar la originalidad de las películas de Pixar, pero ha encontrado un camino propio para entretener por igual a niños y mayores.

martes, 29 de noviembre de 2011

Gajes del oficio

Publicado en Diario de Mallorca el 29/11/11

UN METODO PELIGROSO

Nacionalidad: Canadá, 99 min. Director: David Cronenberg. Actores: Michael Fassbender, Keira Knightley, Viggo Mortenensen

Desde La mosca, David Cronenberg ha buscado, con mayor o menor fortuna, historias desasosegantes. En los últimos años se ha adocenado y cuajado al mismo tiempo. Un método peligroso narra los comienzos del psicoanálisis, la relación profesional entre Carl Jung y Sigmund Freud y la interposición entre ellos de una paciente, Sabrina Spielrein que pasó de paciente a doctora.

Mirando el cartel (el ticket, como dicen los americanos), el cineasta canadiense se ha rodeado de pesos pesados: el dramaturgo Christopher Hampton es un especialista en dramas históricos (Las amistades peligrosas, Mary Reilly, Expiación). Los actores principales intentan que anteriores participaciones en películas muy taquilleras (Michael Fassbender en X-Men, Keira Knightley en Piratas del Caribe, Viggo Mortensen en El señor de los anillos) no ensombrezcan su talento. Los tres lo confirman, por si alguien tuviera alguna duda, salvo en el exagerado (quizás verídico) arranque de Knightley. Y sin embargo, a la película le falta un punto de grandeza. 

El tema está muy bien tratado, muestra con fidelidad los logros, dudas, celos y pasiones que generó el incipiente psicoanálisis. Y si era, es, ético, saltarse o rodear la barrera entre médico y paciente, cómo la profunda relación intelectual que se establece entre ellos acaba no pocas veces derivando en algo más que amistad. A pesar de ello Cronenberg no ha logrado evitar, con montaje o fotografía, que en varios momentos se evidencie el origen teatral del guión. Libreto que además excluye, de modo cuestionable, la adicción a las sustancias químicas de Freud. El resultado es un drama histórico interesante, muy bien interpretado, y algo frio.

jueves, 24 de noviembre de 2011

¡Leche! Por favor

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 24/11/11

(PASEO DE RONDA)

Con la instalación de las luces y guirnaldas callejeras en nuestras calles se da el pistoletazo de los estrenos navideños.

1.Palomitas dulces. Mañana se estrena un madrugador y divertido Gato con botas. Spin off (secuela de una obra en la que un secundario pasa a protagonista) de Shrek, en Estados Unidos le puso voz, y en España rostro promocional Antonio Banderas. Arranque del trailer: Un saloon trufado de malandros, dos zarpas felinas trepan por la barra y se escucha un chulesco “¡Leche! por favor”. Buenas críticas allende el charco, o sea que los sufridos padres sufrirán poco por una vez. En diciembre llega la avalancha de secuelas y tresdés: Happy feet 2, Alvin y las ardillas 3, El rey león (la misma de 1994) reformateada al 3D, Cascanueces 3D y comedias blandas como Arthur Christmas, Operación regalo. La industria española intentará arañar unos euros con Copito de nieve, ficción sobre el añorado gorila albino del zoo condal.

2. Palomitas saladas. Tom Cruise asalta por cuarta vez nuestros escuálidos bolsillos con la idem entrega de Misión Imposible, protocolo fantasma. Huele (chiste fácil, disculpas) a nueva fantasmada del polémico actor. La historia es una enésima reiteración del síndrome Bourne, espía infiltrado en territorio enemigo perseguido por enemigos y abandonado a su suerte por los supuestos amigos. Menos vituperada pero a la vez poco alabada es la recreación del magnicidio de Abraham Lincoln dirigida por Robert Redford, La conspiración. Reparto de alto vuelo (Robin Wright, Tom Wilkinson, Kevin Kline, James McAvoy) que no logra levantar un premioso y desparovechado guión. Merecerá aún así el beneficio de la duda, ergo ser vista.

