lunes, 30 de mayo de 2011

La extraña pareja

Publicado en Diario de Mallorca el 30/5/11

EL CASTOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 91 min. Director: Jodie Foster. Actores: Mel Gibson, Jodie Foster, Anton Yelchin, Jennifer Lawrence

Un empresario sufre una depresión profunda, que provoca ruptura familiar y flirteo con el suicidio. En su momento más bajo recoge un castor de peluche de un contenedor, que acaba, en forma de mascota ventrílocua, reanimando y dominando al mismo tiempo a su nuevo dueño.

La clave de El castor es si al espectador le parece real el planteamiento. Es un drama psicofamiliar con un toque alegórico y notas extrañas y a la vez sugerentes: Cuando el muñeco toma el mando me recordó a El sirviente de Losey, la crisis familiar a American Beauty o la serie televisiva Breaking bad. Y me ha atraído mucho el tema que plantea. A problemas extraños, soluciones extremas; con una segunda parte muy sugerente: una vez que se ha salido del pozo, ¿se puede volver a la situación anterior idéntica, o hay que construir un futuro desde cero? Más, el muñeco de peluche ¿es una muleta provisional o una articulación artificial? Las lesiones (psicológicas en este caso) ¿son efímeras o permanentes? Hay una trama secundaria entre el hijo adolescente y una compañera de clase que entra en terreno más manido. Guste más o menos el guión, la dirección y las actuaciones son irreprochables. Extraña pareja la formada por Jodie Foster (actriz y directora) y Mel Gibson. Ella hiperculta (graduada cum laude por la Universidad de Yale); él ultracatólico y con episodios de violencia machista y adicciones etílicas. Por eso quizás borda al atormentado protagonista. Excelentes también los jóvenes, Yelchin y Lawrence (nominada esta año al Oscar por Winter's bone). Creíble en mayor o menor medida, El castor tiene sustancia y no deja indiferente.

jueves, 26 de mayo de 2011

La sombra de Ernesto

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 26/5/11

FERIA DEL LIBRO 2011. VIAJES CINE.

Creímos ver la luz al final del túnel de la crisis y, como el macabro chiste, resultaron ser los faros del tren. Ante eso sólo queda la evasión pura y dura. Romper la hucha, rascarse el bolsillo, cargar la mochila y esprintar al aeropuerto. Para los que están grapados al sillón de orejas la oferta también es generosa, desde la ex de uno de los mitos literarios del siglo XX hasta un variado menú de guías, novelas y curiosidades para los cinéfilos.

Viajes

Cinco viajes al infierno (Marta Gellhorn, Ediciones Altaïr, 23 €) Subtitulado “Aventuras conmigo y ese otro”. El otro es el marido de la autora durante un lustro, en el que viajaron por todo el mundo. Protegiéndose de la metralla durante la Guerra Civil Española, acampando con hippies en el Mar Rojo o navegando en sampan por el interior de China durante su guerra con los japoneses. Ese otro se apellidaba Hemingway, Ernesto para sus muchos amigos españoles.

Catorce veces ocho mil (Edurne Pasaban, Josep Mª Pinto, Planeta, 18,90 €). La alpinista vasca es ya, de facto, la primera mujer en conquistar los catorce ochomiles. En este libro evita detalles técnicos, vías, alimentación o aclimataciones para profundizar en el lado humano, sus pasión, dudas, tristeza ante tragedias próximas y las difícilmente narrables sensaciones al alcanzar cada cima.

Transatlas Marruecos BTT (Jorge Diví, Desnivel, 16,80 €). Para los fanáticos de la bicicleta de montaña es uno de esos viajes de una vez en la vida, equivalente a la Transpirenaica o la Senda Apalache para los senderistas. 33 etapas por el Saghro, Medio y Bajo Atlas. Un sueño, un reto, un ¿por qué no?

Pirineos, 50 excursiones a los lagos más bellos (Jordi Longas, Lectio, 23,80 €) Los adictos a la naturaleza pura encontrarán medio centenar de rutas fáciles para llegar a los lagos que sostienen, junto con un puñado de cumbres, la merecida fama de la cordillera pirenaica.

