jueves, 29 de noviembre de 2012

Llegar, ver, filmar


Publicado en Diario de Mallorca el 29/11/12

CESAR DEBE MORIR

Nacionalidad: Italia, 77 min. Director: Paolo Taviani, Vittorio Taviani. Actores: Salvatore Striano, Giovanni Arcuri, Cosimo Rega, Antonio Frasca

Como agudamente comenta Billy Bryson, si John Heminges y Henry Condell no se hubieran roto los cuernos por publicar el First Folio, William Shakespeare posiblemente sólo recibiría una mención de pasada en los anales de la literatura. O ni eso. César debe morir es 'sólo' la 892ª adaptación cinematográfica de una obra suya. 

El planteamiento de la película no puede ser más simple. Los hermanos Taviani se enteraron de que en Rebibbia, la prisión romana de alta seguridad, había un programa de teatro. Se plantaron allí, vieron a los presos, todos ellos con larguísimas condenas, actuar, y filmaron una de sus escenificaciónes. Justamente con la ciudad de Roma y uno de sus próceres como protagonista. El filme tiene esa rara cualidad de las grandes obras de conjugar modestia y ambición. Modestia al ceder todo el protagonismo a unos actores aficionados. Ambición en la elección de la obra (Shakespeare siempre exige el máximo), en el dificilísimo ejercicio de no cruzar los muros de la prisión y mover la cámara por sus claustrofóbicos recovecos, en separar con los ensayos (blanco y negro con sombras marcadísimas, neorrealismo y expresionismo a la vez) de la representación (en color) y unirlos al mismo tiempo porque la obra se inicia en el mismo momento del casting. Sólo se echa en falta (los testimonios se dosifican con cuentagotas) conocer más sobre el pasado de los reos-actores, equivalente, seguro, a las trapecerías narradas en Gomorra.

No es raro que César debe morir venciera en el último Festival de Berlin. Los hermanos Taviani, a pesar de sus altibajos, tienen, mantienen, el cine en la sangre. 

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