3. Caviar. Aunque lo mejor del año viene entre enero y febrero, poco antes y después de los Oscars, en Navidad se anuncian tres estrenos que prometen. Drive, de Nicolas Winding retoma un género infrecuentado, las road  movies urbanas, y que sin embargo ha regalado un puñado de obras maestras (Taxi driver, The driver, El silencio de un hombre); Ryan Gosling (Half Nelson) apunta una vez más a premio, secundado por Carey Mulligan (An education, Wall Street II). Jane Eyre, de Cary Fukunaga, es una soberbia adaptación del clásico con alabadísima interpretación de Mia Wasikowska (Los chicos están bien). The artist, de Michel Hazanavizius, es una estilizada y embriagante recreación de las películas mudas en blanco y negro. Encandilan ante la cámara Jean Dujardin y Bitsie Tulloch.

martes, 22 de noviembre de 2011

50 ladrillos

Publicado en Diario de Mallorca el 23/11/11

PANICO EN LA GRANJA

Nacionalidad: Bélgica, 75 min. Director: Stephane Aubier, Vincent Patar
Actores: (animación)

La película de la semana, sin lugar a dudas, es Un dios salvaje, de Polanski. Como alternativas más populistas están la romántica y anémica cuarta entrega de la saga Crepúsculo (Amanecer), y la testosterona de Asesinos de élite (no confundir con la brasileña Tropa de élite), acción hueca con la inexplicable presencia de Robert de Niro y Clive Owen. Los espectadores que busquen un cine diferente, original, fresco, tienen una joyita belga en formato de animación.

Los protagonistas de Pánico en la granja son muñecos de plastilina con peana, como los de los belenes navideños. En una pedanía rural vive una familia de granjeros, un guarda fronterizo y una casa de solteros compuesta por un caballo, un vaquero y un indio. Ante el inminente cumpleaños del équido, el indio encarga por Internet cincuenta ladrillos para construir una barbacoa, pero un despiste provoca que traigan cincuenta mil millones, y esa cantidad desmesurada provoca a su vez una cadena de aventuras. El inicio es un tanto plano y pueril; con la llegada de los ladrillos, la acción se dispara y se desmadra, en un gozoso 'vale todo' más cercano a Julio Verne y Jacques Tati que a Toy Story. Al encanto de los muñequitos caminando a trompicones, las llamas de cartulina y pegamento Imedio y la nieve de porexpan se suma una tramita amorosa entre el caballo y una yegua profesora de música, y unos graciosos seres anfibios. Gags de aroma clásico con irreverentes toques modernos. Película artesanal, modestísima, antítesis del 3D y el perfeccionismo impostado del Tintin de Spielberg. Canto a la anarquía, creatividad en estado puro, sonrisa garantizada. 

domingo, 20 de noviembre de 2011

Peleas de niños

Publicado en Diario de Mallorca el 21/11/11

UN DIOS SALVAJE

Nacionalidad: Francia, Alemania, Polonia, 80 min. Director: Roman Polanski. Actores:  Kate Winslet, Jodie Foster, Cristoph Waltz, John C. Reilly

Por terapia o rabia,  Polanski sigue conjurando sus fantasmas judiciales con un agradecido rebrote creativo. En Un dios salvaje filma una premiadísima obra de teatro de la escritora francesa Yasmina Reza. El planteamiento no puede ser más simple: Dos niños se pelean en un parque, los padres se reúnen para calmar las aguas y acaban tirándose los trastos a la cabeza. Todo, excepto las secuencias inicial y final, ocurre en el reducido espacio de la vivienda de la pareja Foster/Reilly. Las tramas secundarias van por vía telefónica, el jaleo de Waltz con la farmacéutica a la que defiende y el baboseo de Reilly con su madre. La única y mínima acción es provocada por una sonada indisposición gástrica de Winslet y el exasperante telefonillo de Waltz. 

En la película se aprecia la principal debilidad de la obra original: En la vida real, ese encuentro hubiera durado diez minutos o se habría escalonado en un par de visitas posteriores; se fuerza bastante la presencia de Winslet/Waltz. Indultado eso, es un hilarante psicodrama, con los personajes abriéndose y cerrándose, uniéndose y separándose en sucesivas combinaciones y cambios de ánimo, mostrando lo (poco) bueno y lo peor de sí mismos. Los actores están a la altura de sus currículos, entre ellos suman cuatro Oscars y ocho nominaciones. Polanski, por su parte, esquiva comparaciones con Woody Allen gracias al buen movimiento de cámaras de Pawel Edelman, el diseño de producción de Dean Tavoularis (El Padrino II y III, Apocalypse now) y la alegre música de Alexandre Desplat. Bajo su divertida simplicidad, Un dios salvaje esconde, como el mejor cine de Polanski, una potente carga de profundidad. 

jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Que haría Azcona?