Praga y Budapest en tu bolsillo (VVAA, Everest, 9,95 €) Los urbanitas o sufridores de la crisis tienen esta opción “low cost”. Dos ciudades cercanas, económicas y con similar e intacto encanto.

Cine

Finales de cine. 77 películas para recordar. (Óscar López, Pablo Vilaboy, Alianza, 19,50 €). El catón explaya que toda gran película debe tener un inicio impactante, un intermedio decente y un final memorable. López y Vilaboy justifican su subjetiva selección sobre la objetiva y duradera impresión que les causaron los filmes destacados. Impresión que muchos lectores compartirán y recordarán.

Agua para elefantes (Sara Gruen, Alfaguara, 17,90 €) El argumento de este bestseller estrenado hace poco en las pantallas grandes es un tanto acaramelado, pero la recreación del mundo del circo en los difíciles años posteriores al Crack del 29 está muy lograda.

Lost. Enciclopedia oficial de Perdidos. (Tara Bennet, Paul Terry, Grijalbo, 34,90 €). Los pasajeros del vuelo 815 fueron encontrados y comieron perdices (los que pudieron). Y dejaron a los fans de la serie televisiva con hambre de saber más. Esta enciclopedia lo cuenta Todo. 400 páginas, 1500 ilustraciones, explicación de los personajes, claves de los misterios... Con prólogo de los productores Damon Lidelof y Carlton Cuse.

Películas clave del cine de superhéroes. (Quim Casas, Ma non Troppo, 21,90 €). Los superhérores vuelven a estar de moda, empujados por el tirón de la Marvel y la inmortalidad de otras franquicias. Este libro es un ameno mix de orígenes, argumentos, detalles técnicos y anécdotas de rodaje. Una excelente guía para visitar el videoclub y meter las palomitas en el microondas.

The Misfits (Elliott Erwitt, Phaidon, 19,95 €, en inglés). La película reunió a media docena de monstruos, en el sentido superlativo del término. Delante de la cámara Clark Cable, Montgomery Clift y Marilyn Monroe; detrás John Huston y Arthur Miller, esposo por entonces de la voluptuosa rubia. Junto a ellos, el fotógrafo de la agencia Magnum Elliott Erwitt, reportero famoso en su gremio por inusual mezcla de perspicacia y sensibilidad.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Las guerras no se ganan desfilando

Publicado en Diario de Mallorca el 25/5/11

CARLOS

Nacionalidad: Francia Alemania, 175 min.
Director: Olivier Assayas
Actores: Édgar Ramírez, Ahmad Kaabour, Nora von Waldstätten, Cristoph Bach

Carlos es un ambicioso biopic en doble formato (cine y tv) sobre un terrorista latinoamericano que puso en jaque a medio planeta en los años setenta y principios de los ochenta. Se ajuste mucho o sólo bastante a la realidad, el retrato que hace Olivier Assayas de él es implacable. Muestra toda la complejidad del protagonista: su militancia izquierdista y antisionista tan extrema como sincera, su aplomo tanto en las acciones armadas como en el trato con dirigentes de temidísimos servicios secretos; su apostura, su impulsividad, su narcisismo, su inteligencia, su debilidad por las mujeres y la buena vida... Rasgos que provocan sentimientos igual de encontrados: asentimiento a su negativa a ser un activista de salón, envidia por combinar a James Bond con Robin Hood, rechazo a su visión maniquea del mundo y el desprecio hacia las víctimas inocentes. 

