sábado, 29 de diciembre de 2012

Libertad condicional


Publicado en Diario de Mallorca el 29/12/12

LOS MISERABLES

Nacionalidad: Estados Unidos, 158 min. Director: Tom Hooper. Actores: Hugh Jackman, Rusell Crowe, Anne Hathaway, Eddie Redmayne

Tras el alabado y celebrado éxito de El discurso del rey, Tom Hooper se ha atrevido con otro reto mayúsculo. El clásico de Victor Hugo ya había recibido varias adaptaciones, como la del director sueco Bille August. Hooper sin embargo ha llevado el espectáculo musical a la pantalla, con todas las consecuencias.

En primer lugar, valga la redundancia, es un musical puro. El ochenta por ciento, o más, del texto son temas cantados. La versión española mantiene ese porcentaje de versión original, con puntuales y bien ligados diálogos en castellano. En segundo lugar, Hooper no se ha dejado tentar por el socorrido truco de grabar la banda sonora en estudio y después rodar con pinganillos (auriculares ocultos) para que los actores muevan los labios en consonancia. Los actores cantan frente a la cámara, sin playback. Y bastante bien, por cierto. 
En tercer lugar, la fotografía se ha ajustado a esa circunstancia. Sobre una puesta de escena impecable, con animación por ordenador casi indetectable (impactante la escena inicial del astillero), el cineasta pega la cámara a los rostros de los actores, poniendo a todos los espectadores en primerísima fila y convirtiendo la obra casi en una ópera. Los intérpretes ponen el resto, convicción y ese algo más que les ha dado fama: Hugh Jackman (soberbia su recreación física del presidiario), Anne Hathaway, Rusell Crowe o los jóvenes Redmayne, Seyfried o Barks. Sacha Baron Cohen y Elena Bonham Carter repiten sus tics cómicos en las escenas idem. Los miserables mantiene, en dos horas y media de cine, la fuerza de la novela de Victor Hugo y la emotividad del musical.

martes, 25 de diciembre de 2012

Bienvenido al género humano


Publicado en Diario de Mallorca el 24/12/12

LAS SESIONES

Nacionalidad: Estados Unidos, 98 min. Director: Ben Lewin. Actores: John Hawke, Ellen Hunt, William H. Macy, Moon Bloodgood

Cierran los créditos de Intocable con imágenes reales de Philippe Pozzo di Borgo y su ayudante. Abren los créditos iniciales de Las sesiones con imágenes reales de Mark O'Brien circulando por las calles de San Francisco en una cama (sí, una cama) motorizada. Pozzo di Borgo, Ramón Sampedro y O'Brien comparten, (compartieron, dos de ellos fallecieron), una discapacidad severa. Ergo, tetraplejia, inmovilidad de cuello para abajo. La del yanqui no es debida a un accidente sino a la poliomelitis, que le obliga a pasar veinte horas al día enchufado a un pulmón artificial. 

Aún así, afronta la vida de frente. Con dudas, con bajones, pero esforzándose, como Di Borgo, por no perder el sentido del humor. Si Intocable narra la relación del discapacitado con un extravertido cuidador, Las sesiones desarrolla los intentos del yanqui, cercano a los cuarenta años, por iniciarse en el sexo. Para ello recurre, en paralelo, a dos terapeutas: una semiprostituta (Ellen Hunt) y un cura (William H. Macy). Los dos hacen lo que espera de ellos su cliente, no apidarse sino asociarse; no imponer sino proponer. Esa es la lección de la película. Tan simple, tan obvia, tan fácil de olvidar cuando el ego, o el miedo a la incertidumbre, se crecen. El director, Ben Lewin y los actores, echan el resto con la misma discreción y entusiasmo. John Hawkes deslumbró en dos papeles canallescos (Winter's bone y Marta, Marcy, May, Marlene) y borda ahora al cándido tetrapléjico. Hunt, Macy y Bloomgood se rinden a sus pies. Cuatro  sesiones de dolor, humor, amor y lagrimita final en una instructiva sesión de cine. 

jueves, 20 de diciembre de 2012

Así es el fin del mundo


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 20/12/12

CINE Y APOCALIPSIS

Paradojas de nuestra psique: nos aterra nuestra futura e individual muerte pero nos encanta fantasear con la desaparición de la humanidad. El fin de un ciclo cronológico de una civilización ultramontana se ha interpretado como predicción del fin del planeta. Religiones como el cristianismo, por intuición o interés también han dado mucho juego a esta hipótesis. Y a su vera, cientos, miles de escritores y un número ligeramente inferior de cineastas. Algunos ejemplos a voleo:

Cerrando el diafragma a tope, ajustándonos a la predicción maya, la película  más cercana es Apocalypto, de Mel Gibson. Abriendolo un punto entrarían las películas que tratan de un apocalípsis físico, con la naturaleza, el planeta, revolviéndose contra los insolentes humanos, como El día de mañana de Roland Emmerich. Ampliando aún más, el género de ciencia ficción recurre con puntualidad suiza a los futuros distópicos. El planeta de los simios (mejor la original que el remake), Mad Max (mejor la segunda que la previa y la posterior), Terminator (potente la tercera), Yo soy leyenda, 12 monos, La carretera o Hijos de los hombres son interesantes ejemplos. Una variante de autor, intelectual e intimista es la reciente Melancolía, de Lars von Trier.

Género (sub es innecesariamente despectivo) paralelo son los apocalísis químicos o mutantes, los filmes de zombies y/o virus: La invasión de los ultracuerpos (soberbia la versión inIcial de George A. Romero) 28 días después (Danny Boyle) o Mala sangre (Leos Carax) logran su fin de crear mucho desasosiego.

Ampliando horizontes, se califican como apocalípticas algunas sociedades que se derrumban en un pasado reciente o lejano. Sobre la Edad Media están El séptimo sello de Bergman o La caída de la casa Usher, de Corman. Del siglo XIX (novela de Conrad) y XX (película de Coppola), y con explícito recordatorio en el título, Apocalypse now.

Buscando el lado cómico, magistrales Delicatessen, de Caro y Jeunet, y Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, de Kubrick. Incalificable, igual de magistral a mi gusto, la reciente Holy motors de Leos Carax. Y estirando el concepto más que un chicle algún colega incluye Network de Sidney Lumet: Un despechado presentador de televisión poniendo en jaque a su país con su amenaza de suicidio.

Todos los ejemplos citados tienen un denominador común: el miedo y la fascinación adyacente por un brusco fin de la Humanidad. Con 7.000 millones de seres es difícil imaginar que en semanas o meses puedan morir varios miles de millones, caer como moscas como en las pandemias que asolaron a Europa en los siglos XIV a XVI. Aunque la hipótesis atente contra el sentido común, el ego emocional, irracional, sigue escuchando la dulce voz de los agoreros.

Se siguen filmando prandes producciones sobre grandes desastres, pero también hay visiones muy modestas. Yo me quedo con esta: en 1987 el grupo musical R.E.M. publicó el tema It's the end of the world as we know it ('Así es el fin del mundo', en traducción libre). En el videoclip, una casa abandonada en medio el bosque, muebles destrozados, objetos desperdigados, un cachorro canino y un chavalín preadolescente curioseando, bailando, brincando y jugando con un monopatín. Variante muy libre del cierre de Los hombres huecos de Eliot (“Así termina el mundo/ no con una explosión sino con un quejido)

martes, 18 de diciembre de 2012

Cristales rotos


Publicado en Diario de Mallorca el 18/12/12

DE OXIDO Y HUESO

Nacionalidad: Francia, 118 min. Director: Jacques Audiard. Actores: Marion Cotillard, Matthias Schoenaerts, Armand Verdure

Una mujer sin piernas, un hombre sin corazón. Así se puede resumir la última película de Jacques Audiard (Un profeta), fusión libre de varios relatos de Craig Davidson. Más detalles: ella (Marion Cotillard) es una monitora de un parque acuático mutilada por una orca; él (Schoenaerts) un boxeador agobiado por el hijo de seis años que acaba de endilgarle su ex. A primera vista son son caracteres demasiado opuestos para cuajar. No tanto: ella es de un escalón social superior, sólo uno. No tiene estudios superiores, es una empleada cualificada del sector del ocio. Él, aún dando tumbos, tampoco es un 'sin techo'. Más: ella es muy guapa, él muy viril. Su acercamiento es abrupto y bacheado, como la vida misma. Los dos se enfrentan al incierto futuro por caminos antagónicos y confluentes  ella busca un estímulo para superar el trauma de la mutilación, él va tomando conciencia, muy poco a poco, de sus pulsiones violentas.