Publicado en Diario de Mallorca el 16/11/11

CINCO METROS CUADRADOS

Nacionalidad: España, 84 min. Director: Max Lemcke. Actores: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutierrez Caba, Jorge Bosch

Ganadora de los premios más destacados del último Festival de Málaga (el principal referente del cine español previo a su estreno), Cinco metros cuadrados retrata el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. El argumento es muy real. Combina los tejemanejes de un promotor inmobiliario (Gutiérrez Caba) con un corruptible político local (Manuel Morón) y los de una pareja de prometidos (Tejera y Alterio) que se dejan embaucar y terminan siendo estafados.  Las dos primeras secuencias son soberbias, con diálogos crudos y sutiles al mismo tiempo. Después comienzan las imprecisiones, saltos temporales abruptos, acción dispersa en varios ramales (las protestas de los engañados, las tensiones con los suegros) y detalles poco creíbles (que se vayan a un hotel cuando tienen dos sueldos) o mal explicados (qué ocurre con la hipoteca y las cuotas del banco). Problema adicional de tono: tanto la trama de los corruptos como el casting de Tejero y Alterio apuntan a una comedia; y la película acaba justo al contrario, con Tejero luchando a la desesperada como un quijotillo atolondrado.

En la cocina (metafóricamente hablando) de la serie televisiva The Wire, cuando el equipo de guionistas se atascaba, David Simon (creador-director-productor) alzaba la voz “¿Qué haría Shakespeare?” Con Cinco metros cuadrados me ha quedado el regusto de que no se le ha sacado toda la sangre, la bilis que ofrece el argumento. Azcona y Ferreri bordaron una tragicomedia (El pisito) hace cincuenta años; Lemcke se queda en una buen drama con leve tintura de comedia. Aún así es una película destacable por la actualidad  del tema y las excelentes actuaciones.

lunes, 14 de noviembre de 2011

¿Fue o no fue?

Publicado en Diario de Mallorca el 14/11/11

ANONIMUS

Nacionalidad: Estados Unidos, 130 min. Director: Roland Emmerich. Actores: Rys Ifhans, Vanessa Redgrave, David Thewliss, Edward Hogg

La vida de Shakespeare mantiene zonas brumosas. Es normal teniendo en cuenta que han pasado cinco siglos y la documentación de esa época es bastante limitada, como resume Bill Bryson en su amena biografía. Sin embargo, a algunos les ha dado por convertir los jirones de niebla en agujeros negros. El guionista John Orloff, firmante de la rigurosa Un corazón invencible, y Roland Emmerich, director de sonados  taquillazos, se apuntan a la teoría de que el verdadero autor fue el Conde de Oxford, amante de la reina y enfrentado con los maquiavélicos Cecil padre e hijo, y Shakespeare su marioneta.

Sin entrar en el fondo, la película es de una factura excelente: ambientación, vestuario, fotografía e integración de exteriores o interiores reales con imágenes computerizadas es impecable. En el reparto destacan Ifhans, Vanessa Redgrave, su hija Joely Richardson y Edward Hogg. El guión tiene buen ritmo, es ambicioso y también algo confuso, porque desarrolla una compleja trama de intrigas palaciegas saltando entre tres períodos temporales con actores cambiantes según la edad de los personajes.

Como ficción histórica, con hechura de novela superventas, Anonimus es más que entretenida. El problema (lo corroboran prólogo y epílogo) es que Emmerich se la toma en serio. En vez de un divertimento desinhibido, como Shakespeare in love, intenta vendernos un cúmulo de maniqueísmos (la bondad y sensibilidad del Duque de Oxford frente a la perfidia de los Cecil), exageraciones (muestra al verdadero Shakespeare como un bufoncete) y tinturas de culebrón (el incesto real). Planteamiento que atenta contra la inteligencia, sensibilidad y finura narrativa que mostró Shakespeare (fuera quien fuera) en sus obras.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Ni comen ni dejan leer

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 10/11/11

(PASEO DE RONDA)

