martes, 31 de diciembre de 2013

Soñar es gratis

Publicado en Diario de Mallorca el 31/12/13

  LA VIDA SECRETA DE WALTER MITTY

 Nacionalidad: Estados Unidos, 116 min. Director: Ben Stiller. Actores: Ben Stiller, Jennifer Aniston, Sean Penn

Los créditos iniciales remarcan que es una adaptación del relato original de James Thurber, no un remake de la película protagonizada por Danny Kaye. Ese relato era una irónica réplica a la autobiografía de Salvador Dalí. La posterior película interpretada por Dannny Kaye, remarcó con solvencia la incomprensión de los que sueñan despiertos y el alienamiento sutil y estricto de la clase media, muy marcado en la posguerra. Ben Stiller ha considerado que la crisis actual está provocando una situación parecida. Su Walter Mitty del siglo XXI trabaja en una emblemática revista, en pleno ERE por culpa del tsunami cibernético. Gracias a un aventurero fotógrafo (Penn) consigue romper sus cadenas internas, lanzarse a la aventura y ganarse el amor de su bella colega (Aniston).

La intención es buena, pero se queda ahí. El guión (sospecho que por afán de llegar al quimérico gran público) encorseta a los personajes, fuerza situaciones inverosímiles e inserta constantes frases de autoayuda hasta un extremo infantiloide. Provoca que una historia de liberación personal suene a señuelo, o sarcasmo, cuando millones de personas son incapaces de encontrar un empleo a pesar de su formación y esfuerzo.
Cuando un actor consolidado decide dirigirse a si mismo provoca un automático enarcado de cejas. Salvo estadísticas excepciones (Woody Allen, Clint Eastwood, Charles Laughton, George Clooney) se intuye que les mueve la vanidad, demostrar que no son 'muñecos' (como se les conoce en la profesión). Ben Stiller confirma, por desgracia, que sólo es un buen intérprete. La vida secreta de Walter Mitty es un precioso spot publicitario, con una excelente banda sonora y un empalagoso y hueco guión.

sábado, 28 de diciembre de 2013

Lujuria menos celos

Publicado en Diario de Mallorca el 29/12/13
 
NYMPHOMANIAC -1ª PARTE

Nacionalidad: Dinamarca, Reino Unido, 122 min. Director: Lars von Trier. Actores: Charlotte Gainsbourg, Stellan Skarsgard, Stacy Martin, Shia LaBeouf

Completa el cineasta danés su trilogía sobre la depresión, tras Anticristo y Melancolía. Tras ver la primera parte de Nymphomaniac, depresión es un término demasiado simple y limitado. Von Trier reflexiona sobre la condición humana,  el torbellino de pulsiones, emociones y pasiones con que lidiamos constantemente. Y lo hace, muy propio de él, llevándolo al límite.

Formalmente se muestra muy muy juguetón: estructura capitular, flashbacks, rótulos, subrayados con imágenes de archivo o fijas para crear contrapuntos cómicos, cámara inquieta, picados, contrapicados, primerísimos planos. Y banda sonora igual de provocadora y ecléctica (desde el hard metal alemán de Rammstein a Beethoven o Cesar Franck pasando por Steppenwolf). El guión, la historia, es otro bendito desvarío. Recurre a constantes metáforas, la pesca con caña, la botánica, la zoología o los números de Fibonacci. La división en dos partes, parece que no del todo aprobada por el cineasta, muestra una división tonal: comedia en esta primera parte; drama (extremo, por lo que se intuye en los créditos finales) en la segunda. Como tema, la ninfomanía es una excusa, la punta del iceberg de algo más profundo: los desajustes entre los impulsos genéticos y el complejo entramado de las relaciones sociales. Se acepta la liberación sexual con muchos condicionantes; se reconoce que la pareja es una fuente de estabilidad, placer y a la vez de insatisfacción; y se reprimen las alternativas. La protagonista viene a ser, con sus ardores biológicos, como un radical libre, revolucionando y destrozando a todos lo que se acercan a ella. Excelentes también, sinónimo de implicación total, los actores, especialmente la joven Stacy Martin.

martes, 24 de diciembre de 2013

Para Jim

Publicado en Diario de Mallorca el 24/12/13

SOBRAN LAS PALABRAS
 

Nacionalidad: Estados Unidos, 93 min. Director: Nicole Holofcener. Actores: James Gandolfini, Julia Louis-Dreyfus, Catherine Keener, Toni Collete

El amor no tiene edad. Lo de la media naranja es un invento, un señuelo para vender libros, discos o entradas de cine. La vida en pareja es algo más/muy mundano, complejo, exigente. Pico y pala, negociación permanente, aceptar las (muchas) imperfecciones del otro a cambio de compañía, de complicidades, de apoyo. De esto trata Sobran las palabras. Los protagonistas (Gandolfini y Dreyfus) son dos divorciados con sus respectivas hijas a punto de emigrar a la universidad. Los dos reconocen las cicatrices de sus fracasos anteriores pero siguen creyendo en el amor. Un malentendido, mejor dicho una humana indecisión, resquebraja su ilusión. Además de mantener la tensión semicómica con el malentendido, la guionista y directora Nicole Holofcener, muestra también mucha finura y sensibilidad con las tramas secundarias de las adolescentes, ansiosas por emanciparse, desgastadas también por la convivencia, y aunque les cuesta reconocerlo, agradecidas a sus progenitores.

Los créditos finales dedican el filme a James Gandolfini, fallecido hace unos meses. Su nombre estará asociado para siempre con Tony Soprano, el premiado mafioso televisivo. En la serie, en su carrera, en esta (su penúltima) película, mostró un excelso talento para explotar el contraste entre su rotundo físico y su mirada de niño travieso. Le da réplica Julia Louis-Dreyfus, asociada, igualmente para bien, con la expareja ficticia del comediante Jerry Seinfield. El desequilibrio físico entre ambos es total, pero gracias a su oficio, al pulido guión (sin estereotipos, sin ñoñeces) y a la discreta realización, (sin temitas pop para provocar la lagrimita fácil) nos creemos su romance, compartimos sus ilusiones, sus miserias, sus tropiezos, sus reincorporaciones.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Vivir o sobrevivir

Publicado en Diario de Mallorca el 16/12/13

12 AÑOS DE ESCLAVITUD

Nacionalidad: Estados Unidos, 134 min. Director: Steve McQueen. Actores: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Adepero Oduye, Benedict Cumberbach

Bienvenida la racha de películas sobre el esclavismo. Porque es un drama, planetario, que sigue sin erradicarse. Lo sufren, en el siglo XXI, ciudadanos africanos, orientales y mujeres de todo el mundo arrojadas al pozo del comercio sexual. En 12 años de esclavitud se plantea una vez más el dilema de buscar al gran público con una obra bastante digerible (a lo Spielberg), tantear la fusión de géneros (Tarantino) o llevar el drama al límite. Steve McQueen  se queda, astutamente, entre medias.