Comparada con Intocable, se evidencia que ésta es un cuento de hadas. Audiard, con materia prima casi idéntica, arma un drama social más próximo a Robert Guediguian (Marius y Jeannette) con virutas de realismo sucio. Y muestra una vez más su poderío con la cámara. Hay media docena de planos que se quedan marcados en la retina: Cotillard cayendo al agua durante su accidente, Schoenaerts espiando su topless en la playa, el reencuentro de ella con el mamífero marino, el diente de él rodando por el suelo durante una pelea... Aunque el cumulo de incidentes o la química entre personajes chirríen a más de uno, De óxido y hueso, igual que Un profeta, es, vuelve a ser, cine con mayúsculas.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Retorno a la Tierra Media


Publicado en Diario de Mallorca el 17/12/12

EL HOBBIT, UN VIAJE INESPERADO

Nacionalidad: Estados Unidos, Nueva Zelanda,170 min. Director: Peter Jackson. Actores: Martin Freeman, Ian Mckellen, Andy Serkis, Kate Blanchett,

Los académicos de la adaptación recomiendan un ratio de un minuto de película por 1'5 paginas de la obra original. El Señor de los Anillos ofrece 2,5, indicativo de que han abreviado algunos pasajes de la extensa novela. En El Hobbit (0,6) ocurre todo lo contrario, convirtiendo 320 páginas en tres películas de casi tres horas cada una. 

Esto viene a cuento para dictaminar si los productores, por codicia han pasado la raya de lo tolerable. Tras ver la primera parte, no puedo dar un veredicto categórico. El efecto chicle es innegable: la cena en la que Bilbo Bolson conoce a Gandalf y los trece enanos dura casi cuarenta minutos; pero es una secuencia muy simpática. En las siguientes dos horas el ritmo se va acelerando gradualmente y las escenas de acción se enlazan limpiamente. La factura técnica es igual de excelsa que la trilogía del anillo, con elaboradísimas recreaciones como el submundo de los trasgos y los siempre fotogénicos paisajes de Nueva Zelanda. Y los actores igualan el listón: Martin Freeman no tiene los ojos saltones de Elijah Wood pero es muy creíble como el burguesito bolson. Ian McKellen vuelve a transmitir comedido liderazgo; Cate Blanchett, adoración; Andy Serkis, fascinación; los enanos, admiración. 

El Hobbit hay que verla en su contexto. Peter Jackson y la Metro Goldwyn Mayer están convirtiendo las obras de Tolkien en una franquicia, equivalente a La guerra de las galaxias o Harry Potter. Como primera precuela de El señor de los Anillos el filme mantiene la fidelidad a la obra de Tolkien y da lo que promete, aventuras, entretenimiento y evasión.

jueves, 13 de diciembre de 2012

El crimen del siglo (XIX)


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 13/12/12

ABRAHAM LINCOLN Y EL CINE

Sangre, sudor y lágrimas, recurriendo al tópico, han costado a Steven Spielberg sacar adelante su biopic sobre uno de los presidentes más carismáticos de la historia de Estados Unidos, Abraham Lincoln. Tres factores apuntan a esa popularidad: 1) Abolió la esclavitud (aunque el racismo, cotidiano, flagrante, puntualmente cruel, aún perdura) 2) Tenía un porte muy altivo y reconocible (muy alto, rostro angulado, barba sin bigote) 3) Murió asesinado.

Retomando la numerologia, tan cara por un servidor ultimamente, los anuarios suman poco más de trescientas apariciones del espigado estadista entre la pequeña y la gran pantalla. Por la teoría de ciclos, o la incertidumbre de Heisenberg, en poco más de un año han coincidido tres producciones con enfoques radicalmente diferente:

La conspiración, dirigida por Robert Redford, apuntó hacia los magnicidas, y más concretamente la mujer que participó en el grupo de conspiradores. Como tema de fondo el filme, sin negar la gravedad del crimen, reabre el espinoso tema del juicio amañado, la animosidad patente de los jueces hacia los acusados, la desverguenza de los investigadores en falsear pruebas o testimonios para cerrar todo resquicio de no culpabilidad, y la condescendencia del populacho con ese paripé. Sin llegar a exteriorizarse, critica que los jueces no estuvieran a la altura del difunto. (Tampoco, un siglo después, fueron capaces de aclarar el asesinato de J. F. Kennedy)

Abraham Lincoln, cazador de vampiros es un original pero hueco spin-off dirigido por el kazajo Timur Bekmambetov. Muestra al presidente en sus años mozos luchando contra el mal sobrenatural. Como entretenimiento, como acercamiento del personaje a la juventud actual, chapó. Como película pasará pronto al olvido.

En Lincoln, Steven Spielberg ha encarado un proyecto a la altura del retratado. Adaptando el libro Team of rivals, de Doris Kearns Goddwin, trata las intrigas políticas en el momento clave del mandato del presidente. Fue cuando se empeñó en sacar adelante la decimotercera enmienda constitucional, la abolición de la esclavitud, justo antes de finalizara la Guerra Civil de su país, para evitar dilaciones o componendas. Enmienda que sacó adelante con gran parte de sus correligionarios en contra. La película, como toda hagiografía que se precie, subraya las virtudes de Lincoln: su selección de un problema y una ley para corregirla, y su obcecación hasta lograrlo. Otra virtud, que no por casualidad repite Barack Obama en la actualidad, es su grandeza en la victoria. En vez de avivar rencores con los que le hicieron la cama desde su bando, les convenció de que se unieran a su proyecto. Sobre la producción reinaba incertidumbre respecto al protagonista. Liam Nesson fue la primera elección del director, pero se descabalgó tras los continuos retrasos del proyecto. Le ha sustituido Daniel Day-Lewis, casi de la misma estatura (1,84, aunque lejos del 2,05 del difunto), un rostro mucho más angulado y un aura de Actor's Studio, gusto por interiorizar a fondo los personajes y exteriorizarlos con un astuto uso de las miradas y recursos corporales. 

Volviendo a la numerología, comparando las clasificaciones de presidentes más valorados (Washington, Roosevelt, Lincoln). El tercero triplica en apariciones mediáticas al segundo y duplica al primero. Lo cual invita a una morbosa reflexión: ¿Recibiría la misma atención si no hubiera muerto por causa no natural?


Dos hombres buenos


Publicado en Diario de Mallorca el 12/12/12

SIN TREGUA

Nacionalidad: Estados Unidos, 104 min. Director: David Ayer. Actores: Jake Gyllenhaal, Michael Peña, Anna Kendrick, Frank Grillo

Dos jóvenes policías (Gyllenhaal y Peña) patrullan las calles de los barrios más humildes de Los Angeles. Este es el argumento de Sin tregua. Dos seminovedades: a) el protagonismo de unos peones en la compleja batalla entre autoridades y bandas criminales, en línea con la mítica serie Blues de Hill Street o, en parte, la más reciente The wire (Peña precisamente actuó en ella). b) con la excusa de que Gyllenhaal se ha apuntado a clases de derecho y obtenido permiso para filmar su trabajo cotidiano, va interactuando todo el rato con una cámara, de video a modo de reality.