1. Aspiró al Oscar al mejor documental en la última edición. Ya está disponible en DVD Exit through the gift shop. Desde su celosísimo anonimato, el artista callejero Banksy narra la meteórica carrera de un espabilado francés (Thierry Guetta/Brainwash) que pasó de vender ropa de segunda mano a filmar las travesuras de los grafiteros y acabar forrándose con remakes de Andy Warhol. Entre la película y el material extra hay interesantísimas reflexiones sobre el cómo y el para qué del arte callejero, sus pulsiones entre la militancia social más o menos sincera y el mercantilismo peor o mejor asumido; los atajos y los callejones sin salida, los purismos y los celos. Y deja en el aire muchas preguntas: ¿Es, debe ser siempre, un arte espontáneo y delimitado? ¿Es evitable dejarse englobar/engullir por la apisonadora del mercadeo? ¿Donde está la frontera entre la ocurrencia y el talento?

2. Fue el hombre más temido durante medio siglo en Estados Unidos. Con los poderes y la información que recopilaba sin el menor remordimiento desde su poltrona del FBI J. Edgar Hoover tuvo agarrado a su país, desde el presidente hasta el último sintecho, por los mismísimos ejem! durante cinco décadas. Tanto, que Roosevelt recurrió a la metáfora de la tienda de campaña para justificar su permanencia (“Es mejor tenerlo dentro orinando hacia fuera, que fuera orinando hacia adentro”). Muerto en 1972, ha recibido palmadas y bofetadas en casi dos decenas de películas, desde Bananas de Woody Allen hasta J. Edgar, de inminente estreno. Clint Eastwood (¿quien si no?) narra el secreto a voces más extendido, su homosexualidad y la más que sospechosa relación con su ayudante Clyde Tolson. 

3. Lo ilustraré con un ejemplo: La nave de los muertos, la primera obra maestra de B. Traven, cuesta en su edición española 22 €. En Amazon USA vale 7 € nuevo o 3 € usado en decente estado. En Amazon Inglaterra cuesta 10 € nuevo. Los gastos de envío son gratis o mínimos; las entregas, 3-4 días cuando el paquete viene del Reino Unido y unos diez cuando cruza el Atlántico. Es cierto que Amazon impone unas condiciones draconianas a los editores, pero también que es el mayor escaparate del mundo. Para las ratas de biblioteca, ha montado una red asociada de librerías de segunda mano que permite obtener libros descatalogados hace millardos de años a precios ridículos. En nuestro país los editores y libreros siguen empanados, dontancredizados, hamletizados mientras el suelo (no el de El Hierro) tremola a sus pies. Publican más que nunca con tiradas más bajas que nunca, ocultando las cifras de sus despropósitos y agarrándose al precio fijo cuando crisis y iPads dispersan a un creciente número de fieles. Sus reticiencias contra Amazon España suenan a música del Titanic.

El Robin Hood de los porteros

Publicado en Diario de Mallorca el 10/11/11

UN GOLPE DE ALTURA

Nacionalidad: Estados Unidos, 99 min. Director: Brett Rattner. Actores: Ben Stiller, Eddie Murphy, Alan Alda, Téa Leone

Abierta la veda, todos se apuntan a la cacería. Si la interesante Margin Call recrea la crisis de Lehman Brothers, Un golpe de altura apunta al financiero Bernard Madoff (con nombre cambiado e interpretado por Alan Alda). La historia enfoca al personal del lujoso edificio de apartamentos en el que vive. Todos le han confiado sus ahorros; cuando agentes del FBI lo detienen, el gerente del inmueble (Stiller) y un delincuente de su barrio (Murphy) ensamblan una estrambótica cuadrilla para localizar y apropiarse de una importante suma presumiblemente escondida en el piso. 

Con Ben Stiller y Eddie Murphy en cabeza de cartel y un director todoterreno (Brett Rattner, Hora Punta, X-Men Decisión final) queda patente que será una película comercial. Los emuladores de Robin Hood son buena gente con pequeñas debilidades, o delincuentes simpáticos. Todos muy reconocibles, demasiado, y con las aristas tan redondeadas que se pierde mucho potencial dramático. Por ello, como ocurre en tantos filmes similares, el humor se acaba fiando a forzados golpes de efecto, como el Ferrari de época  golgado del ático del edificio o empotrado en el hueco del ascensor. Y eso es lo más gracioso de la película, porque el arranque es largo y anodino. Apoyan a los protagonistas, sin ninguna mención especial, Matthew Broderick, Gabourey Sidibe (Precious), Casey Affleck o Michael Peña.