En la primera mitad del filme se  aprecia una voz propia y una gran solidez del cineasta. El ritmo y actuaciones excelentes están reforzados con la fotografía: alterna primerísimos planos con paisajes que refuerzan la soledad y penurias de los personajes, y utiliza segundos y terceros planos para acentuar el dramatismo de alguna escena. Y con la banda sonora, acentuando los sonidos del ambiente o las respiraciones de la gente. La segunda mitad del filme pierde algo de chispa. Se mantiene el pulso y la empatía con los esclavos pero esa parte podrían firmarla Spielberg o Ron Howard. Respecto a la violencia explícita, se limita a tres secuencias y son algo menos extremas que las de Django desencadenado. Volviendo con las actuaciones, Ejiofor está magnífico sin llegar a memorable. Fassbender borda un papel dificilísimo; a un personaje tan despreciable y monolítico le da vida con una intensidad extrema y un excelente juego de miradas y movimientos. La película por tanto es buena, conmueve sin llegar a ser insoportable, recuerda que el esclavismo es deleznable y no está erradicado. Pero le sobra el barniz, creciente hacia el final, de 'vidas ejemplares'.

Sin funeral

Publicado en Diario de Mallorca el 11/12/13

TRES BODAS DE MÁS

Nacionalidad: España, 94 min. Director: Javier Ruiz Caldera. Actores: Inma Cuesta, Martín Rivas, Quim Gutiérrez, Paco León, Rossy de Palma

Del director de Spanish movie no se puede esperar que haga Historias de Filadelfia, es de perogrullo. El título y los primeros compases de Tres bodas de más son elocuentes: se intenta fusionar la buena comedia gamberra americana reciente (liderada por el director/guionista/productor Judd Apatow) con las comedias de la productora inglesa Working Title (Cuatro bodas y un funeral, El diario de Bridget Jones, Love Actually). El argumento narra las penurias de una moderna solterona, investigadora científica requerida con ahínco por sus ex para adornar sus bodas, que recurre a la abnegada compañía de su becario ayudante.
Cuando Ruiz Caldera remeda a Apatow es brillante. En su casilla, por supuesto. Recurre a gags sobre sexo, drogas o escatología pero son originales y desacomplejados (el accidente de la parapléjica). Reforzados, o salvados, por el acertado reparto. Inma Cuesta y Quim Gutiérrez tienen experiencia en el género y se sueltan bien. Paco León y Berto Romero son cómicos puros y lo demuestran. Rossy de Palma está hilarante. Sin embargo, cuando apela a la lagrimita, el filme decae. Liba en exceso de Bridget Jones. La película, que a su vez dejó escapar muchos matices del libro. Y falla en lo más importante de ese género: la química entre los actores. Mientras Inma Cuesta cumple, Martín Rivas (un correcto actor de dramas televisivos) es demasiado imberbe. Le falta vis cómica o carisma que trascienda a su agraciado palmito. En otros apartados la película muestra idénticos desequilibrios: Ritmo excelente, puesta en escena demasiado cool y banda sonora entre tópica (Pavo real, Carrie) y exquisita (versión femenina del Everybody hurts de R.E.M.). Veredicto: Buena comedia gamberra, pasable comedia romántica. 

domingo, 8 de diciembre de 2013

Eterna senectud

Publicado en Diario de Mallorca el 9/12/13
 
LE WEEKEND

Nacionalidad: Reino Unido, 93 min. Director: Roger Mitchell. Actores: Jim Broadbent, Lindsay Duncan, Jeff Goldblum

Hanif Kureishi es considerado uno de los mejores escritores británicos de las últimas décadas. (Mi hermosa lavandería, Intimidad, Venus). El guión de Le week-end aborda el tema de la senectud con una pareja de profesores ingleses (Broadbent y Duncan) que se escapan a París a celebrar sus tres décadas juntos. El tema se puede resumir una vez más con la frase lapidaria de Mae West (la vejez no es para cobardes) en formato Linklater (Antes del amanecer/atardecer/anochecer).

Es una historia agridulce ligeramente decantada hacia el drama, sin llegar a los extremos de Amor o algún Dogma. Tiene situaciones algo forzadas (los caprichos y consecuentes dificultades financieras) y exagera el contraste triunfador-perdedor en la cena del colega. Todo ello se compensa por la fortaleza de la pareja protagonista. A nivel de guión, son unos personajes muy reales y reconocibles, con muchísimos matices. Él está colado por ella e intenta poner buena cara a un nubarrón profesional. Ella se deja querer, disfruta más los placeres cotidianos y flirtea con la tentación de soltar amarras. La pareja de actores se sale. Jim Broadbent se ha especializado en vejetes sufridos (Iris, La dama de hierro, Another year) o chiflados (El atlas de las nubes, Harry Potter) bordando una y otra vez sus papeles. Lindsay Duncan, más curtida en los teatros, le replica con vitalidad y aplomo. Goldblum intenta alcanzarles con un personaje más limitado. La dirección de Roger Mitchell es discreta (sin ser peyorativo) y atinada cuando cierra el plano sobre los protagonistas. Buena, equilibrada comedia romántica. Con menos jóvenes pero igual de sufrientes amantes.

Algo se mueve

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 5/12/13



PASEO DE RONDA

1. La decisión de rebajar los precios de las entradas de cine por parte de algunos exhibidores era de cajón. Y aún así no será el santo grial. La médula del problema, reitero, es muy profunda y firme: Hay un exceso de oferta, de producción de películas. En España y el resto de países con una industria audiovisual mínimamente asentada. Al mismo tiempo la crisis está laminando a la clase media, el grueso de los espectadores. La subida del IVA ha sido la última puñalada pero el empalamiento fue previo. Profundizando aún más, con independencia de la inepcia o malicia de los políticos, este empobrecimiento de muchos ciudadanos proviene de que los diversos sistemas económicos se están quedando sin fuelle. Han llegado a un punto en el que no son capaces de crear empleos al mismo ritmo que el crecimiento de la población. ¿Qué hacer entonces? Como dijo Rafa Nadal una vez, concentrarse en luchar por cada punto. Internet y los videojuegos también están dando muestras de fatiga. Para mucha gente, más en invierno, el cine sigue siendo una buena excusa para salir de casa. Ajustando costes y precios y afinando, más aún, en la selección de películas, se podría atraer a una parte de la añorada audiencia.

2.Pongámonos más intranscendentes. La vida (en Hollywood) sigue con los frenazos y acelerones habituales. Terminator 5 lleva meses, años, apareciendo en los cotilleos cual ojos del Guadiana. Incluso se ha puesto en duda la presencia de Schwarzenegger. Su palabra es tan fiable como la de un (ex) político. Sobre el argumento, todo apunta a un reboot, un reinicio, una precuela, formato, moda, sobreexplotado últimamente por la meca del cine.

3.Otro proyecto que (interesadamente) no deja de alimentar rumores es la adaptación de 50 sombras de Grey. Hubo jaleíllo con el casting (un juego de parvulario comparado con el de Apocalypse now). Para endulzar aún más el merengue como fecha de estreno se anuncia el día de los enamorados de 2015. No me busquen en una sala de cine ese día.

4. Repaso a las recaudaciones. Gravity es una de las sorpresas del año con más de 500 millones de dólares recaudados. Una historia simple, bien contada y que atrapa desde el primer al último minuto. Las secuelas o franquicias (Iron Man 3, Mi villando favorito 2, Fast & Furious 6) copan el podio. El gran Gatsby, lastrada quizás por las malas críticas, apenas ha obtenido beneficios. Darán juego (beneficios) la recién estrenada segunda parte de Los juegos del hambre y, sobre todo, el cierre de El hobbit, cuya primera entrega superó los mil millones de dólares. El cine español tirita, mucho. Almodóvar de capa caída, a Amenábar no se le espera hasta 2015 y Bayona se ha embarcado en una mini serie de tv para el Reino Unido.