La historia se divide en tres partes muy definidas, correspondientes a los capítulos televisivos: sus primeras acciones en Londres y París, el secuestro de los ministros de la OPEP en 1975 y el declive del terrorista en la década siguiente, rematado con su deportación subrepticia a Francia. La poda ha sido mayor en el primera y la tercera parte, provocando algunas incomprensiones. El trabajo del equipo técnico y artístico es soberbio. Recreación impecable de los lugares y las acciones, afinada con virados de color amarillento; y ritmo ágil, puntuado con algunas ráfagas musicales. Édgar Ramírez da el tipo en todo, rasgos físicos, plurilingüismo natural y excelente actuación. Impecables el resto de intérpretes (Kaabour, Waldstätten, Bach). Aunque la serie televisiva es mejor aún, esta versión cinematográfica sigue siendo muy recomendable.

lunes, 23 de mayo de 2011

La gallina de los dientes de oro

Publicado en Diario de Mallorca el 23/5/11

PIRATAS DEL CARIBE – EN MAREAS MISTERIOSAS

Nacionalidad: Estados Unidos, 137 min. Director: Rob Marshall. Actores: Johnny Depp, Penélope Cruz, Geoffrey Rush, Ian McShane

Completada la trilogía inicial, productora (Disney) y productor (Bruckheimer) han considerado que los implantes dorados de Jack Sparrow seguían manteniendo su pecuniario brillo. Del reparto original se han caído el director (Rob Marshall sustituye a Gore Verbinski), Keira Knightley y Orlando Bloom. Aguanta Geoffrey Rush y se incorporan Penélope Cruz y Ian McShane. Para el argumento han recurrido a un novelista de fantasía histórica de cierto prestigio, Tim Powers (Declara, Las puertas de Anubis).

El resultado, siendo francos, es que la gallina (perdón, la franquicia) muestra síntomas de ahogo. Creativo al menos: De la novela de Powers se mantiene sólo el título y la zanahoria de la búsqueda de la fuente de la eterna juventud. Se echa de menos, mucho, el juego de amistad, envidias y celos de Depp con Knightley y Bloom. Ian MacShane y Penélope Cruz (Barbanegra & hija) transitan por un terreno mucho más trillado. Hay una trama secundaria de un curita y una sirena con tufillo a Tea Party.  Barbossa pasa a un plano más secundario justo cuando Geoffrey Rush ha reconfirmado su excelso talento en El discurso del rey. Y la simpática pillería de Jack Sparrow sólo se disfruta en la primera media hora de la película; el resto del tiempo se limita a jueguecitos de miradas y a mostrar sus cromados molares. La futilidad y pobreza del argumento se camuflan con una producción apabullante y unas escenas de acción dosificadas y milimetradas a golpe de audímetro. En mareas misteriosas es menos graciosa, más previsible y prescindible que las dos anteriores entregas de Piratas del Caribe. Y eso que el listón ya estaba bajo.

jueves, 19 de mayo de 2011

Zumbidos en la bemol

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 19/5/11

¡HARPO HABLA!
Harpo Marx
Seix Barral, 627 pags. 23 €

Cine/ensayo. Como la entrevista de Truffaut a Hitchcock, las memorias de Harpo Marx merecen ser reseñadas cada vez que se reeditan. En el prólogo de esta última, Elvira Lindo cuenta que leyó a la vez estas memorias y las de Henry Roth justo después del atentado del 11-S. Roth y Marx nacieron por la misma época y en ambiente similar, familias judías muy pobres. Sin embargo sus vidas, y sobre todo sus actitudes vitales, fueron opuestas. Roth vivió traumatizado el resto de su vida por su indigencia inicial; Harpo, y sus hermanos, lo superaron gracias al indestructible optimismo de sus padres. 

Antes de apodarse Harpo, se fugó del colegio público a los ocho años y no regresó. Él y el futuro Chico pasaban todo el día en la calle, en billares o cometiendo pequeños hurtos. Al llegar a casa su padre, sastre y cocinitas, siempre tenía un caldero con lo que había conseguido ese día. El alegre laissez faire de los progenitores hizo que los hijos mantuvieran su infantilismo y afición a las bromas como reacción probable a la hostilidad exterior: giras interminables por teatros de segunda y hoteles llenos de pulgas, época bautizada como La Vía Dura. Esas penurias, y su irreductible inmadurez, fueron reciclados en los gags que les hicieron mundialmente famosos.

