EL CASTOR
Nacionalidad: Estados Unidos, 91 min. Director: Jodie Foster. Actores: Mel Gibson, Jodie Foster, Anton Yelchin, Jennifer Lawrence
Un empresario sufre una depresión profunda, que provoca ruptura familiar y flirteo con el suicidio. En su momento más bajo recoge un castor de peluche de un contenedor, que acaba, en forma de mascota ventrílocua, reanimando y dominando al mismo tiempo a su nuevo dueño.
La clave de El castor es si al espectador le parece real el planteamiento. Es un drama psicofamiliar con un toque alegórico y notas extrañas y a la vez sugerentes: Cuando el muñeco toma el mando me recordó a El sirviente de Losey, la crisis familiar a American Beauty o la serie televisiva Breaking bad. Y me ha atraído mucho el tema que plantea. A problemas extraños, soluciones extremas; con una segunda parte muy sugerente: una vez que se ha salido del pozo, ¿se puede volver a la situación anterior idéntica, o hay que construir un futuro desde cero? Más, el muñeco de peluche ¿es una muleta provisional o una articulación artificial? Las lesiones (psicológicas en este caso) ¿son efímeras o permanentes? Hay una trama secundaria entre el hijo adolescente y una compañera de clase que entra en terreno más manido. Guste más o menos el guión, la dirección y las actuaciones son irreprochables. Extraña pareja la formada por Jodie Foster (actriz y directora) y Mel Gibson. Ella hiperculta (graduada cum laude por la Universidad de Yale); él ultracatólico y con episodios de violencia machista y adicciones etílicas. Por eso quizás borda al atormentado protagonista. Excelentes también los jóvenes, Yelchin y Lawrence (nominada esta año al Oscar por Winter's bone). Creíble en mayor o menor medida, El castor tiene sustancia y no deja indiferente.
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