12 pintas

Publicado en Diario de Mallorca el 4/12/13

BIENVENIDOS AL FIN DEL MUNDO

Nacionalidad: Reino Unido, 109 min. Director: Edgar Wright. Actores: Simon Pegg, Nick Frost, Pierce Brosnan, Rosamunde Pyke

Cinco jóvenes adultos intentan completar un maratón etílico: doce bares de su barrio, doce pintas de cerveza (mínimo) cada uno. El protagonista (Pegg) se queda a las puertas del último pub, El fin del mundo del título. Con cuarenta años y tras muchos tumbos, decide reunir a la panda e intentar de nuevo el reto.

Tras Zombies Party y Arma fatal, Bienvenidos al Fin del mundo completa la trilogía de comedias gamberras y paródicas armadas por Edgar Wright (director y guionista), Simon Pegg (coguionista y actor) y Nick Frost (actor). La química entre ellos es total por: a) El guión. No es un humor sofisticado ni excesivamente negro, no recurre a la escatología digestiva ni abusa de los tacos, y sorprende. Además utiliza con eficacia los gags de repetición o la voz en off en la introducción inicial. Y justo cuando la historia parece estancarse, le da un giro sobrenatural/paródico que vuelve a dispararla. b) Los personajes tampoco son nada especial, ni tienen mil matices, pero sus ganas de comerse (y beberse) el mundo a los veinte años y la aversión a eso mismo a los cuarenta son muy reconocibles. Trata bien el tema de la madurez personal: la presión social para adocenarse y procrear, el rechazo a los cuarentones que intentan divertirse. c) El contraste físico entre la delgadez y el rostro aniñado de Simon Pegg y el orondo Nick Frost es total. Y d) La banda sonora es otra delicia, Primal Scream, Blur, Suede, Pulp, Beautiful South y el Alabama song de The Doors. El resultado es una oda a la amistad, una comedia gamberra, inteligente y nostálgica a partes iguales.

domingo, 1 de diciembre de 2013

Jugar con fuego

Publicado en Diario de Mallorca el 1/12/13

EL CONSEJERO

Nacionalidad: Estados Unidos, 117 min. Director: Ridley Scott. Actores: Michael Fassbender, Javier Bardem, Penelope Cruz, Cameron Diaz, Brad Pitt

Corramos un velo sobre la primera época de Ridley Scott (Los duelistas, Blade Runner, Alien). Seguro que él mismo la considera un pecadillo de juventud. El cineasta británico llegó de la publicidad y, tras ese paréntesis inicial, regresó a sus fueros. Películas comerciales, más o menos entretenidas, con grandes actores. Y huecas.

En esos parámetros hay que analizar su última obra. Cormac McCarthy es un novelista/guionista de moda (No es país para viejos, La Carretera). Pasajera, posiblemente, como Barry Gifford hace un par de décadas. En El consejero (traducción más ajustada sería “El letrado”) la originalidad que aporta McCarthy es narrar una historia de narcotraficantes latinoamericanos desde el punto de vista del abogado de uno de ellos (Fassbender). Hombre blanco, amante del lujo y muy seguro de sí mismo. Tanto que no es capaz de comprender que en la ecuación riesgo-beneficio el primero es infinitamente superior al segundo. El resto de personajes son un narco y su mujer (Bardem y Díaz), un intermediario (Pitt) y otro letrado mejicano. Las actuaciones son notables; Fassbender muy sobrio, Bardem estudiadamente desatado, Pitt en su su línea, y un guiño cinéfilo con el alemán Bruno Ganz. La puesta en escena es demasiado cuidada. Horteras con criterio, adjetivo incompatible con esos malandros. Y el guión tiene ritmo, diálogos picados y suspense, pero se queda ahí. Omite las conexiones políticas del negocio y los personajes no se mueven de sus casillas, no evolucionan, no sorprenden, no conmueven. El consejero queda como una decente incursión de Ridley Scott en el narcothriller. Digna, aunque a años luz de Traffic de Soderbergh o la novela El poder del perro de Don Winslow.

Fin del (breve) parentesis

Motivos personales (hiperactividad personal y laboral, básicamente), o sea, escasez de tiempo, me han forzado a dejar este blog unas semanas en barbecho. Lo retomo, con promesa de actualizarlo con la prontitud habitual (2-3 veces por semana). Disculpen las molestias. Fernando A.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Casos de estudio

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 31/10/13

PASEO DE RONDA

1.(Sociológico). Que la fotografía no está entre las artes de mayor tirón popular es triste pero no es nuevo. Que un fotógrafo (Toni Catany, descansa en paz) sea elegido uno de los cien mejores del mundo y apenas sea conocido por un puñado de bienaventurados de su tierra/país es peor que deprimente. Es coherente con el informe Pisa, con las estadísticas de abandono escolar, con la tirria de muchos grandes empresarios a invertir en formación, con políticos que utilizan una tercera lengua que ellos no hablan para dividir e intentar someter a gente que sólo desea aprender. Así nos va.

2. (Psiquiátrico) Charlie Sheen (nacido Carlos Estevez). Hijo de Martin Sheen (nacido Ramón Estevez, oriundo de emigrantes gallegos). Su padre está en las enciclopedias de cine por su antológica actuación en Apocalypse Now. Charlie ha seguido su camino con una paradoja: cuanto más descontrolada y despendolada es su vida (alcohol, cocaína, mujeres de pago y violencia de género) más le adora el público. Tras taquilleras incursiones en el cine (Hot shots, Platoon, Wall Street), pasó a la televisión. La comedia Dos hombres y medio fue un éxito rotundo y le aupó como el actor mejor pagado en ese medio. Una visita a un centro de desintoxicación y un rifirrafe con los capos de la serie provocaron su despido. La serie decayó. El actor encontró una nueva oportunidad en Anger management (traducido, gestión de la ira), en la que interpreta a un psicótico exjugador de béisbol, y record otra vez de audiencias. Él sigue apareciendo en los tabloides por sus intermitentes farras. Sólo ha corregido un hábito: ahora fuma cigarrillos electrónicos.

3.(Histórico). Amparo soler Leal tuvo talento (¿inteligencia?) para ser avizorada por grandes directores, como Armiñan, Berlanga (seis filmes), Pilar Miró o Jaime Chavarri. Fue una buena, puntualmente excelente, actriz de reparto. No entró en el selecto olimpo de la gauche divine, pero su afinidad ideológica queda patente en sus matrimonios con Adolfo Marsillach primero y el productor Alfredo Matas (idem de varias películas de Berlanga) después. El tiempo, por desgracia, la olvidará más rápido de lo que merece. Manolo Escobar, por el contrario, lo tiene oscuro para que se le desligue de lo más rancio del régimen franquista. Canciones como Porompompero, Mi carro y Que viva España; o películas como En un lugar de La Manga y Eva ¿qué hace ese hombre en tu cama? son la pistola humeante que le acompañará por los siglos de los siglos. A mi, francamente, cada vez que oigo uno de sus temas me deprimo o me entran ganas de salir corriendo. No comparto su gusto pero  respeto su éxito. Que le quiten lo cantado.