Hasta ahí, las intenciones son buenas. Sin embargo los creadores no dan ni un mínimo paso adelante en desarrollo de personajes, ni profundizan en la problemática y las causas del crimen en los barrios depauperados. Tampoco superan una grave limitación del planteamiento, la muy restringida capacidad de decisión de los protagonistas. CSI tuvo la habilidad de otorgar más poder a otros peones (unos técnicos muy sofisticados, eso sí); los de Sin tregua son dos soldados rasos, muy motivados, muy valientes, muy compenetrados, pero cada vez que pisan terreno de órganos superiores, como el FBI, salen escaldados. Y David Ayer tampoco ha tenido el valor de dar todo el protagonismo a la cámara del protagonista, como Actividad paranormal o REC. Y los personajes, aunque buena gente, son planos. A consecuencia de ello la película, con el drama final y el edulcorado epílogo, deja la sensación de ser poco más que un publirreportaje, una reivindicación, una loa de la labor de la policía de Los Angeles.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Peterpanes


Publicado en Diario de Mallorca el 10/12/12

UNA PISTOLA EN CADA MANO

Nacionalidad: España, 95 min. Director: Cesc Gay. Actores: Eduard Fernandez, Javier Cámara, Ricardo Darín, Luis Tosar, Leonor Watling

Será por la la que está cayendo o por las modas circunstanciales, estamos en racha de burgueses de mediana edad en crisis profesional o existencial. Una pistola en cada mano muestra los problemas de ocho urbanitas, de forma secuencial con un breve encuentro al final. Son situaciones muy cotidianas, casi de serie televisiva, y con ausencia absoluta de acción. Todo se fia a la elección y modelado de los personajes y el pulido de los diálogos, para bien y para mal. Para mal, comienzo con la copa vacía, porque la modestia de ese planteamiento es a la vez un corsé. La inmovilidad física de los personajes es extrema. Además, al ser una historia coral, sin tiempo para presentar y desarrollar los personajes, el director y el guionista se ven forzados a cuadrar el círculo de ofrecer unos diálogos muy verídicos y al mismo tiempo contar de forma sutil cosas sobre ellos que en una conversación normal sobrarían. Y esos diálogos, de tan pulidos y perfectos, acaban siendo monocordes, con personalidades apenas diferenciadas. De hecho, todos los actores podría interpretar cualquiera de los papeles.La copa medio llena es que los guionistas salen bastante airosos de esa pirueta. Salvo los momentos iniciales de cada secuencia, algo forzados, los diálogos son muy picados, muy agudos, y reflejan situaciones, problemas, muy cotidianos y traumáticos. Reflejo de una crisis generacional innegable: hombres desnortados y mujeres cada vez más asentadas. Y de los actores, todos, hay que decir que su trabajo es soberbio, sacan provecho de los buenos diálogos y añaden ese algo más, su demostrada capacidad para interiorizar y transmitir emociones. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Sin placer


Publicado en Diario de Mallorca el 6/12/12

CASA DE TOLERANCIA

Nacionalidad: Francia, 122 min. Director: Betrando Bonello. Actores: Noemi Lyvovsky, Hafsia Herzi, Celline Sallete, Illiana Zabeth

Con ligero paralelismo con La pequeña de Louis Malle, Casa de tolerancia tiene un ritmo deliberadamente pausado y una languidez igual de premeditada. El argumento es mínimo, la vida en una casa de citas parisina en 1900 narrada desde dentro. Sólo tres hechos elevan la tensión dramática: el daño físico que recibe una chica ('la judía'), la enfermedad venérea de otra y las crecientes dificultades financieras de la regenta del negocio. Los personajes, aún siendo simples, son muy humanos. La madame maneja el club con mano de hierro y guante de seda, trata bien a las pupilas y al mismo tiempo (sin llegar a la semiesclavitud) las tiene atrapadas con deudas. Las chicas, por su parte, se debaten entre la claustrofobia de la casa, el estigma de su profesión, el miedo a envejecer y la incapacidad (pereza por la buena vida que disfrutan) o imposibilidad económica de buscar nuevos horizontes. Los hombres por su parte no quedan ni bien ni mal parados; son millonarios clasistas y bon vivants que sólo buscan asueto, salvo dos casos en los que traspasan la línea del sadismo o la crueldad psicológica. La recreación que hace Betrand Bonello del local y la época es impecable, y como única licencia creativa recurre, como hizo Sofía Coppola en María Antonieta, a unos temas de jazz y soul (el clásico Nights in white satin de Moody Blues) fuera de tiempo pero acertados en intención. Con su engañoso bajo vuelo, Casa de tolerencia encuentra el delicado equilibrio entre recreación nostálgica y reflexión sociológica  sobre el siempre candente tema de la prostitución.

martes, 4 de diciembre de 2012

Felino encerrado


Publicado en Diario de Mallorca el 3/12/12

LA VIDA DE PI

Nacionalidad: Estados Unidos, 127 min. Director: Ang Lee. Actores: Suraj Sharma, Irfan Khan, Adil Hussain, Gerard Depardieu

Varios obstáculos presentaba la adaptación al cine de la obra homónima de Yann Martel. Uno, su longitud (400 páginas, cuando lo ideal se consideran 200 o menos). Dos, las películas de náufragos solitarios, por su limitación de personajes y escenarios, han sido siempre de digestión difícil para los espectadores. Tres, un tema, la espiritualidad didáctica, que era otro campo minado. El único aval eran los premios literarios obtenidos por el libro.

El argumento de La vida de Pi  narra las peripecias de un adolescente indio (Sharma) perdido en el mar junto a varios animales primero y sólo un tigre poco después. En un nivel superior, al principio y al final de la historia, el protagonista, adulto ya (Khan), utiliza el relato de esa experiencia extrema para reflexionar sobre la existencia de un dios, con la etnia, rasgos y nombre que cada uno desee. De las dos tramas, la del pasado es la que tiene más fuerza; tras un colorista y costumbrista prólogo, el naufragio del mercante está soberbiamente realizado. La lucha inicial entre los tres animales y el chico y el posterior mano a mano entre éste y el agresivo felino son muy realistas, creíbles y amenos. El duelo entre el activo instinto depredador del animal y la emergente inteligencia del chico, sin ser novedoso, engancha y emociona. Reforzado con una fotografía ultraluminosa, creada para el 3D pero igual de espectacular en formato clásico y con unas correctas actuaciones. La trama espiritual es más cuestionable porque, aunque intenta ser accesible a todos, no deja de asomar un punto de paternalismo y un disimulado intento de proselitismo. Película entretenida y muy potente visualmente.

jueves, 29 de noviembre de 2012

Llegar, ver, filmar


Publicado en Diario de Mallorca el 29/11/12

CESAR DEBE MORIR

Nacionalidad: Italia, 77 min. Director: Paolo Taviani, Vittorio Taviani. Actores: Salvatore Striano, Giovanni Arcuri, Cosimo Rega, Antonio Frasca

Como agudamente comenta Billy Bryson, si John Heminges y Henry Condell no se hubieran roto los cuernos por publicar el First Folio, William Shakespeare posiblemente sólo recibiría una mención de pasada en los anales de la literatura. O ni eso. César debe morir es 'sólo' la 892ª adaptación cinematográfica de una obra suya. 

El planteamiento de la película no puede ser más simple. Los hermanos Taviani se enteraron de que en Rebibbia, la prisión romana de alta seguridad, había un programa de teatro. Se plantaron allí, vieron a los presos, todos ellos con larguísimas condenas, actuar, y filmaron una de sus escenificaciónes. Justamente con la ciudad de Roma y uno de sus próceres como protagonista. El filme tiene esa rara cualidad de las grandes obras de conjugar modestia y ambición. Modestia al ceder todo el protagonismo a unos actores aficionados. Ambición en la elección de la obra (Shakespeare siempre exige el máximo), en el dificilísimo ejercicio de no cruzar los muros de la prisión y mover la cámara por sus claustrofóbicos recovecos, en separar con los ensayos (blanco y negro con sombras marcadísimas, neorrealismo y expresionismo a la vez) de la representación (en color) y unirlos al mismo tiempo porque la obra se inicia en el mismo momento del casting. Sólo se echa en falta (los testimonios se dosifican con cuentagotas) conocer más sobre el pasado de los reos-actores, equivalente, seguro, a las trapecerías narradas en Gomorra.

No es raro que César debe morir venciera en el último Festival de Berlin. Los hermanos Taviani, a pesar de sus altibajos, tienen, mantienen, el cine en la sangre. 

Náufragos, enanos, miserables y rebeldes


Publicado en el suplemento Bellver, de Diario de Mallorca el 29/11/12

ESTRENOS NAVIDEÑOS (PASEO DE RONDA)

1. Esto es lo que presenta la oferta de cine estas navidades, a tono con el barómetro emocional de una gran mayoría de ciudadanos (los políticos siguen en Shangri-La, por supuesto). Sin embargo el currículo de directores, guionistas y actores invita, incita, a escaparse para ver estos estrenos:

2. La vida de Pi. Ang Lee (Brokeback Mountain, Sentido y sensibilidad, El banquete de bodas, La tormenta de hielo) vuelve a mostrar su eclecticismo, y talento al mismo tiempo. Adapta una premiada novela de Yann Martel sobre la odisea de un joven náufrago indio que comparte penurias con un tigre. Empinado reto (las historias de náufragos en la gran pantalla lo son) que Lee supera con alta nota.

