CINCO METROS CUADRADOS
Nacionalidad: España, 84 min. Director: Max Lemcke. Actores: Fernando Tejero, Malena Alterio, Emilio Gutierrez Caba, Jorge Bosch
Ganadora de los premios más destacados del último Festival de Málaga (el principal referente del cine español previo a su estreno), Cinco metros cuadrados retrata el pinchazo de la burbuja inmobiliaria española. El argumento es muy real. Combina los tejemanejes de un promotor inmobiliario (Gutiérrez Caba) con un corruptible político local (Manuel Morón) y los de una pareja de prometidos (Tejera y Alterio) que se dejan embaucar y terminan siendo estafados. Las dos primeras secuencias son soberbias, con diálogos crudos y sutiles al mismo tiempo. Después comienzan las imprecisiones, saltos temporales abruptos, acción dispersa en varios ramales (las protestas de los engañados, las tensiones con los suegros) y detalles poco creíbles (que se vayan a un hotel cuando tienen dos sueldos) o mal explicados (qué ocurre con la hipoteca y las cuotas del banco). Problema adicional de tono: tanto la trama de los corruptos como el casting de Tejero y Alterio apuntan a una comedia; y la película acaba justo al contrario, con Tejero luchando a la desesperada como un quijotillo atolondrado.
En la cocina (metafóricamente hablando) de la serie televisiva The Wire, cuando el equipo de guionistas se atascaba, David Simon (creador-director-productor) alzaba la voz “¿Qué haría Shakespeare?” Con Cinco metros cuadrados me ha quedado el regusto de que no se le ha sacado toda la sangre, la bilis que ofrece el argumento. Azcona y Ferreri bordaron una tragicomedia (El pisito) hace cincuenta años; Lemcke se queda en una buen drama con leve tintura de comedia. Aún así es una película destacable por la actualidad del tema y las excelentes actuaciones.
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