El verano más largo de su vida

Publicado en Diario de Mallorca el 30/10/13




EL CAMINO DE VUELTA

Nacionalidad: Estados Unidos, 102 min. Director: Nat Faxon, Jim Rash. Actores: Steve Carrell, Toni Collete, Lian James, Sam Rockwell

Nat Faxon y Jim Rash traen el aval del libreto de Los descendientes. Referencia positiva pero engañosa, porque adaptaron una novela. El camino de vuelta es una obra original suya, y es más modesta en ambición y resultado. Plantea un tema atractivo: el de los hijos que se encuentran en tierra de nadie cuando sus padres se divorcian y rehacen sus vidas. Al protagonista de este filme (James) su padre le esquiva, y él no traga al nuevo novio de su madre (Carrell). Algo parecido le ocurre a su vecina; padre desconectado, madre alcohólica y parlanchina. Como los púberes son muy introvertidos, la vida, en el delicado momento de la adolescencia se les pone muy cuesta arriba.

Con mimbres similares, reforzados con otras tramas, se podría crear algo tipo American beauty. Faxon y Rash, sin embargo, han enfilado el camino más convencional del dramedia de maduración adolescente, con trasfondo de vacaciones veraniegas y parque acuático por medio. Se aprecia el talento de los guionistas/directores en los momentos de drama, tratados con mucha finura, y en algunos personajes secundarios como el director del parque (Rockwell), extravagante y sensible. Cojea en la parte cómica, ausencia de gags puros y recurso pobre a microbatallitas del parque. En el reparto, además del buen trabajo de Rockwell, Toni Colette y James, destaca Steve Carrell en un papel bastante ingrato (el de un capullo). La realización es correcta, ni siquiera intenta alguna floritura, y la banda sonora recurre a pop independiente poco conocido y poco llamativo. A pesar de su blandura, El camino de vuelta tiene mucha sensibilidad, deja buen sabor de boca.

martes, 29 de octubre de 2013

El primer amor

Publicado en Diario de Mallorca el 29/10/13

LA VIDA DE ADELE


Nacionalidad: Francia, 175 min. Director: Abdellatif Ketiche. Actores: Adéle Exarchopoulos, Lea Seydoux, Salim Kechiouche

Arrancaré con el juego de las (odiosas) comparaciones: La vida de Adéle es como un Rohmer muy ambicioso. O, a la inversa, como un Malick domado, sin su costra megalomaníaca. La película cuenta una década en la vida de su protagonista (Exarchopoulos). Una chica muy corriente; rellenita pero atractiva, familia de clase media-media en una ciudad de provincias. Arranca en el instituto, ella sale con un chico y se enamora después de una chica, incipiente pintora, (Seydoux). Para Adéle es su primer, su gran, su único amor.

Con esa trama tan simple, sin crímenes, sin viajes iniciáticos, sin sucesos extraordinarios, las tres horas de película pasan volando. ¿Cómo? Se puede apelar a la magia del cine o, mejor aún, a la de los buenos contadores de historias. La cámara sigue todo el rato a la chica. Cerrando mucho el plano, concentrándose en su expresiva mirada. El guión, los diálogos, aciertan al avanzar la mínima historia con naturalidad y mucha sutileza. Y en sacar lo mejor del personaje. No tiene nada especial y lo tiene. ¿Por qué? Quizás porque es una persona bastante honesta y que lo da todo. Al contrario que su amada, más egoísta, más revirada. Pero nunca se cae en el culebrón. Las pasiones y las diferencias se transmiten con miradas, entrelineados, detalles del contexto. Ahí las dos actrices, Exarchopoulos sobre todo, bordan sus papeles. El único exceso del director, para poner a prueba al espectador (como los brotes violentos de Haneke hasta hace poco), es una larga escena de sexo explícito femenino, y otra más breve hetero. Mínimo peaje para una película redonda, por su sencillez, por su universalidad, por sus soberbias actuaciones.

viernes, 25 de octubre de 2013

Iluminados

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 24/10/13

BIOPICS POLEMICOS



El final de verano y el inicio de otoño traen varios biopics a la gran pantalla sobre tres personajes con fama debida a motivos muy diferentes: Steve Jobs, Julian Assange y Thor Heyerdal.

El aventurero sueco es el menos controvertido. Su periplo con la balsa Kon Tiki provocó muchas alabanzas en su momento. Sin embargo su legado no es tan luminoso como se intenta hacer creer. Su tesis de que se podía viajar desde Sudamérica hasta Oceanía con embarcaciones muy primitivas (o poco evolucionadas, en eufemismo de moda) no ha sido refutada. Su generalización, sostener que una destacada porción de la colonización de Polinesia tuvo ese origen, sólo la defienden sus más ingenuos seguidores. Se ha refutado con sentido común: si hay menos distancia desde el sudeste asiático era más lógico, y probable, que los humanos de entonces fueran saltando de isla a isla. Y se ha acabado corroborando con estudios genéticos.

Los otros dos filmes, Jobs y El quinto poder tratan sobre dos personas tan carismáticas como polémicas: Steve Jobs y Julian Assange. Jobs apunta algunas aristas de su carácter (pesetero, desagradecido, puntualmente irascible) pero en conjunto es un retrato amable, centrado en su (supuesta) dote de visionario. Amable porque oculta otros defectos más graves: su presunto conocimiento, o dolosa negativa a hacerlo, de la explotación de trabajadores asiáticos (ayudando a incrementar su fortuna), el abuso de la ingeniería fiscal a nivel planetario para pagar un mínimo de impuestos (ayudando a incrementar su fortuna) o su aversión a la filantropía, a diferencia de Bill Gates, George Soros, Mark Zuckerberg o la difunta esposa del dueño de Zara.

A Julian Assange se le presenta casi como el último David, el hombre que se enfrenta a la nación más poderosa (en tecnología militar) del planeta, el que desnuda al rey y muestra al mundo la suprema hipocresía de éste. Los eventos posteriores han mostrado que el que ha pagado los platos rotos ha sido el/la ingenuo soldado Manning. Y aunque el topetazo de Assange con la ley sueca esté en la borrosa frontera de lo reprochable y lo ilegal, sus últimas acciones y declaraciones muestran un carácter voluble y pagado de sí mismo.

Es evidente que ambos biopics han intentado seguir la estela del inesperado éxito de La red social. Con resultado fallido en ambas. Una hipótesis (personal): Mark Zuckerberg, por su intraversión, era alérgico a la exposición mediática. Cuando el guionista Aaron Sorkin y el director David Fincher le hincaron el diente, muy poca gente tenía una idea preconcebida sobre él. Despertaba una cierta admiración por el éxito de Facebook, poco más. Sorkin y Fincher mostraron la paradoja de que el creador de un producto que unía, ayudaba a relacionarse, a la gente de una forma nueva y sorprendente, era un tarado emocional. Pero también mostraban a un hombre inteligentísimo y modesto.

Steve Jobs y Julian Assange sin embargo, eran/son superegos, muy inteligentes y muy narcisistas. Es muy difícil formarse una opinión ecuánime de ellos. O se les aprecia o se les rechaza en grado variable. En Jobs y El quinto poder los creadores de ambos filmes se han decantado, con más o menos disimulo, del lado de los retratados, provocando unos filmes blandos y previsibles. (Paradoja final: Sorkin -El ala oeste de la Casa Blanca, Moneyball, Algunos hombres buenos- gasta fama de igual de desatado narcisismo)

martes, 22 de octubre de 2013

Dos hombres y miles de secretos

Publicado en Diario de Mallorca el 22/10/13

EL QUINTO PODER

Nacionalidad: Estados Unidos, Bélgica, 124 min. Director: Bill Condon. Actores: Benedict Cumberbach, Daniel Bruhl, David Thewlis, Laura Linney

En un mundo ideal (utópico) no habría secretos. Toda la información circularía de modo fluido y honesto. En un mundo desalmado la información es controlada y manipulada por los más poderosos. El mundo real oscila entre ambos. Al fundar Wikileaks, Julian Assange asumió dos premisas: 1) Que los gobernantes actuales están casi en el extremo distópico. 2) Que cualquier retoque de una información, tachar un nombre, cambiar una coma, suponía equipararse (moralmente) con los censores/manipuladores a los que quería combatir. Éstos, sincera o torticeramente, contraatacaban que no filtrar suponía poner vidas en juego.