3. El Hobbit. Indescriptible el revuelo que ha armado Peter Jackson en sus presiones a los distribuidores para que compren la maquinita de pasar películas a 50 fotogramas por segundo. No ha cuajado pero ha creado mucho ruido mediático, punto 1, con negritas, subrayado y relieve del manual del brillante publicista. Además de ruido, se vislumbra que habrá nueces. Guión de su amanuense de toda la vida (Philippa Bovens; Guillermo del Toro comparte crédito por un borrador previo) y presencia garantizada de Frodo/Elijah Wood, Gandalf/Ian Mckellen y Gollum/Andy Serkis.

4. Los Miserables. Tom Hooper, avalado ni más ni menos que por El discurso del rey, hinca el molar al exitoso drama teatral basado en el clásico de Victor Hugo. Dudoso que sea un fiasco, y menos con un reparto encabezado por Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried o Sacha Baron Cohen (pedazo de actor, no sólo de despendoladas parodias).

5. ¡Rómpelo Ralph! Cuando los socios de Pixar comienzan a mostrar síntomas de deshidratación creativa, el equipo propio de animadores de la Walt Disney sigue a piñón fijo, sin enamorar ni desfallecer. Esta película, sin ser muy rompedora en lo visual, tiene al menos la original premisa de presentar a un malandro de  videojuego rebelándose contra su destino.

6. El día después. Sin tiempo para digerir el turrón y las uvas vendrá el goteo de películas aspirantes (con inescrutables opciones todavía) a los Oscars. En esa carrerilla clasificatoria tenemos prealabados títulos como el Lincoln de Steven Spielberg. Le costó dios y ayuda financiarla -¡a Spielberg!- y acabará siendo un taquillazo. Como garantes ofrece al guionista Tony Kushner (Munich) y al (inspiradísimo por lo visto) actor Daniel Day Lewis. Para febrero se anuncia Atlas de las nubes. Lana (ex Larry) Wachowski ahora junto a Tom Twycker evoluciona del maquiavélico futurismo hacia el onanismo espiritual 'a la' Terrence Malick. Esperemos que los atardeceres en la Serra de Tramuntana no sean lo mejor de la película.

martes, 27 de noviembre de 2012

Amor de hija


Publicado en Diario de Mallorca el 26/11/12

GOLPE DE EFECTO

Nacionalidad: Estados Unidos, 113 min. Director: Robert Lorenz. Actores: Clint Eastwood, Amy Adams, Justin Timberlake, John Goodman

Es infrecuente, sobre todo en los últimos años, ver a Clint Eastwood sin autodirigirse. Con el cuchillo afilado se puede resumir Golpe de efecto como un cruce entre Moneyball y Gran Torino. Como la primera película, trata de las bambalinas del mundo del béisbol: Un ojeador cercano a la jubilación (Eastwood), padece vista borrosa, carácter agrio, bloqueo paternal y rechazo a las nuevas tecnologías. Inmovilista como él solo, resiste como gato panza arriba las zancadillas de sus compañeros y los intentos de su hija (Adams) por reconciliarse y ponerlo al día. Dos tramas secundarias, el machismo de la firma de abogados en la que trabaja ella y el ligoteo de un joven ojeador rival (Timberlake) dejan el deporte en poco más que una excusa para ensalzar el valor de la experiencia y el valor con que debemos afrontar las vueltas de la vida. 

Con guión tan previsible, el director no ha sido capaz de darle un ritmo ágil, limitándose a mover a los actores por campos deportivos de la zona sureste del país. Los actores sí se muestran a la altura de su apellido y reputación. Clint Eastwood repite la divertida mala leche de Gran Torino. Recuerda a Fernan Gómez en su etapa final, más genial y humano cuanto más gruñón es su registro. Amy Adams y Justin Timberlake suman oficio y talento a sus agraciados palmitos; John Goodman idem bajo su orondo cuerpo. Golpe de efecto es un más que correcto dramita deportivo-familiar. Sin grandes pretensiones, con muchas apelaciones al corazoncito de los espectadores y con un reparto que logra levantar las limitaciones del guión y dirección.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

No tan elemental, querido y carismático


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 22/11/12

ANIVERSARIO SHERLOCK HOLMES

Se cumple un siglo y cuarto desde la aparición del famoso detective por las calles de Londres e impresiona la dimensión que ha adquirido el personaje sin moverse apenas de su apartamento en Baker Street.

El romance del detective con el cine fue inmediato. Holmes ostenta el record Guiness de personaje más cinematografiado. Galardón en cuarentena. El portal de cine IMDB le adjudica 291 apariciones, superado por muy poco por Drácula, con 301. Aún así es un éxito. Para que se hagan una idea, el monstruo de Frankenstein suma 174; Hamlet, 211; Tarzan, 88; Don Quijote, nuestro hidalgo manchego, sólo 77. 

Javier Bort, en su excelente estudio del paso de Holmes por la gran pantalla (www.aullidos.com), distingue dos momentos álgidos: El primero fue la serie de películas producidas por la Fox y la Universal entre 1939 y 1946, con Basil Rathbone como Holmes y Nigel Bruce como Watson. Rathbone supo imprimirle señorío y simpatía. Igual o más apreciada por los cinéfilos es la saga de la productora inglesa Hammer entre 1958 y 1990. Los actores que se embutieron en el gabán, salacot y pipa fueron Peter Cushing y Cristopher Lee. Ofrecen menos matices que Rathbone pero el físico de ambos, sus angulosos rostros, han quedado más marcados en los espectadores.

Como variantes de estilo, o experimentos creativos, son reseñables un corto de Buster Keaton (El moderno Sherlock Holmes, 1924); una comedia tardía de Billy Wilder (La vida privada de Sherlock Holmes, 1976); un sugerente y semi fallido encuentro entre el sabueso y el maestro del psicoanálisis (Elemental Dr Freud, Nicolas Meyer, 1970); un preadolescente Holmes imaginado por Spielberg (El secreto de la pirámide, 1976), comedias más insustanciales (El hermano más listo de Sherlock Holmes, 1975, con Gene Wilder) o la versión muy, muy Disney (Basil, el ratón superdetective,1986). 

Astuta y excelentemente recibida por el público ha sido la reciente resurrección del personaje por el cineasta Guy Ritchie. Ha desmembrado al personaje y lo ha reconstruído a su antojo para epatar y entretener al espectador, con el precio de dejar gran parte de su alma por el camino. Un Robert Downey Jr. en estado de gracia, apoyado por el igual de efectivo Jude Law fuerzan a que se les perdone ese pecadillo. Muy académica, y gris por desgracia, es la elucubración de un paso por Madrid del detective a cargo de José Luis Garci.

Volviendo a la estadística inicial, Drácula y Frankenstein son el paradigma de la fascinación del mal, reforzados con los poderosos temas del amor inmortal por un lado y el rechazo de los aberraciones biológicas -un ser deforme en este caso- por el otro. Holmes en cambio representa el triunfo de un hombre casi corriente. Un hombre trabajador, metódico, inteligente, con labia, muy implicado con la justicia y con un punto excéntrico que lo humaniza mucho. Qué sea más o menos hedonista, que tenga más o menos debilidad hacia el sexo opuesto o las sustancias estimulantes son matices secundarios, carne de Salsa Rosa. En la mayoría de retratos es un hombre (bastante) ejemplar sin la pretensión explícita de serlo. Por eso se lo siguen rifando guionistas, cineastas y actores.

Ah, y una curiosidad final: Sherlock Holmes jamás usó el latiguillo 'Elemental, querido Watson'. En multitud de ocasiones, a lo largo de sus investigaciones, murmura  un solitario 'Elemental.' Y siempre se dirige a su ayudante con un educado y muy british 'Mi querido Watson'. El empalme de ambas coletillas apunta, por deducción inversa, a algún periodista espabilado.

martes, 20 de noviembre de 2012

La belleza de un gesto


Publicado en Diario de Mallorca el 20/11/12

HOLY MOTORS

Nacionalidad: Francia, 115 min. Director: Leos Carax. Actores: Denis Lavant, Kilye Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes

Con Denis Lavant protagonizando un dificilísimo papel multiple, el argumento de Holy motors es confuso. O ambiguo, quizás deliberadamente (como Mulholland drive de David Lynch). Un hombre (Lavant) sale a trabajar en una limusina y a lo largo de una jormada se va transformando en (¿suplantando a?) siete personas de sexos, edades, profesiones, orígenes y estados mentales polarizados. Se insinúa en un momento del filme que hay microcámaras ocultas. ¿Es un reality? ¿O un Matrix más cercano? 