Un golpe de altura vuela más bajo que su título por falta de mordiente. La crítica a los  financieros que tienen al planeta en vilo queda taimada por la falta de puyas realmente divertidas e hirientes; y por el recurso a personajes estereotipados y situaciones demasiado inverosímiles. Entretenida, a secas.

domingo, 6 de noviembre de 2011

El planeta azul de Escorpio

Publicado en Diario de Mallorca el 6/11/11

MELANCOLÍA

Nacionalidad: Dinamarca, 135 min. Director: Lars von Trier. Actores:  Kirsten Dunst, Charlotte Gainsbourg, Kiefer Sutherland, John Hurt

Los cineastas, humanos ellos, tampoco se resisten a las modas. Lars von Trier se apunta a la cosmología y la ciencia ficción 'blanda', la que soslaya el rigor científico y utiliza el futuro como escenario para poner a los personajes en situaciones atípicas. Ejemplos inmediatos son El árbol de la vida o Another Earth

Melancolia tiene dos capítulos. En el primero se desarrolla una suntuosa boda en la que la protagonista (Justine/Kirsten Dunst) sufre una crisis existencial que le produce una profunda tristeza. Poco a poco comprende que está relacionada con el acercamiento de un planeta llamado justamente Melancolía. En el segundo capítulo se reúne con su hermana (Charlotte Gainsburg), su cuñado (Kiefer Sutherland) y su sobrino, y juntos afrontan a la duda de si el planeta foráneo variará su rumbo o acabará colisionando contra la Tierra. El prólogo (y desenlace a la vez) es cine de altísimo voltaje, planos oníricos en cámara superlenta con el Tristán e Isolda de Wagner de fondo. La primera parte narra con extremada finura la crisis de la chica, silencios, comportamientos erráticos y las miradas de Dunst que le valieron un merecido premio en Cannes. John Hurt y Charlotte Rampling le dan una simpática réplica. La segunda parte tiene un punto de El ángel exterminador, de Buñuel, sólo que a cielo abierto. Los personajes enfrentándose a sus fantasmas interiores desde un entorno idílico. Dunst pasa a segundo plano, Gainsbourg y Sutherland están bastante, demasiado quizás, comedidos.

Melancolía es una película menos extrema que la anterior, Anticristo, pero sin que Von Trier renuncie a su peculiar visión del cine: Acción mínima, introspección máxima y momentos excelsos.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Perdido

Publicado en Diario de Mallorca el 4/11/11

EL CHICO DE LA BICICLETA

Nacionalidad: Bélgica, 87 min. Director: Luc Dardenne, Jean Pierre Dardenne. Actores: Cecile de France, Thomas Doret, Jeremie Renier

Muestra adicional de la precaria Unión Europea es el mínima permeabilidad entre cinematografías. Por inercias de distribuidores y público de los países nórdicos sólo llegan thrillers, de Italia comedias costumbristas y de Europa central dramas sociales. Los hermanos Dardenne son unos destacados especialistas en este último género (Rosetta, El hijo), focalizados especialmente en jóvenes pre o postadolescentes braceando en entornos convulsos. Cyril (Thomas Doret) el protagonista de El chico de la bicicleta es un huérfano. De su madre no hay noticias, su padre le repudia, una peluquera de la localidad donde está el orfanato se encariña con él. Él joven, sin embargo, se muestra hiperactivo y desquiciado.

Como en anteriores películas, los Dardenne encuentran el punto justo del drama. La accion avanza a buen ritmo y aparenta ser muy verídica; no se recarga nunca el melodrama ni se subrayan innecesarias moralinas (como hizo la danesa En un mundo mejor). Pero se deja claro que, a pesar de unos servicios sociales voluntariosos, los huérfanos siguen siendo mal aceptados por la sociedad y ello les incita a rebelarse, con agresividad o dejándose tentar por la delicuencia. El atinado guión y el buen ritmo del filme se refuerzan con la soberbia actuación de Thomas Doret (muy creíble y expresivo en su primer trabajo ante la cámara) y el buen apoyo de la atractiva Cecile de France (Más allá de la vida) o Jeremy Renier.

El chico de la bicicleta es un gran drama, pero ojo (título y cartel engañan), no es una película de Disney. Los jóvenes que acudan a verla deben ir avisados de su dureza.