Este es el cogollo temático de El quinto poder. El que justifica el enfrentamiento entre Assange y uno de sus colegas, Daniel Berg y que está bien desarrollado en el tramo final. Sin  embargo la película flojea en otros apartados. Como los creadores del filme adaptan la versión del socio de Assange, se acaban poniendo de su lado con demasiado descaro. Además su relación personal tiene tintes de culebrón; los diálogos son poco creíbles, salvo momentos muy puntuales. El carisma, egocentrismo y maquiavelismo del australiano son confusos, a pesar de una buena actuación de Cumberbach, reforzada por su poderosísimo físico. Una vez más, Bill Condon y sus guionistas quedan lejos del listón puesto por David Fincher/Aaron Sorkin en La red social. Volviendo al platillo positivo, los actores secundarios (Daniel Bruhl, David Thewlis, Laura Linney, Stanley Tucci) levantan sus limitadas apariciones. Así, El quinto poder resulta una película irregular, bienintencionada y con un gran elenco. Acierta planteando el tema global, los logros y fisuras de Wikileaks; se resiente como retrato de Assange, sus virtudes y contradicciones.

domingo, 20 de octubre de 2013

No son pescadores

Publicado en Diario de Mallorca el 20/10/13

CAPITAN PHILIPS

Nacionalidad: Estados Unidos, 134 min. Director: Paul Greengrass. Actores: Tom Hanks, Barkhad Abdi, Barkhad Abddirahman, Faysal Ahmed

Paul Greengrass (segunda y tercera entregas de la saga Bourne; United 93) es un director que, sin virtuosismos, renunciando a un sello de autor, tiene claro como muy pocos su oficio, su función: agarrar al espectador por el cuello, meterlo en la gran pantalla y hacerle sufrir tanto o más que a los protagonistas. Es lo que hace en Capitán Philips, recreando el asalto real de unos piratas somalíes a un carguero norteamericano en 2009. Con una realización sobria, un ritmo impecable y una buena combinación de actores (magistral Tom Hanks, olisquea su tercer Oscar) e intérpretes no profesionales. Con un guión que hila fino; no sólo saltando de un escenario a otro (carguero, localidad somalí, buques de guerra) sino en el engranado de los personajes. El líder de los piratas tiene la suficiente inteligencia y valor para estar a la altura del otro capitán; sus compañeros tienen roles bien definidos, el buenazo, el bruto y el alocado. Algo más difusa  aparece la tripulación occidental. Y se concede voz, de pasada, a los motivos y las contradicciones de los maleantes.

Como película de acción, Capitán Philips es casi (o sin casi) perfecta. Como reconstrucción de unos hechos reales aparece un gran interrogante: ¿fue el capitán tan valiente como lo pintan aquí o fue arrogante e inconsciente como le acusan varios miembros de su tripulación? Eso despierta, sin llegar al extremo de La noche más oscura, un debate ético: Una obra de ficción es ficción, por supuesto. Pero cuando se basa en hechos reales debería ser, o parecer, ecuánime. Con astucia, el cine o la literatura pueden distorsionar la percepción de millones de personas sobre algunos sucesos. Como este.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El día más infeliz del profesor Shkolnik

Publicado en Diario de Mallorca el 16/10/13

PIE DE PAGINA

Nacionalidad: Israel, 105 min. Director: Joseph Cedar. Actores: Shlomo Bar-Aba, Lior Ashkenazi, Alma Zack

Dos profesores universitarios aspiran al Premio Israel, equivalente a nuestro Premio Nacional de Cultura, Eliezer Shkolnik y Uriel Shkolnik. Los dos, profundos estudiosos del Talmud, texto seminal de la cultura y religión judías. Los dos, padre e hijo, con formas de ser antagónicas. El mayor es retraído, casi un eremita, riguroso y puntilloso en su trabajo, alérgico a su divulgación por exceso de perfeccionismo y por lo que considera una lejana puñalada trapera del actual presidente del jurado. El hijo es resolutivo, hiperactivo y gran relaciones públicas.

En un análisis rápido, Pie de página es una historia de rencillas universitarias y desencuentros familiares contada con mucha gracia, un dramedia con similitudes a Amelie o algunas comedias juveniles (estructura capitular, voz en off irónica, música juguetona). Sin embargo va mucho más allá. Es un atinadísimo retrato de la condición humana, extrapolable a otros gremios, países y culturas. Por un lado pone el dedo en la llaga de la vanidad, la gente que no esconde sus ambiciones y la que se arropa de una sincera o falsa modestia. El premio (todos los premios) fomentan la superación y provocan de rebote el juego sucio y el engreimiento. Por otro, el filme hace una disección profunda, limpia e indolora de las complejas relaciones paterno-filiales. Los flujos y reflujos amor-celos, admiración-desdén, afinidad genética y desgaste por la convivencia. La película suelta todo eso a borbotones, con cierta confusión. Hay una escena antológica (la reunión en un cuartito del ministerio), unos personajes secundarios creíbles (el antagonista del padre, las mujeres de ambos), una realización acertadísima en tono y ritmo, unas actuaciones convincentes y sobre todo mucha humanidad, con minúsculas.

Laberinto de obsesiones

Publicado en Diario de Mallorca el 15/10/13

PRISIONEROS

Nacionalidad: Estados Unidos, 146 min. Director: Dennis Villeneuve. Actores: Hugh Jackman, Jake Gyllenhaal, Melissa Leo

Dennis Villeneuve es el director de la magistral (y durísima) Incendies. Con Prisioneros se adentra en el bosque de los estallidos de irracionalidad (a nivel de comunidades locales) en personas aparentemente corrientes y centradas. Tema que ha dado grandes obras (Perros de paja, Deliverance, La caza de Saura o la homónima de Vinterberg).

El guión de Prisioneros (Aaron Guzikowski) es complejo y algo espeso. La trama y los personajes principales dan juego: dos niñas desaparecidas, aparentemente a manos de un pederasta y dos hombres en su busca con pulsiones diferentes: un policía (Gyllenhaal) calmado, metódico y respetuoso con la ley; el padre de una de las niñas (Jackman) impulsivo, hiperactivo, desacomplejado. Cree que el factor tiempo es esencial y se salta la ley y los derechos humanos guiado por unos indicios muy débiles. Esa trama está bien desarrollada, y los dos actores confirman su gran talento. Un tercer personaje (Melissa Leo, Oscar por The fighter) es clave y borda su papel. El desenlace, tras un largo segundo acto, remonta el vuelo. Sin embargo, en el lado opuesto hay fisuras de aluminosis: Constantes tics de bestseller, suspense forzado, momentos puntuales de violencia y la sensación de que se dosifica información relevante a conveniencia del guionista. La mujer de Jackman. la segunda pareja o el capitán de policía son convidados de piedra. Y los dos sospechosos caen en el peor estereotipo de supuestos pederastas. Todo ello resta fuerza a la reflexión sobre los brotes de irracionalidad, justificándolos con una vaga referencia al laberinto de nuestras mentes. Sin embargo el tema, el suspense y las grandes actuaciones dejan un buen rescoldo.

jueves, 10 de octubre de 2013

Buscando al hombre imperfecto

Publicado en Diario de Mallorca el 9/10/13

GLORIA

Nacionalidad: Chile, 102 min. Director: Sebastian Lelio. Actores: Paulina Garcia, Sergio Hernandez, Diego Fontecilla

Siendo un drama correcto, Gloria peca de un muy limitado riesgo. La protagonista (el título juega con su nombre y la canción de Eros Ramazzotti) es una mujer mayor  separada, con hijos, nietos y trabajo estable que busca sin prisa un nuevo amor. Una mujer corriente. Demasiado. En un salón de baile conoce a Rodolfo, de edad similar. Comienzan a salir y hay buenas vibraciones pero él no da un paso adelante porque no ha roto del todo con su ex y sus hijas no quieren alzar el vuelo.