El libro de Harpo está plagado de anécdotas curiosas y algunas paradojas: Siendo casi iletrado fue admitido en un exclusivo club de literatos, la mesa redonda del Hotel Algonquin (a Groucho le parecían unos pedantes). Dió conciertos de arpa toda su vida sin tener ni idea de solfeo. La familia se arruinó en el crack del 29 pero se recuperaron en menos de un año, gracias a que su humor fue lo más demandado para superar el mal trago. En 1933 viajó él solo a Rusia, como parte de una embajada cultural, y regresó como espía. 

Más: montó un casino con una jaula de moscas en la Costa Azul. Conoció a nuestro monarca Alfonso XIII, al Príncipe de Gales (hermano del ahora famoso tartamudo) poco antes de su renuncia, al magnate Hearst (el que inspiró Ciudadano Kane), a Premios Nobel de literatura como Bernard Shaw y a músicos de la talla de Schönberg, Prokofiev o Rajmaninof; no reconoció a Greta Garbo en una fiesta; vaciló a todo el mundo. Cuando iba al baño en vez de leer tocaba el arpa. Cruzó Estados Unidos ida y vuelta en un día para gastar una broma a un amigo. Fue noctámbulo, adicto a los deportes, el juego y las apuestas (no patológico, como Chico), pero le sentaba fatal el alcohol. Luchó para que un elitista club de golf de Hollywood admitiera a no judíos. Previamente, aprovechando la indefinición de otra presuntuosa norma, jugó desnudo de cintura para abajo en ese mismo club... 

Docenas de anécdotas unidas por su contagioso y sincero optimismo. La alegría de vivir aprendida de los padres y que él transmitió después a sus hijos adoptivos. Y eso es, en el fondo, ¡Harpo habla! Un manual de autoayuda de seiscientas páginas trufado de carcajadas.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Agitado letrado

Publicado en Diario de Mallorca el 18/5/11

EL INOCENTE

Nacionalidad: Estados Unidos, 119 min. Director: Brad Furman. Actores: Matthew McConaghey, Marisa Tomei,  Ryan Philippe, William H.Macy

Michael Connelly es uno de los escritores punteros de la novela negra norteamericana actual. Le falta la profundidad de Dennis Lehane (Mystic river) o el humor de Harlan Coben, que compensa con unos argumentos muy trabajados y, en propias palabras, “agitando a los personajes”. 

La adaptación de El inocente era engañosa. Su trama principal (un abogado penalista forzado a exculpar a un asesino para no ser acusado él de otro crimen) prometía un filme trepidante. Sin embargo, al condensar las 400 páginas del original en dos horas se ha purgado lo que distingue precisamente a Connelly de autores más comerciales como John Grisham. Se ha suprimido el relato en primera persona y diluido la explicación de la soterrada partida de póker, con fintas, faroles y ases en la manga, entre acusación (fiscales y policías) y defensa. Se han minimizado algunos detalles clave (la pulsera GPS) y no se ha remarcado suficientemente la dualidad del protagonista: cobra 100.000 dólares de adelanto en los casos importantes y a la vez asesora gratis a una prostituta toxicómana o permite que otro cliente le pague como chófer esporádico.

Le película se centra por tanto sólo en la conflicto prioritario: como lograr que se declare a un procesado inocente y culpable a la vez. Trama bien resuelta por guionista y director y excelentemente encarnada por los actores. McConaghey se mete bien en la piel del yuppie astuto y sensible; Ryan Philippe le da buena réplica con su cara aniñada; Marisa Tomei o William H. Macy sacan el mínimo jugo de sus papeles. Entretenido thriller de estrado, recomendable a los fans del género.

domingo, 15 de mayo de 2011

Ah, Paris...

Publicado en Diario de Mallorca el 16/5/11

MEDIANOCHE EN PARIS

Nacionalidad: España, Francia, 100 min. Director: Woody Allen. Actores: Owen Wilson, Rachel McAdams, Marion Cotillard, Michael Sheen, Adrien Brody

Hace tres décadas, de cada cinco películas de Woody Allen sólo una flojeaba. Con el cambio de siglo la proporción se invirtió. Fogonazos puntuales de genio (Match Point) entrelazados con chispas esporádicas en el resto de obras. 