O es, puede que no sea, más que una excusa para reflexionar sobre la difusa, la permeable línea de separación entre realidad y ficción, entre acción y actuación, los desdoblamientos de personalidad, la volatilidad de las identidades, el Mortadelo que llevamos todos dentro, nuestra tendencia a escapar para evadirnos de nosotros mismos. A mitad de película Michel Piccoli, el 'jefe', pregunta al protagonista por qué sigue haciendo ese trabajo. Respuesta: “Por la belleza de un gesto”. Eso es lo que hacen los actores, ponerse en la piel de otro; y los escritores, y los directores de cine o teatro... A partir de un planteamiento corriente, un día en la vida de un hombre, Leos Carax se suelta en todo lo demás. Los personajes, las situaciones, los escenarios, la música, incluso el reparto (la modelo Eva Mendes, la cantante Kylie Minogue, el veterano Piccoli, el propio director). Con el aderezo de un homenaje al director de culto Georges Franju y un único borron en la escena final del garaje. Holy Motors es cine de arte y ensayo puro, una marcianada, un salto al vacío. De una piscina o de la estratosfera.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Libadores de guante blanco


Publicado en Diario de Mallorca el 19/11/12

LA PARTE DE LOS ANGELES

Nacionalidad: Reino Unido, 106 min. Director: Ken Loach. Actores: Paul Brannigan, Roger Allam, Jasmine Riggins

Desde su debut Ken Loach no ha parado de alternar entre la denuncia política o social, en formato de drama puro o comedia ligera o punzante. Si en su penúltima película (Route Irish) hurgó en la desalmada corrupción de las subcontratas militares, este año se toma un respiro similar al de Buscando a Eric

La parte de los ángeles trata de unos ni-nis escoceses a los que su monitor de asuntos sociales mete el gusanillo de los sumillers de whisky y, con la inconsciencia propia de su juventud y desarraigo social planean el estraperlo de un licor de altísimo valor. La película tiene dos partes muy marcadas. La primera desarrolla la dura vida del protagonista, rebelde con causa; y cómo la paternidad le hace cambiar el chip, contener con muchísmo esfuerzo el rencor violento que le identificó hasta entonces, y asimilar que puede haber un resquicio de vida limpia y legal. La segunda parte es una mezcla de Doce del patíbulo y chiquicientos filmes de robos de guante blanco, con el giro cómico de que que la protagonizan cuatro hooligans en un almacén de licores.  La película es simpática y muy positiva, lo cual es una opción comprensible en los tiempos que corren. Reforzada con un guión apañadito y unos actores, desconocidos como siempre, voluntariosos. Sin embargo un servidor ha notado un Ken Loach algo amansado. Sin el maniqueísmo de sus obras más políticas pero sin la contundencia de los dramas más lacerantes o la originalidad de comedias como la protagonizada por Eric Cantona. Aún así, con un poco menos de fuelle, sigue siendo mucho Ken Loach.

martes, 13 de noviembre de 2012

Amor atávico

Publicado en Diario de Mallorca el 13/11/12

SUBMARINE

Nacionalidad: Reino Unido, 97 min. Director: Richard Ayoade. Actores: Craig Roberts, Yasmin Paige, Paddy Considine, Sally Hawkins

Adaptando la novela de Joe Dunthorne, Submarine recrea los sinsabores familiares y amorosos de un adolescente en un pueblecito costero de Gales hace un par de décadas. El argumento no ofrece ninguna sorpresa: chico rarito (hipertímido/hipersensible/ hiperenamoradizo/inframaduro) se enamora de una compañera de clase (monilla/algo más madura/algo menos rarita que él). Al mismo tiempo sus padres (él depresivo/ella insatisfecha) sufren una crisis porque un ex novio de ella (atractivo/engreído/ iluminado/ligón) se muda a la casa colindante. Cuando la madre de la novia adolescente sufre una grave enfermedad el protagonista es incapaz de compaginar ambas crisis. 

El problema de ese argumento, más que la falta de novedad es que no logra elevarse  más. Chicos sensibles y asociales haylos por todo el planeta, pero son una minoría. Lograr que sus inquietudes trasciendan e  interesen a esa mayoría más madura y equilibrada, lo han logrado sólo creadores como J.D. Salinger, Robert Musil o George Lucas. Sin embargo Richard Ayoade saca lo mejor del libro (los matices de los personajes y algunos diálogos excelsos) y lo envuelve con mucho arte. Puro indie, eso sí: fotografía de videoclip pop, música idem (embelesantes temas de Alex Turner, vocalista de los Arctic Monkeys, en solitario) y bucólicos planos, con ayudita de la oficina de turismo local, de lo más fotogénica de la costa de Gales. En el reparto hay mucha, buena, química en la joven pareja protagonista y afinados registros en el trio de adultos. Aunque no rebasa los cánones del género, Submarine no deja de ser una comedia romántica, tierna, sensible, para jóvenes y los que aún creemos que lo fuimos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

En busca de un final


Publicado en Diario de Mallorca el 12/11/12

EN LA CASA

Nacionalidad: Francia, 105 min. Director: François Ozon. Actores: Fabrice Luchini, Kristin Scott-Thomas, Ernst Umhauer, Emanuelle Seigner

Curioso, un cineasta francés adaptando una obra de teatro española. El original de Juan Mayorga se titula El chico de la última fila. El argumento es original: un estudiante de bachillerato, para cumplir con los deberes del profesor de literatura recrea, en una sucesión de redacciones, la obsesión enfermiza con la familia y la vivienda de su mejor amigo. Y provoca que el profesor se obsesione con el talento literario del chico poniendo en juego su empleo. 

Al libreto no le falta ambición. Toca, y no de forma superficial, el apalancamiento de la clase media, las carencias del sistema educativo y el voyeurismo hacia nuestros seres iguales. Logra una extraña fusión de comedia, suspense y metaliteratura con briznas de realismo mágico; solapándolas en unos momentos, diluyéndolas o fusionándolas en otros. Produce, y eso es dificilísimo, atracción, desasosiego y sorpresa a partes iguales. En su crítica al ombliguismo de la burquesía  Ozon/Mayorga entran en terreno, y salen vivos, de Buñuel o Yasmina Reza. Pero al mismo tiempo caen en el egocentrismo al dar una lección magistral de creación literaria bastante básica. Y la fusión de géneros de tramas, de tonos, pasa en el tercer acto, sin poder evitarlo, del asombro al 'vale todo'. En la dirección, Ozon se permite algunas florituras al principio y después deja paso a una agradecida sobriedad. La música arranca con riffs de piano a lo Philip Glass, relevados por jazz y música romántica demasiado redundantes. En los actores hay buena química entre Luchini y Scott-Thomas; convencimiento en Umhauer y exceso de hieratismo en Seigner. Película perturbadora, divertida, crítica, diferente.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Todos tenemos problemas


Publicado en Diario de Mallorca el 5/11/12

EL PROFESOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 97 min. Director:  Tony Kaye. Actores: Adrien Brody, Cristina Hendricks, James Caan, Sami Gayle

Como cita el refranero, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Tony Kaye (American history X) se asoma al agujero negro de la educación en las zonas más desfavorecidas de Estados Unidos. Las desigualdades en Norteamérica, flagrantes en sanidad y educación no son novedosas, en los últimos años hemos visto excelentes filmes como Half Nelson, Precious o Profesor Lazhar. El profesor cuenta un mes en la vida de un profesor suplente en una gran ciudad, sus problemas personales (un abuelo moribundo, un trauma infantil) y profesionales. 

El guión antepone ambición a verosimilitud. Por un lado no llega a ofrecer un planteamiento mínimamente novedoso. Por otro martillea, sin apenas matices, con la desidia de los alumnos, la indefensión de los profesores y la mezcla de inopia e inepcia de los responsables políticos. Además se dispersa con tramas prescindibles (la prostituta juvenil a la que acoge el protagonista), cruza en varios momentos la raya del melodrama y tiene desconcertantes omisiones, como la ausencia  de armas o teléfonos móviles. En la realización Tony Kaye, en vez de buscar un discreto segundo plano para que el espectador se meta bien en la historia, da dos pasos adelante: cámara nerviosa, montaje impaciente, iluminación desconcertante y música excesivamente lírica. En el reparto Adrien Brody también peca de exceso de trascendencia; más creíbles se muestran James Caan o Sami Gayle.

Aunque El profesor abusa de clisés y peca de un preciosismo formal extemporáneo, su vocación, su denuncia, no dejan de ser candentes y loables. Y nos recuerda que, si no cambia la dinámica actual, nuestro sistema educativo sufrirá miserias e injusticias similares dentro de poco.   

