CELDA 211
Nacionalidad: España 117 min. Director: Daniel Monzón. Actores: Luis Tosar, Alberto Ammann, Antonio Resines, Marta Etura
Basada en una novela de Francisco Pérez Gandull, adaptada por Monzón y Jorge Guerricaechevarría (guionista habitual de Alex de la Iglesia), Celda 211 tiene un arranque bastante forzado: un funcionario de prisiones visita el centro penitenciario el día antes de comenzar a trabajar para hacerse a la idea. Justo cuando está dentro, se produce una grave revuelta y los funcionarios que le acompañaban lo dejan dentro sin querer. A partir de esa exagerada suma de coincidencias la historia se dispara y cobra mucho cuerpo: las estrategias de supervivencia del funcionario (Alberto Ammann) y cómo va conociendo, comprendiendo, la cruda realidad de la cárcel; su relación con el líder del motín (Luis Tosar), las galvánicas negociaciones; los terceros y cuartos en discordia (etarras, sudamericanos); y una inevitable trama/drama amorosa. La escalada del conflicto es constante y creciente. El interés sube cuanto más baja el protagonista hacia el infierno.
Daniel Monzón, detrás de la cámara, logra imponer un fuerte ritmo sin perder el control. La fotografía, pasable. La música de Roque Baños, efectiva y excesiva en momentos puntuales. Luis Tosar repite la jugada de Anthony Hopkins en El silencio de los corderos, arranca como sparring del protagonista y, con una caracterización y actuación contundentes, invierte los papeles. Ammann aguanta el tipo con mucho esfuerzo. En el resto del reparto, mejor los convictos (Zahera, Bardem, Romero) que los legales (Resines, Etura, Morón).
El cine presidiario tiene limitado predicamento entre los productores por la aversión que genera en féminas y jóvenes. Celda 211 no supera las convenciones del género pero les saca el máximo con un guión, dirección y actuaciones sobresalientes.
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