Ese es todo el conflicto de la película. Algo escaso. Ella es una persona voluntariosa, sin llegar a ser una luchadora. Sufre un bajón sin llegar a la depresión o la autodestrucción. Él, por su parte, es un calzonazos, el perro del hortelano, infeliz e incapaz de dar un paso adelante para remediarlo. La vida de ninguno de los dos está realmente en jaque. Sueñan con algo mejor pero no pueden quejarse de lo que tienen. A ella le falta un punto de locura, o de carisma; una afición, una meta, atractivos. Él no es ni un canalla ni un caradura simpático; es un pobre hombre, a secas. La ambientación urbana, barrios de clase media-media, tampoco ayuda. Y la película se queda en tierra de nadie. No se atreve a tensar el drama (Elegy, Amor), explorar la comedia o tragicomedia, ni cuaja como historia romántica (Sol de otoño, Los puentes de Madison). Se salva por una excelente actuación de Paulina García, no correspondida por un pasable Sergio Hernandez. Película de cierto interés para el público de esa generación, sin llegar a trascender.

lunes, 7 de octubre de 2013

Metralla espacial

Publicado en Diario de Mallorca el 7/10/13

GRAVITY

Nacionalidad: Estados Unidos, 90 min.  Director: Alfonso Cuarón. Actores: Sandra Bullock, George Clooney

Unos astronautas reparando un telescopio. La destrucción fallida de un satélite. Detritus tecnológicos circunvalando el planeta a velocidad supersónica y sembrando el caos en las diversas estaciones espaciales. Dos náufragos espaciales (Bullock, Clooney) con reservas de oxigeno y energía limitadas. Y la metralla volviendo, como una mala pesadilla, cada noventa minutos.


El argumento ideado por Alfonso y Jonás Cuaron es de una sencillez extrema, y a la vez, como en historias similares, un campo minado: a) con uno o dos personajes, se tiende al monólogo, y la verborrea es un arma de doble filo. b) Deben sucederse muchos incidentes para compensar la escasez de personajes; sin caer en el vale todo o en la acción alocada. Los creadores superan ambas peligros con mucho talento, logrando hacer plausible un suceso altamente improbable. Además los personajes tienen el suficiente juego para entenderse y complementarse: él (Clooney) parlanchín y experimentado; ella (Bullock) introvertida por un pasado que, eso sí, tiene tintes de melodrama. Salvo esa mínima concesión a la galería, la película construye un suspense muy bien dosificado y escalonado: Las sucesivas opciones de supervivencia por un lado y por otro la oscilación constante entre la esperanza y la desesperación, mantener la cabeza fría o tirar la toalla. La realización es impecable. Todos los detalles cuidadísimos y alterna bien los planos muy generales, para transmitir las sensaciones de estar a miles de metros de altura, con planos medios, cortos y puntualmente subjetivos. La música juega bien con crescendos dramáticos (excesivamente quizás) y acongojantes silencios. Bullock, magistral. El filme dura noventa minutos y parece que han sido quince. Historia muy original con suspense comedido e inteligente.

Cuatro historias

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 3/10/13

PASEO DE RONDA

1.Tras constatar que la única forma de habitar Marte es adaptando la fisiología de los humanos a su extrema climatología, se pone en marcha un experimento extremo, brutal física y psicológicamente. Tras el fallecimiento del primer cobaya, el siguiente comprende que la única probabilidad de éxito, de supervivencia, pasa por aceptar con todas las consecuencias que dejará de ser un humano. Que se va a convertir en un reptil. La novela Homo Plus (1976) ganó el premio Nebula de ciencia ficción.
2.La humanidad descubre una serie de pórticos que acceden a las riquezas de la galaxia. Con un precio, se envían naves con destino preprogramado y desconocido. En una de esa misiones dos naves se ven obligadas a poner popa con popa y, tras aplicar la máxima potencia, sólo una logra regresar a la Tierra. Su tripulante, con agudo síndrome del superviviente, acude a un psiquiatra. El terapeuta, incapaz de levantar su ánimo, le espeta al final (frase aproximada) “Tienes todo el derecho del mundo a sentirte culpable. Pero eso implica que tienes capacidad de llorar, de sentir. Yo, que soy un robot, ni siquiera alcanzo eso”. La novela Pórtico (1977) ganó los premios Hugo, Locus, Nebula y John W. Campbell. Su autor (y de Homo Plus), Frederik Pohl, falleció a principios de septiembre.


3.Unos padres se van de viaje en coche por Japón con su hija de diez años. Se pierden por una carretera y llegan a un parque temático abandonado. Los padres son víctimas de un embrujo; la chica vive un montón de extrañas y fascinantes aventuras intentando liberarlos. La película El viaje de Chichiro ganó el Oso de Oro en Berlín y el Oscar a la mejor película de animación. Su director, Hayao Miyazaki, anunció hace poco que tiraba la toalla.

4. Joe Spork es el hijo de un habilidoso ladrón que sobrevive arreglando  mecanismos de relojería. Un día le llega un libro con unas complejas entrañas. Al repararlo inicia inconscientemente la cuenta atrás del juicio final. Así contado, el argumento de Angelmaker (Nick Harkaway, no traducido al castellano) parece bizarro. Lo es, y también una fascinante mezcla de aventura, humor y tragedia guiada por unas decididas y decisivas abejas.


5.En todo el aluvión de películas de ciencia ficción que me he tragado este verano no he apreciado ni una migaja de la creatividad, el modelado de personajes y la profundidad de autores como Pohl, Philip K. Dick, Arthur C. Clarke, Joe Haldeman, Ursula K. Le Guin, Orson Scott Card, Dan Simmons y resto de contemporáneos de los años 60, 70 y 80. Pohl y Miyazaki, dos soberbios narradores de historias menos. Y pocos autores se ven, con su mezcla de originalidad y modestia, capaces de relevarlos. Harkaway es una de las escasas promesas.

miércoles, 2 de octubre de 2013

La venus navarra

Publicado en Diario de Mallorca el 1/10/13

LAS BRUJAS DE ZUGARRAMURDI

Nacionalidad: España, 119 min. Director: Alex de la Iglesia. Actores: Mario Casas, Hugo Silva, Carmen Maura, Carolina Bang

En su irregular trayectoria, a Alex de la Iglesia no se lo ha tragado la tierra, como a Juanma Bajo Ulloa, pero tampoco ha logrado saltar un estadio como J.A. Bayona o el mejicano Guillermo del Toro. Tras los tropezones de Balada triste de trompeta y La chispa de la vida, regresa a las umbrías del norte con una comedia negra de terror y fantasía.