Con Medianoche en París ha acertado en la historia. Su flirteo con la capital gala no es nuevo (Todos dicen I love you). Esta vez se planta allí para burlarse de la nostalgia con ración triple de ídem: Un guionista de Hollywood y novelista frustrado (Wilson) hace turismo con su novia (McAdams) y futuros suegros mientras fantasea con mudarse a esa ciudad. Accidentalmente da un salto en el tiempo (con el sencillo truco de unas campanadas y un coche de los años veinte) que le permite, cada noche, codearse con sus adorados Hemingway, Fitzgerald, Dalí o Buñuel. Ahí conoce a una decoradora, amante de Picasso, que sueña a su vez con vivir la Belle Epoque de sus adorados Toulouse- Lautrec o Gaugin. 

La película tarda en despegar. Los diálogos son cada vez menos ácidos, camuflados con el buen hacer de Wilson y Michael Sheen, el gracejo de McAdams, los cameos de Madame Sarkozy y la siempre deliciosa banda sonora. En la segunda mitad del filme resurge el Woody Allen de hace décadas. Dos gags excelentes y un encanto irresistible en los saltos históricos. Increíble el parecido físico de Adrien Brody con Dalí, embelesante Cotillard, rotunda Kathy Bates como Gertrude Stein. El vitalismo neurótico del neoyorkino reciclado en una moraleja tan evidente como fácil de olvidar: la nostalgia sólo es válida si no nos la tomamos en serio. Como la vida misma. 

jueves, 12 de mayo de 2011

Juegos de la edad tardía

Publicado en Diario de Mallorca el 12/5/11

ROMPECABEZAS

Nacionalidad: Argentina, Francia, 87 min. Director: Natalia Smirnoff. Actores: Maria Onetto, Gabriel Goity, Arturo Metz

Una ama de casa argentina recibe en su quincuagésimo aniversario un rompecabezas. Lo resuelve con cierta facilidad y se aficiona al juego. Acude al centro de la ciudad a comprar otro y toma nota de un particular que busca un compañero para participar en el campeonato nacional. Resulta ser un hombre maduro, razonablemente atractivo y de posición social desahogada.

Rompecabezas recurre a una historia mínima, a las que tanto se ha aficionado el cine argentino reciente. Los personajes son de carne y hueso: la mujer de mediana edad que ha vivido décadas atada a su familia y de repente descubre que tiene un talento oculto y  que sigue atrayendo a los hombres, el marido que nota que se le escapa e intenta con ternura y cierto patetismo recuperarla; y el casanova talludito que pone el caramelo en la boca de la mujer. Los personajes son muy reconocibles, sus incertidumbres emocionales muy sinceras, la evolución de los personajes muy bien graduada, potenciando los silencios y discretos cambios de expresión corporal sobre diálogos fatuos o pretenciosos. A ello se une el excelente trabajo de los actores, sobre todo de Maria Onetto y Gabriel Goity, afinadísimos ambos. Esas virtudes del filme se neutralizan con el déficit de innovación. La realizadora ha optado por la vía más sencilla en el desarrollo argumental, más cercana a Los puentes de Madison de Eastwood que a historias más originales como Sol de otoño de Mignogna. El final está telegrafiado desde los primeros minutos y el pasatiempo del título se queda corto como metáfora. 

lunes, 9 de mayo de 2011

¿Qué pasó en 1931?