La lista de M


Publicado en Diario de Mallorca el 3/11/12

SKYFALL

Nacionalidad: Reino Unido Estados Unidos, 143 min. Director: Sam Mendes
Actores: Daniel Craig, Javier Bardem, Judi Dench, Ralph Fiennes

Para el cincuenta aniversario de James Bond los productores no han ahorrado medios ni ambición. En primer lugar, en la dirección. Hasta ahora fichaban a figuras de segunda  (Martin Campbell, Marc Foster) talentosos, inquietos e irregulares. Sam Mendes (Camino a la perdición, American Beauty, Revolutionary road) no es Spielberg o Scorsese pero está en un escalón superior. Su impronta se aprecia a lo largo de todo el filme. Reduce a lo imprescindible las escenas de acción machacona, ajusta el ritmo a una cadencia media y potencia la fotografía, con secuencias como la pelea en Shangai con luces de neón al fondo o la persecución nocturna final por el páramo escocés que se quedan grabadas en las retinas.

Con los actores ha ocurrido lo mismo: Afianzado Daniel Craig en el liderato, se echaba en falta un rival a su altura. Los 'malos' de anteriores entregas eran los semidesconocidos Mads Mikkelsen y Mathieu Amalric. A Javier Bardem le avalan (y no es por chovinismo) además del Oscar un cuajo, una intensidad y una variedad de recursos interpretativos que le convierten en uno de los mejores actores mundiales del momento. De hecho en su primera escena de esta película se zampa crudito a Daniel Craig. Compone un afeminamiento muy elaborado, recordándome incluso a Heath Ledger en El caballero oscuro. Judi Dench sí está a su altura, monumental, y Ralph Fiennes se les acerca. 

Una tercera muestra de la nueva etapa que inicia Bond es que, por primera vez en la historia de la franquicia, finaliza con un “continuará”, lo cual hace presumir que veremos de nuevo a Bardem y Fiennes. Skyfall no deja de ser una película de acción y no deja de ser un capítulo más de James Bond, pero es el mejor en décadas, con una combinación precisa y actualizada de suspense, nostalgia y glamour.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Filias y fobias


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 1/11/12

PASEO DE RONDA

1.Tercera (¿cuarta?) visita al confesionario. Llevo un lustro y pico colaborando con este diario y con intermitente frecuencia me asalta una duda cuasi existencial: ¿La película me está gustando/disgustando por razones más o menos objetivas o por debilidad hacia/contra determinados directores/actores/?

2.Directores. Me producen cierto rechazo los cineastas que transpiran su ego sin demasiado pudor, como David Fincher o M. N. Shyalaman. A este último lo tengo especialmente cruzado por sus pretensiones de trascendencia que a mi me parecen muy huecas. Fincher me parece demasiado serio. Ridley Scott, tras un arranque magistral (Los duelistas, Blade Runner, Alien) se ha apalancado sin el menor atisbo de autocrítica. En cambio ver a Woody Allen es como acudir a un festejo familiar, unos años te diviertes más, otros te aburres, pero se mantiene el cariño y las complicidades. Wes Anderson (Los Tenembaum, Viaje a Darjeeling, Moonrise Kingdom) es un adorable friki con mucho más cuajo y profundidad de lo que aparenta. En el cine español tolero más a Almodóvar, a pesar de que sus guiones son cada vez más irregulares y desconcertantes, y en cambio no acabo de entrar en el mundo de Julio Medem, salvo en Caótica Ana que me gustó quizás por eso, porque Medem dejó que el personaje cobrara vida propia. 

3.Intérpretes. Americanos: Ryan Gosling (Half Nelson, Drive), repite tics de Paul Newman pero domina la economía de gestos, y se le ve convencido de lo que hace. Robert Downey Jr. (Chaplin, Iron man, Sherlock Holmes), aunque tiene una vena de histriónico y robaplanos tiene una poderosísima e inteligente mirada y domina el lenguaje corporal. Phillip Seymour Hoffmann es otro excelso robaplanos. Federico Luppi o Ricardo Darín lo tienen todo y lo transmiten con una naturalidad apabullante. Europeos: me fijé en Michael Fassbender en su primera película estrenada aquí (Fish tank) y ha confirmado ese talento; otro secundario que me ha marcado es Niels Arestrup (Un profeta, The war horse). En la cara opuesta, aunque empatizo con las inquietudes políticas y sociales de George Clooney y Brad Pitt, como actores me parecen inexpresivos y monogestuales. Españoles: Javier Bardem es un monstruo, no me extrañaría que gane más Oscars. José Coronado y Luis Tosar están un escalon por debajo suyo y otro por encima del resto de intérpretes patrios. Penélope Cruz me deja frío; Maribel Verdú es más versátil, Pilar López de Ayala sigue siendo una promesa. En Hollywood las adultas (Meryl Streep, Susan Sarandon, Anjelica Huston, Judi Dench) se meriendan una y otra vez a las aspirantes, con excepciones como Charlize Teron, Natalie Portman o Michelle Williams

4.Guiones. Mis filias y fobias rebasarían la extensión de una enciclopedia. Lo dejo para otra entrega...

martes, 30 de octubre de 2012

El pueblito


Publicado en Diario de Mallorca el 30/10/11

VACACIONES EN EL INFIERNO

Nacionalidad: Estados Unidos, 96 min. Director: Daniel Grünberg. Actores: Mel Gibson, Kevin Hernandez, Daniel Gimenez Cacho, Dolores Heredia

Es difícil descontaminarse del ajetreo mediático sobre Mel Gibson, su machismo y filofascismo. Quizás relacionado con eso, en sus dos últimas películas interpreta a dos  lunáticos en busca de redención. En El castor fue un ejecutivo desquiciado y recuperado mediante pseudeventriloquía con un peluche. En Vacaciones en el infierno encarna a un delincuente pasado de vueltas que, tras robar varios millones de dólares, acaba en una abarrotada cárcel mejicana e intenta evitar que un chico se convierta en donante forzoso de hígado a beneficio del narcotraficante que gobierna de facto el penal.

El título original de la película es, traducido, Atrapad al gringo o, en otros países, Como pasé mis vacaciones de verano. Ambos son más indicativos del tono de la película: comedia de acción desacomplejada con toques de Tarantino, Robert Rodríguez, spaguetti-western e incluso Sam Peckinpah (un tiroteo que emula a Grupo Salvaje; trazas argumentales de Traedme la cabeza de Alfredo García). Mel Gibson, guionista además de la película, lleva todo al límite: Atractiva y repulsiva a la vez ambientación del presidio, humor negro, un par de escenas no aptas para estómagos sensibles (una de tortura y otra de quirófano), algunas frases muy brillantes y otras muy planas, así como el desenlace casi de cómic infantil. Como actor vuelve a bordarlo. Sobreactúa, sí, pero es lo que pide el papel. Como comedia negra desmadrada Vacaciones en el infierno está bien. Sin embargo se queda ahí, en una 'tarantinada' más, sin llegar a hurgar más en las causas de la pobreza y la extrema corrupción en la frontera entre Méjico y Estados Unidos. 

domingo, 28 de octubre de 2012

Con la guardia revolucionaria en los talones


Publicado en Diario de Mallorca el 29/10/12

ARGO

Nacionalidad: Estados Unidos, 120 min. Director: Ben Affleck. Actores: Ben Affleck, Bryan Cranston, Alan Arkin, John Goodman

Otra historia más basada en hechos reales y tercer largometraje de Ben Affleck como director. Argo narra el asalto a finales de 1979 de la embajada estadounidense en Teherán, justo tras la llegada de Jomeini al poder. La imprevisión de ese ataque y las dudas del presidente Carter empujaron a la CIA a montar una desesperada acción para sacar del país a seis funcionaros que lograron escabullirse de la embajada y refugiarse en la vivienda de su homólogo canadiense. 