Como era de esperar y temer, De la Iglesia y su perenne guionista Guerricaechevarría, vuelven a evidenciar imaginación desbordante, genuina capacidad de provocación y a la vez arritmias y dermatitis. El arranque es potentísimo, con la sorprendente banda de atracadores en la madrileña Puerta del Sol; el tramo de road movie decae progresivamente; el desenlace en la mitificada localidad navarra es lógico y apañado. A nivel temático, otra jugada astuta: inicia con un calculado machismo (las quejas de los padres divorciados) y lo invierte al final con el triunfo del matriarcado a la vasca (el banquete necrófilo). La aparición de la monstruosa venus es un gran hallazgo. Los creadores no profundizan apenas en ese tema (La diosa blanca de Graves sigue siendo el referente máximo) pero aderezan un buen puchero de leyendas populares, cinefilia y humor escatológico. La trama amorosa (Silva y Bang) suena impostada. Los actores se lo pasan en grande, desde las veteranas (Maura, Terele Pávez), la nueva generación (Casas, Silva, Bang), hasta el rosario de secundarios (Segura, Villén, Barranco, Areces). La comedia de (semi) terror es un género en el que Alex de la Iglesia disfruta y hace pasar un buen rato a los espectadores. No hay que pedirle más.

lunes, 30 de septiembre de 2013

Siempre hacia el oeste

Publicado en diario de Mallorca el 30/9/13

KON TIKI

Nacionalidad: Noruega, 118 min.  Director: Joachim Ronning, Espen Sandberg. Actores: Pal Sverre Hagen, Anders B. Christiansen, Gustaf Skaarsgard

Dejan claro los creadores del  filme que es una obra de ficción basada en el mitificado viaje de Thor Heyerdahl y acompañantes por el Pacífico en una balsa de troncos. Una vez más estamos ante una triquiñuela de marketing: Se aprovecha la historia y los personajes reales porque si los modificaran, el atractivo para el público mermaría exponencialmente. Y, con la excusa de contentar a esa audiencia, se retocan y malean las peripecias para aumentar el dramatismo de la aventura. Resultado: se nos vende como una historia de supervivencia lo que fue una aventura con riesgos bastantes controlados. Supervivencia extrema fue la vivida por Zamperini, Robertson o el pescador de García Márquez (omito La vida de Pi porque es otra ficción). Hesselberg, uno de los tripulantes de la Kon-Tiki, indica que no les faltó nunca comida, la convivencia fue excelente y los tiburones apenas les inquietaron (de hecho se zamparon veintiocho durante el viaje).

La película por tanto hay que tomarla como una ficción destinada al público infantil-juvenil: La lucha quijotesca de Heyerdahl defendiendo su peregrina teoría, la supuesta fragilidad de la balsa, la desviación de la ruta en los primeros diez días, los chapuzones indeseados, las dificultades para contactar por radio (con los medios de comunicación, por supuesto) y el amerizaje final en Polinesia han sido entre leve y gravemente exagerados por mor del espectáculo. La realización, sin el precisosismo de Ang Lee, tampoco es plana. Los actores asumen sus sencillos roles con naturalidad; la música subraya en exceso los momentos más intensos. Película entretenida y, indultando las veleidades científicas de su protagonista, contagiosa de su espíritu de aventura.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Inventando la rueda

Publicado en Diario de Mallorca el 25/9/13

JOBS

Nacionalidad: Estados Unidos, 127 min. Director: Joshua Michael Stern. Actores: Ashton Kucher, Josh Gad, Dermot Mulroney, J.K. Simmons

Huele a que los creadores y productores de este filme, además de un sincero homenaje al fundador de Apple, han buscado el exitoso rebufo de La red social. Si es así, el tiro les ha fallado por muchos motivos: David Fincher, intentando desacreditar a Mark Zuckerberg, acabó ensalzando su extrema inteligencia. Siendo Steve Jobs igual de superdotado, y con un mayor carisma y zurrón de contradicciones -un filón para un buen guionista- Jobs (la película) lo muestra soso y plano.

La falta de neutralidad hacia el personaje es palmaria. Es una hagiografía pura, una loa puntuada, demasiado espaciadamente, por corcheas de comportamientos reprobables. Se muestra, muy al principio, como timó a su socio/amigo Steve Wozniak, alguna infidelidad a sus parejas universitarias y una negación de paternidad, pero en el contexto quedan como pecadillos de juventud. Se le ve cultivando un huerto ecológico propio pero no se muestra su adscripción al budismo zen y su adoración por Gandhi, en flagrante conflicto con su querencia por el lujo extremo (mansiones, automóviles) y su aversión a la filantropía (justo lo contrario que Zuckerberg o Bill Gates). Respecto a su talento, fue más un avispado publicista que un inventor puro. Tuvo olfato para promover unos cachivaches bastante útiles y muy amigables de uso, pero no inventó la rueda. Y sus intrigas palaciegas, similares a las de Facebook y muchas otras grandes empresas (recuerden a Lord Acton), en el filme aparecen confusas y victimistas. El guión se hace largo, la realización es plana, Ashton Kucher se limita a copiar el andar simiesco del difunto. Pobre, plano homenaje a un supuesto visionario.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Depredadores

Publicado en Diario de Mallorca el 23/9/13

RUSH

Nacionalidad: Estados Unidos, 123 min. Director: Ron Howard. Actores: Chris Hemsworth, Daniel Brül, Olivia Wilde, David Calder

Gary Kasparov definió hace años las tres principales categorías de competidores: killers (depredadores), fighters (luchadores) y players (jugadores, con talento pero más justos de ambición). En 1976 los dos principales aspirantes al título de Fórmula 1 eran el inglés James Hunt y el austríaco Niki Lauda. Fue un año memorable por su encarnizada rivalidad, el accidente que casi cuesta la vida a Lauda, su acelerado regreso y el sorprendente desenlace en la última carrera de la temporada.

Al todoterreno cineasta americano Ron Howard (Viven, Apolo XIII, El código Da Vinci) la van este tipo de historias. Repite con el guionista Peter Morgan (Frost/Nixon juntos; La Reina dirigida por Stephen Frears) para profundizar en la psicología de los dos rivales. Lauda era un depredador en la pista, inteligentísimo, trabajador, meticuloso, ambicioso; y un borde (arrogante, prepotente -lo sigue siendo-) fuera de ella. Hunt era un luchador en la pista y un depredador fuera de ella, mujeriego y juerguista con pulsiones autodestructivas. A pesar de las puyas que se lanzaban en público, se admiraban en privado. Lauda, la joie de vivre, el carisma, del inglés; Hunt el autocontrol y la perseverancia del austríaco. La mano de Morgan se aprecia en esos matices psicológicos, realzados por el buen hacer de los actores Hemsworth (Thor) y Brühl (Good bye Berlin). La mano de Howard busca contentar al público más palomitero con una correcta ambientación de la época, sin un plus de riesgo en la realización o la banda sonora. La película por tanto supera a las maniqueas historias deportivas con ganadores/perdedores unidimensionales. Para los puristas del automovilismo, sin embargo, queda lejos del Grand Prix de John Frakenheimer.

sábado, 21 de septiembre de 2013

¿Más o menos que amigos?

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 19/9/13

MEMORIAS (Leni Riefenstahl, Lumen, 33,90 €)

Los planos iniciales de Olimpia están, por consenso absoluto, en el Olimpo del séptimo arte; de El triunfo de la voluntad ha dicho algún crítico que Cecil B. de Mille es un aprendiz al lado de Leni Riefenstahl. Por gracia y por culpa de estas dos obras, la realizadora teutona arrastró un estigma de por vida.

