Publicado en Diario de Mallorca el 31/3/12
GRANDES ESPERANZAS
Nacionalidad: Reino Unido, 128 min. Director: Mike Newell. Actores: Jeremy Irvine, Elena Bonham-Carter, Ralph Fiennes, Holiday Grainger
Tiene valor Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral), en adaptar de nuevo la obra de Dickens teniendo el impecable precedente de David Lean en 1946. El argumento narra la historia de un huérfano de provincias que se enamora de la protegida de una estrafalaria millonaria, recibe un misterioso legado económico, lo dilapida y acaba trabajando en una posición social intermedia. Dickens vuelve a hacer una dura radiografía del estado de su nación, mostrando todas las clases sociales (desde los presos de los pontones hasta los terratenientes más acaudalados) y las estanqueidad de los estratos. Y trata también la ambición e inmadurez de los jóvenes.
Como ocurre reiteradamente, en el traslado a la gran pantalla de un afamado y voluminoso clásico es crucial la labor de los guionistas. David Lean se apoyó en los curtidos Ronald Neame y Anthony Havelock-Adams; Mike Newell recurre al menos inspirado David Nicholls. La ambición de Pip, el protagonista apenas se entrevé, y su amor por Estella es tan ciego y sumiso que limita la identificación con su montaña rusa vital. A ello contribuye la candidez de Jeremy Irvine (War horse), agraciado fisicamente y limitado profesionalmente; idem con Holiday Grainger. Los adultos, como ocurre mucho últimamente, vuelven a dar una lección a los jóvenes. Ralph Fiennes engancha en cada minuto de presencia, Elena Bonham-Carter parece que siempre está dirigida por su marido y aún así conmueve; Jason Fleming y Robbie Coltrane realzan el banquillo. Como Anna Karenina, o como Jane Eyre el año pasado, Grandes esperanzas es otra no memorable pero sí muy correcta adaptación de un clásico, confirmando su vigencia.
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