El argumento comparte similaridades con Un corazón invencible o Syriana. La novedad es que el plan de fuga de Argo rozó lo rocambolesco, con unos productores de Hollywood de medio pelo por medio y un espía rozando la inconsciencia. Affleck ha sido inteligente al no abrir resquicio a la comedia y potenciar el suspense al máximo, subrayando el fanatismo y la determinación de los iraníes y la indefensión de los americanos. Eso, y la estupenda, sin exceso de medios, ambientación son lo mejor de la película. Sin embargo no da ni medio paso más. No complica, como Syriana, la estructura; la historia está muy masticada, no hay cabos sueltos, todo se explica bien y se reitera si es necesario. Affleck comete el segundo pecadillo de protagonizarla. En The Town, su anterior filme, eligió un papel más secundario; aquí se empeña en guisárselo y comérselo y muestra sus limitaciones como actor: introversión y contención se transforman en impasibilidad e inexpresividad. Suerte que le acompañan grandes actores, Bryan Cranston, Alan Arkin, John Goodmam o los intérpretes de los rehenes. Efectivo, no extraordinario, thriller político-histórico.  

jueves, 25 de octubre de 2012

Moderar y pulir


Publicado en Diario de Mallorca el 24/10/12

LA ISLA DE LOS OLVIDADOS

Nacionalidad: Noruega, Francia, Suecia, 120 min. Director: Marius Holst. Actores: Stellan Skaarsgard, Benjamin Helstad, Kristofer Joner, Trond Nilssen

Los dramas carcelarios mantienen su atractivo por su doble reflexión sobre la justicia: a) ¿Merecen los convictos, además de la privación de libertad, una ración añadida de crueldad? b) En palabras de Juvenal, ¿quien vigila al vigilante? Un delincuente con voluntad de redimirse frente a un carcelero corrupto y/o sádico se convierten en una actualización más, y siempre efectiva, del duelo bíblico entre David y Goliat. La contrapartida suele ser un deslizamiento hacia la claustrofobia, la testosterona y el maniqueísmo.

La isla de los olvidados es un ejemplo típico del género, con todas esas virtudes e imperfecciones. En el lado positivo ofrece varios refuerzos añadidos: los protagonistas son chicos, se inspira en sucesos reales, acaecidos en un centro de 'reeducación' a comienzos del siglo XX en un fiordo nórdico, con su dosis extra de aislamiento y frio; y se evita el exceso de violencia, el suspense forzado o el morbo fácil con los abusos sexuales. En el reverso, tras un arranque razonablemente matizado, deriva en la segunda parte a un terreno demasiado trillado, la maduración y moderación de C-19, el chico más indomable (Helstad); la radicalización de C-1 (Nilssen), el más inteligente hasta ese momento; la ceguera de los supervisores y el encastillamiento, hasta sus últimas consecuencias, del director del centro (Skarsgard). Esa previsibilidad se compensa en parte con el gélido y sombrío exotismo del lugar, un ritmo sostenido y efectivo y el razonable quehacer de los actores. Skarsgard pone oficio a las rigideces de su personaje, Helstad y Nilssen transmiten bien sus dudas de callar y ser cómplices de los excesos adultos o rebelarse y eternizar su encierro. 

domingo, 21 de octubre de 2012

Cerrar el bucle


Publicado en Diario de Mallorca el 21/10/12

LOOPER

Nacionalidad: Estados Unidos, 118 min. Director: Rian Johnson. Actores: Bruce Willis, J oseph Gordon-Levitt, Emily Blunt, Jeff Daniels

En 2074, para prevenir crímenes envían a un sicario (un ‘looper’ del título) al pasado, en una máquina del tiempo, para liquidar al malandro de turno. Las víctimas se les aparecen encapuchados para evitar dudas y remordimientos. Hasta que un jefe con vena estalinista (Jeff Daniels) decide purgarlos encargándoles, sin decírselo, liquidar a su futuro yo. Esa premisa inicial, ya interesante, no queda ahí. Cuando un looper destapa la macabra trampa, el doble protagonista (Joseph Gordon-Levitt y Bruce Willis) se enfrenta al dilema de liquidarse uno al otro o que les persigan sus compañeros hasta eliminarlos, en su jerga, cerrar el bucle. La única salida es liquidar al jefe, pero en el pasado no es más que un niño de diez años, y tienen tres candidatos posibles…

Potente argumento, con trazas sólidas pero no miméticas de Philip K. Dick (autor de los relatos seminales de Blade Runner, Desafío total o Minority report). Precisamente con ésta última comparte más vínculos (juegos con el cronoespacio), igual que con Origen (protagonizada también por Gordon-Levitt). Sin embargo el director-guionista Rian Johnson arriesga más que Spielberg, apurando los saltos temporales al límite de la capacidad de asimilación del espectador y recreando un futuro ni demasiado tecnificado ni distópico, suburbios pobres de ciudades, granjas campestres con un par de toques futuristas y trabajados y sugerentes interiores. El reparto también es muy sólido, al buen trabajo de los desdoblados protagonistas se les añade una Emily Blunt en racha de estrenos (La pesca del salmón en Yemen, El amigo de mi hermana) y un repescado Jeff Daniels (memorable su topetazo con Melanie Griffith, décadas ha, en Algo salvaje). 

viernes, 19 de octubre de 2012

¡E-oeoe-oeoeeee!


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 18/10/12

TARZAN

Como el Robinson Crusoe de Defoe y, en menor medida El mundo perdido de Conan Doyle, Rice Borroughs consiguió tocar una fibra muy sensible en los terrícolas del siglo XX. Recordemos: la Segunda Revolución Industrial nos había distanciado definitivamente del resto de seres vivos del planeta (e indirectamente provocó la Primera Guerra Mundial). El progreso, en el sentido más tecnológico del término, era la palabra de moda. Y sin embargo, muy a pesar de algunos, seguíamos (aún no lo sabíamos) compartiendo el 98% de los genes con los primates. Por eso las historias de supervivencia en la naturaleza más virgen y prehumana conmovieron tanto. 

Rice Borroughs fue muy astuto al dar la vuelta a una premisa argumental. En vez de retratar a un buen salvaje que se adapta a la vida moderna, eligió a un hombre moderno que se adapta, por dichosas vueltas del destino, a la vida salvaje. Y para hacerlo aún más digerible le puso de compañera a una humana (de buena familia, como no) y un mono como mascota. Traducido al bable: carne de best-seller, en el formato que fuera o fuese.

Por ello la progresiva consolidación del cine como espectáculo de entretenimiento incorporó enseguida al hombre mono. Elmo Lincoln fue su primer rostro popular. La llegada del cine sonoro provocó un relevo generacional y un exnadador de origen rumano, Johnny Weismuller se convirtió en la encarnación más celebrada durante más de medio siglo. Su 'Yo Tarzán, tú Jane' y el estentóreo alarido fueron imitados, burlados, parafraseados, millones de veces en cientos de culturas diferentes. 

Convertido en un icono de masas, el relevo fue complicado. Lex Barker y Gordon Scott salieron, por los pelos, airosos de la comparación con Weismuller. La sobreexplotación del personaje en cine y televisión en los años cincuenta dejó un rastro de selva quemada para las siguientes generaciones de cineastas y actores.  Sólo había dos caminos. Uno era el 'mas de lo mismo' con el peligro de no despertar el suficiente interés en el agotado público. Es lo que hizo John Derek en 1981, con Miles O'Keefe interpretando al fornido salvaje y, adivinen, Bo Derek encarnando a una voluptuosa Jane. Pocos años después, en 1984, Hugh Hudson probó una la vuelta a los orígenes, hurgar en la versión más salvaje, más introvertida, más realista, más atormentada. Con el francés Christopher Lambert de protagonista y Andie McDowell como réplica femenina, obtuvo un aceptable éxito de público y crítica, y supuso un buen trampolín para la carrera del actor. 

Desde entonces no se han vuelto a tener noticias. Sólo una adaptación de 1998, Tarzán y la ciudad perdida por Carl Shenkel y protagonizada por Casper van Diem (Starship troopers). Se vendió una vez más como la más fiel a la obra original pero despertó bastante bostezos en el escaso público que la vio. Y, cuentan los enterados del gremio, hay un proyecto flotando en la productora Warner que no acaba de cuajar.

Entre las primeras películas mudas y las más (relativamente recientes) hay un sinfín de recreaciones en formato de animación y para la pequeña pantalla. Amén, el cebo era ineludible, de varias versiones para cine adulto, una de ellas con el célebre actor Rocco Siffredi.