En una, cualquier autobiografía, la sinceridad absoluta es una quimera. Y al contrario, la falsedades más graves son fáciles de detectar. La mayoría de autores se mueven entre nubes y claros. Estas memorias de Riefenstahl, por su contenido, se mueven entre el sol radiante (la descripción del rodaje de Olimpia, por ejemplo, o sus periplos finales por África) y los nubarrones más oscuros, su insistencia en desmarcarse totalmente del régimen y los dirigentes nazis. 

Cuando se muestra positiva, el libro se disfruta. Su pasión por la montaña y por el cine es meridiana en los capítulos sobres sus películas del inicio de los años 30 (La luz azul, La montaña sagrada). Su tardío flechazo por el desierto es paradójico con su inconfirmada xenofobia y coherente con su espíritu aventurero y su alma de fotógrafa y cineasta.

Respecto a su amistad con Hitler su discurso es lineal y firme, equivalente en inflexibilidad a los del sátrapa: Le atrajo el magnetismo de su personalidad pero fue neutral respecto a su ideología, ni simpatizante ni crítica. Y si tuvo un acceso privilegiado a él y a su corte mayor (excepto Goebbels, al que es muy cómodo vilipendiar) fue sólo por su talento como cineasta. Suena plausible, probable, que Adolf y Leni no llegaran a ser amantes. De lo poco que cuenta de su vida amorosa se desprende que le gustaban los hombres viriles y mujeriegos. Sin embargo da la impresión de que su empatía con el dictador fue muy fuerte. Un feeling difícil de describir y que ella se sobreesfuerza por disimular. Y lleva a preguntarse quien utilizó a quien. Para ella la relación fraternal supuso tocar el cielo profesionalmente, codearse con el estado mayor de su país y permitirse desplantes a Goebbels o Himmler. Para el dictador, plantar una mujer en un entorno hiper machista y bendecir sus desplantes fue una demostración más de su poder absoluto. 

Aunque Leni demostrara que no estuvo afiliada al Partido Nacionalsocialista, viendo El triunfo de la voluntad una y diez veces es inverosímil que no comulgara con sus ideas. Por mucho que, astutamente, lo amagara en público. Hay una emotividad, una pasión latente en ese filme que transciende al puro oficio de un cineasta. Por ello, todas sus penurias en la posguerra suenan a lágrimas de cocodrilo. Y los capítulos de la 2ª guerra mundial y la posguerra exigen ser leídos con flema de cirujano. No enervarse ni contagiarse por sus reiterados plañidos de inocencia. Buscar, entre desventuras con fuerte tinte maniqueo y melodramático, los pequeños detalles que muestran su verdadera personalidad. Enérgica, talentosa, arrogante y mimada. Esa amalgama de virtudes positivas y negativas atrae y repele, y por ende, sostiene la lectura.

Remonta el libro en el tercio final. Sus aventuras en Africa con los nuba y los masai son apasionantes, con la única salvedad de que sobredramatiza las vicisitudes en la preparación de los rodajes, comunes al 99% de los proyectos similares. Y no descansó ni en el ocaso físico, a los 90 años practicaba esquí alpino y buceo. Mallorca aparece en un par de fugaces visitas, con estancias en Formentor a finales de los años 20. 

Aunque no despeja los nubarrones, el libro merece su lectura. Por los citados momentos brillantes y porque en los más dudosos, con enervante incapacidad de autocrítica, muestra una energía vital y una fortaleza de carácter envidiables.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Asalto al castillo (de naipes)

Publicado en Diario de Mallorca el 18/9/13

ASALTO AL PODER

Nacionalidad: Estados Unidos, 145 min. Director: Roland Emmerich. Actores: Chaning Tatum, Jamie Foxx, Maggie Gyllenhaal, Richard Jenkins

Con Ridley Scott, aunque decepcione una y otra vez, siempre queda la esperanza de que se escape de su lámpara el genio que alumbró Blade Runner o el primer Alien. Roland Emmerich jamás ha amagado con abrazar la verosimilitud o desatar a sus personajes de los corsés más clónicos del cine de acción. Si en Independence Day la Casa Blanca era amartillada por unos alienígenas, en Asalto al poder el enemigo está dentro. Seré canalla: el jefe de seguridad del presidente de EEUU y el presidente del Congreso de los Diputados se amotinan contra su jefe con mercenarios, bombas, bazucas y misiles por desavenencias con la política exterior. Real como la vida misma.

Repitiendo el apodo castillo para referirse al emblemático edificio, lo mejor, lo poco bueno del filme, es la recreación, las persecuciones, por el conjunto arquitectónico, Ala Oeste, Ala Este, zonas de servicio y de los servicios secretos y -guiño facilón a los espectadores adultos- los subterráneos que utilizaba Kennedy para atraer a Marilyn Monroe. También cuando vira hacia la comedia de acción (persecución rodada por los jardines), sorprende y divierte. Momentos fugaces, para que el espectador no se dé cuenta de que todo es un burdo castillo de naipes. Cuando se pone trascendental (con similares mimbres Shakeaspeare creó varios libretos magistrales) el filme es pueril, patético. En el reparto sólo a Channing Tatum se le ve suelto, porque ni su personaje ni su talento dan para más. El resto quieren y no pueden. La banda sonora recurre a Beethoven y cierra con el Street fighting man de los Stones. Otra película de acción de Emmerich, exagerada, desmesurada y descerebrada.

Corazones partíos

Publicado en Diario de Mallorca el 17/9/13

LA GRAN FAMILIA ESPAÑOLA

Nacionalidad: España, 100 min. Director: Daniel Sánchez-Arévalo. Actores: Quim Gutiérrez, Antonio de la Torre, Veronica Echegui, Roberto Álamo

La evolución de Daniel Sánchez-Arévalo desde el drama (Azuloscurocasinegro) a dramedia (Gordos) y comedia (Primos) indica sana ambición y arrojo. Su confirmación, sin embargo, se hace esperar. Primero, porque no presta atención a la importancia de la premisa cómica. En La gran familia española es muy forzada: un chico de 18 años se casa con su novia desde hace una década con la mala suerte de que la fecha coincide con la final del mundial de Sudáfrica de 2010. Y a mitad de ceremonia a su padre le da un infarto. Además, en el desarrollo sucumbe a recursos tan trillados como un doble triángulo amoroso o un misterio sobre paternidad dudosa. Segundo, porque tampoco afina los personajes. El perfil de los cinco hermanos es un deja vu: el guapo, admirable y admirado, el deprimente depresivo, el grisáceo inseguro, el simpático tarado y el atolondrado benjamín. Tercero, porque no se aprecia un estilo, una voz propia. En esta película oscila entre lo mejor de Frank Capra y lo peor de Guillaume Canet con flashes de Wes Anderson. La banda sonora es otro no puedo o no quiero: pop blandito americano que insinúa desprecio por el español y ausencia del riesgo (originalidad) que sí toma Wes Anderson. 
Y a pesar de todo esto, Sánchez-Arévalo tiene toques de gran cineasta. La escena que intercala las reuniones de las familias de los contrayentes por separado es antológica. Buena también la del seudoconfesionario con Latorre, Álamo y la niña, y algunos diálogos. La gran familia española entretiene, sin más, y mantiene la esperanza de que su director logre crear algún día una gran comedia.