Publicado en Diario de Mallorca el 9/5/11

AGUA PARA ELEFANTES

Nacionalidad: Estados Unidos, 122 min.
Director: Francis Lawrence
Actores: Robert Pattinson, Reese Witherspoon, Cristoph Waltz

Adaptación de un superventas de Sara Gruen, Agua para elefantes retrata el mundo del circo en los difíciles años de la Gran Depresión americana de entreguerras. La historia recurre al manido rizo de arrancar en el presente, con un abuelete perdido ante las taquillas de un circo. Mientras unos empleados intentan contactar con su residencia, él les cuenta su experiencia en el año 31, cuando entró a trabajar en el Circo Benzini como veterinario y cuidador de animales. Sobre ese atractivo escenario la historia deriva a un triángulo amoroso muy convencional. El entonces joven manescal se enamora de la guapa amazona (Whiterspoon) que cabalga caballos primero y un elefante después, topándose con el escollo de que es la mujer del psicótico dueño del espectáculo (Waltz). 

La originalidad, el hueco para la sorpresa del argumento, son mínimos. Es evidente que el chico bueno derrotará al hombre malo, a pesar de los esporádicos brotes de bondad de éste; la única duda es cómo. Anzuelo diminuto en un mar de lugares comunes. Tufillo a Titanic en ese melodrama sentimental, con presupuesto y ambiciones mucho más contenidas. El reparto parece haber sido seleccionado con una computadora, dos ganadores de Oscar (Witherspoon por Walk the line; Waltz por Malditos bastardos) y el rompecorazones adolescentes del momento (el anémico vampiro de la saga Eclipse). Ninguno desentona; tampoco logran, ni ellos ni el director, inyectar la intensidad y la magia del circo. El resultado un correcto drama de época que deja al espectador ante dos opciones: desconectar o resignarse a la levedad del guión y disfrutar la cuidada ambientación.

jueves, 5 de mayo de 2011

Ausentes, tercos y trastornados

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 5/5/11

Paseo de ronda

1. Arranco con una despedida, la de Sidney Lumet. No ha merecido una página entera porque le faltó un punto de talento y personalidad para entrar en la categoría de clásicos. No por ello dejó de ser un cineasta notable. Como sus compañeros de generación, Pollack, Frankenheimer, Penn, Mulligan o Shaffner, no se les asocia automáticamente con una película magistral o memorable. La falta de ese plus de los elegidos la compensó Lumet con una visión desapacible, sin medias tintas, del mundo que nos rodea: la podredumbre legal en 12 hombres sin piedad o Veredicto final, la ácidez de Tarde de perros o Antes de que el diablo sepa que has muerto (rodada a los 83 años), o la despiadada visión de los ejecutivos televisivos en Network (Oscars para Paddy Chayefsky por el guión y Peter Finch y Faye Dunaway por sus actuaciones). Más de 40 películas en total que dan fe de su pasión por el cine.

2. El director británico Michael Radford (El cartero y Pablo Neruda) y la productora Alejandra Frade se han metido en un doloroso pleito por la película La mula. Las empresas de ambos tenían un tercio del proyecto cada una. Las desavenencias derivaron en impagos, final abrupto del rodaje y denuncias cruzadas. Frade es hija de José, productor de cine y televisión de la vieja escuela con fama de absolutista y cicatero. Si un pequeño porcentaje de sus genes se ha propalado, pintan bastos para el inglés. El meollo puede ser ese o una entrega más de La guerra de los Egos. Directores adictos al “Quiero más dinero/medios/tiempo/control del producto” vs. productores encasquillados en el “Aqui se hace lo que me sale del bolsillo”.

3. Catherine Zeta-Jones ha sufrido un transtorno bipolar. Repaso en Wikipedia la lista de colegas damnificados y veo que la actriz galesa comparte cartel con Mel Gibson, Carrie Fisher, Vivien Leigh, Burgess Meredith, Gene Tierney o Jean Claude Van Damme. Casos confesos, punta de iceberg de los ocultos por  humanitarias razones. Rebusco estadísticas y resulta que un 3-5% de la población sufre esa patología. Estudios parciales añaden que a) un 40% de esos sufrientes tiene problemas con el alcohol y las drogas; y b) la frecuencia es mayor entre personas más inteligentes. A punto de concluir que los actores son más ingeniosos y viciosos que el resto de mortales, echo el freno al recordar a Mark Twain: “Hay tres clases de mentiras: mentiras, malditas mentiras y estadísticas.” 