Aunque de capa caída en el cine, la vigencia del personaje se mantiene. Los nostálgicos tenemos y tendremos siempre a mano, en filmotecas digitales o los momentos estelares de Youtube, a Johnny Weismuller con su atribulado hablar y su retumbante grito.

miércoles, 17 de octubre de 2012

Reanimados

Publicado en Diario de Mallorca el 17/10/12

FRANKENWEENIE

Nacionalidad: Estados Unidos, 87 min. Director: Tim Burton. Actores: (Animación)

Vueltas que da la vida. En 1984 un joven Tim Burton a sueldo de la Disney realizó  un cortometraje con la variante argumental de que el doctor Frankenstein es un preadolescente y el reanimado monstruo su hiperactivo y cariñoso bullterrier. El resultado no gustó a la productora y despidieron al ya estrafalario director por malgastar su dinero. Pelillos a la mar, porque casi tres décadas después se han reconciliado y Burton transforma el corto en un largo con generoso presupuesto y libertad creativa.

En el capítulo técnico no hay demasiadas sorpresas. El cineasta recurre a los cadavéricos rostros ya vistos en Pesadilla antes de Navidad o La novia cadáver, con ambiente familiar típico de Disney y toques de Los Simpson. El tosco 'stop motion' original deviene un elaboradísimo 2D/3D. La música de Danny Elfman es otro pilar del filme, presente y precisa sin llegar a apabullante. En el guión es donde se suelta más la melena. Ventila el argumento original en media película y después se lanza a un desbocado homenaje de películas catastrofistas, Godzilla, Gremlins, Los pájaros, Cementerio viviente, Piraña y un larguísimo etcétera. El elenco humano se mueve con corsés más tópicos, salvo el profesor de instituto, la sobrina del alcalde y el joven Igor; el casting zoológico desata un sinfín de sorpresas y carcajadas, reforzadas con pequeños detalles como los nombres de los animales enterrados o Bambi en la cartelera de un cine cuando el pueblo está sumido en el caos. Frankenweenie muestra a un Tim Burton más lúdico que nunca. Una entrañable y original parodia, perfecta para evadirse de la extenuante crisis. 

martes, 16 de octubre de 2012

Y comieron perdices


Publicado en Diario de Mallorca el 14/10/12

LO IMPOSIBLE

Nacionalidad: España, 112 min. Director: J. A. Bayona. Actores: Naomi Watts, Ewan McGregor, Tom Holland, Samuel Jostlin

Lo imposible está basada, como repite incansablemente la promoción del filme, en la historia real de una familia superviviente del tsunami de 2004 en el sureste asiático. El título más la publicidad desvelan el desenlace, dejando escaso resquicio a la incertidumbre de si será un final total o parcialmente feliz. El único antecedente, parcial, es la reciente Más allá de la vida, de Clint Eastwood. La diferencia entre ambas es que el americano recrea la tromba de agua atravesando una localidad, mientras que el español elige uno de los centros turísticos más aislados. 

Bayona y el guionista Sergio Sanchez concentran todos sus esfuerzos en el cómo, en recrear con la mayor fidelidad posible la magnitud del desastre. El libreto tiene la virtud de no embarcarse en tramas secundarias superfluas, pero roza el melodrama con diálogos algo previsibles y reiteración de gritos desgarrados. En el reparto Naomi Watts (21 gramos, Mullholand drive) y Ewan McGregor (Trainspotting, Beginners) no son actores galácticos y sí especialistas en papeles diferentes y exigentes como estos. Watts recibe mayor cuota de protagonismo y hace una interpretación muy intensa y convincente, sin llegar a ser de Oscar. McGregor acepta su rol de consorte y también logra emocionar. La realización repite pros y excesos: impresionante recreación de la costa devastada y el hospital desbordado; dificilísimas, apabullantes las secuencias de la deriva de Watts y el chico en los embates más intensos de la devastadora marea; y abuso de la música subrayante, tics de su pasado en el género de terror. Película para amantes del drama realista; imprescindible una caja grande de kleenex.

miércoles, 10 de octubre de 2012

(Casi) todo pasa factura


Publicado en Diario de Mallorca el 10/10/12

EL FRAUDE

Nacionalidad: Estados Unidos, 107 min. Director: Nicholas Jarecki. Actores: Richard Gere, Susan Sarandon, Tim Roth, Laetitia Casta

El fraude combina una trama de mala praxis empresarial inspirada en Bernard Madoff (trocando la estafa priamidal por siseos contables) con otra de homicidio extraconyugal (inspirado en el caso Chappaquiddick del difunto senador Ted Kennedy). El nexo temático es la denuncia del egoísmo, la codicia de los grandes magnates y su poder de intimidación, léase proveerse de los mejores abogados para lograr una presunción de inocencia muy cercana a la impunidad. Sobre ello se desarrolla el suspense de la película: ¿será encausado Robert Miller (Richard Gere) por amaños contables y/o omisión del derecho de socorro, o se irá de rositas? 

En la trama económica el protagonista está bien delineado, mostrando bien la mezcla de inteligencia, astucia, falta de escrúpulos y encanto personal que han cimentado su éxito. Y también las dentelladas de tiburones y abrazos de oso constantes que se producen en esos ambientes. Sin embargo el resto de personajes (familia, empleados y rivales) caen en terreno más trillado. Por ello la película queda corta, en la crítica del poder económico, respecto a la reciente Margin Call. Y la trama de la amante recurre a artificios, un tanto previsibles, del género policíaco. La realización se mueve con seguridad en despachos y restaurantes de lujo. En el reparto Richard Gere tiene la percha y estilazo requeridos, pero en algún momento uno siente que actúa más para sí mismo que para el espectador. Algo similar ocurre con la sobreactuación de Tim Roth, mitigado porque su personaje despierta más simpatía. Susan Sarandon en cambio está soberbia; Laetitia Casta y Britt Marling, correctas. Filme entretenido como thriller, laxo en la denuncia de los poderosos.

jueves, 4 de octubre de 2012

Licencia para eternizarse


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 4/10/12

MEDIO SIGLO CON 007

1. Skyfall será la vigesimotercera entrega del superespía James Bond 007. Dr No se estrenó en 1962. Han pasado por tanto 50 años, con una media de película cada dos años (Woody Allen lleva un ritmo mayor, pero juega en una liga más modesta a nivel de producción y aspiraciones taquilleras). Ampliando a otras artes, sólo encuentro paralelismo en la longevidad de los Rolling Stones. ¿Cual es la receta de la eterna juventud del  espía? ¿Cómo, por qué es capaz de seguir encandilando al público, y regenerar ese público? 
2. La respuesta tiene un nombre: Albert R. Broccoli. Siguiendo el paradigma de Lampedusa (cambiar mucho o bastante para que todo siga igual) interiorizó que 007 debía tener una cara reconocible pero sin encadenarse de por vida a un actor. La transición de Sean Connery hasta Daniel Craig no ha sido un camino de rosas (George Lazenby y Timothy Dalton resultaron sendos gatillazos) pero tampoco ha terminado en una cuneta. 

3. Broccoli consolidó la esencia del producto: un atractivo y aguerrido espía, un poderoso y desalmado rival, un puñado de despampanantes chicas, escenarios naturales que quitan el hipo, sofisticada cacharrería y un idéntico final en todos los filmes, el espía salva al mundo y se queda con la chica (mejor dicho, le da un elegante pase porque su religión -corrijo, su profesión- le impide comprarse una casita en el campo y procrear jamesbonditos). Con un matiz nada irrelevante, se vende sexo y mamporros de forma muy contenida, para llegar al público más amplio y ser tolerado por el máximo de nacionalidades y culturas.

4. A Broccoli le sucedió su hijo. A Sean Connery (6 películas) le sucedieron, consecutivamente, George Lazenby  (1), Roger Moore (7), Timothy Dalton (2), Pierce Brossnan (4) y Daniel Craig (3 + 1 confirmada). Todos se mueven entre los treinta y cuarenta años; todos ofrecen un atractivo viril, no efébico. Las chicas siguen el patrón más universal de la belleza, cuerpos silueteados y rostros ligeramente aniñados con el contrapunto de un fuerte carácter, sucesoras, más o menos logradas, de la precursora Mata-Hari.  Con los rivales sin embargo no ha habido tanta suerte. Salvo Goldfinger y el Dr. No, cuesta recordar el nombre de alguno más. Los productores lo han suplido aplicándoles dosis exponenciales de ambición personal y medios materiales. Este año el bellaco es Javier Bardem. Apuesta segura, por su indudable talento y la firmeza que ha mostrado en películas como No es país para viejos.
5. Como espía, el parecido de James Bond con agentes reales es pura coincidencia, como agriamente ha resaltado John Le Carré. La gente que acude a ver sus películas no busca realismo, sólo evasión. Gracias a la experiencia de los productores y la implicación de directores y actores lo consiguen. Ojalá 007 viva medio siglo más, ¿por qué no?