martes, 3 de mayo de 2011

Un hombre respetable

Publicado en Diario de Mallorca el 4/5/11

NO TENGAS MIEDO

Nacionalidad: España, 93 min. Director: Montxo Armendáriz. Actores: Michelle Jenner, Lluís Homar, Belen Rueda, Rubén Ochandiano

Los abusos sexuales incestuosos no salen con tanta frecuencia en las noticias como la violencia de género (ejemplar su tratamiento en cine de Te doy mis ojos, de Icíar Bollaín) pero son igual de terribles. Tema que ofrece alternativas de elección en varios puntos clave: ¿Familia modesta o acomodada? ¿Abusos puntuales o continuados? ¿La madre de la víctima está al corriente? ¿Se incide más en el antes -los abusos-; o en el después -ruptura, secuelas y terapia-? Montxo Armendáriz se ha documentado muy bien y ha elegido un tratamiento muy sobrio. Como protagonistas ha elegido una familia pudiente, padre dentista, madre que trabaja en una boutique e hija única con vocación por la música clásica. El horror comienza a temprana edad; la madre se desentiende, la hija no logra detectar la manipulación psicológica del padre (mezclar vicio con cariño). La tardanza en rebelarse germina una neurosis que colmará, por fin el vaso. Los insertos de una terapia de grupo intermedian los lapsos temporales y refuerzan la perspectiva social del problema. 

Armendáriz apura mucho la contención para evitar el morbo gratuito y el melodrama tópico, abusando de unos silencios que acaban siendo muy estáticos. Trampea además con el personaje de la madre, apartándola sin disimulo hasta el momento que más le interesa dramáticamente. Compensa lo anterior acertando con la psicoterapeuta, los muy creíbles altibajos de la protagonista en su recuperación y la fugaz relación de ésta con un camarero. Excelente Michelle Jenner, contundente Belén Rueda, pasable (su papel es dificilísimo, hay que decirlo) Lluís Homar. Buena película en conjunto, loable por el tema que aborda, encomiable por la mesura y autenticidad.

lunes, 2 de mayo de 2011

La impaciencia del guerrero

Publicado en Diario de Mallorca el 3/5/11

THOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 130 min. Director: Kenneth Branagh. Actores: Cris Hemsworth, Natalie Portman, Anthony Hopkins, Idris Elba

Veinte años ha estado el cómic de Marvel en el “development hell”, el limbo, o purgatorio, de los proyectos cinematográficos a medio desarrollar. El empujón final viene con los acicates de Kenneth Branagh en la dirección, Cris Hemsworth (Star Trek), Natalie Portman y Anthony Hopkins ante la cámara. Para no estancarse en resabidas batallas tipo Furia de Titanes, los creadores de Thor han conjugado la épica de la mitología nórdica con un enfrentamiento entre dioses y hombres de corte helénico, y una crisis familiar y personal libada de Shakespeare: Thor (Hemsworth) es un impaciente y arrogante aspirante al trono; para bajarle los humos su padre Odin (Hopkins) le destierra a nuestro planeta en fecha presente. Aquí se encariñará con la astrofísica Jane Foster (Portman) y adquirirá la sensatez necesaria para regresar a Asgard y enfrentarse a su hermanastro Loki. 

La trama es un tanto simple pero efectiva en un filme para todos los públicos. La alternancia entre conflictos celestiales y terrenales está bien encajada. Por separado presentan déficits. El pragmatismo conciliador de Odin aleja el fantasma del maniqueísmo pero rebaja la épica. La crisis de identidad de Loki alterna entre lo previsible y lo confuso. Las desventuras terrícolas de Thor dan pie a buenos gags aunque no acaba de calar la química con la científica, a pesar del empeño de los actores. Los efectos especiales están a la altura de la magnitud del presupuesto. Thor tiene un destacado reparto y entrendrá a los no adictos del género fantástico, sin llegar a provocar la intensa emoción que se presupone de sus legendarios héroes.