MONEYBALL
Nacionalidad: Estados Unidos, 133 min. Director: Bennett Miller. Actores: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffmann, Robin Wright
Moneyball narra el caso de un equipo real de béisbol, los Oakland A's , que en 2002 logró quedar semifinalista en una liga de 30 equipos siendo el cuarto por la cola en presupuesto. Y ello gracias a la visión, o desesperación, de su director deportivo (Billy Beane/Brad Pitt) que dió preferencia por primera vez a los análisis estadísticos (rendimiento/salario) frente a la experiencia/intuición de su entrenador y equipo de ojeadores. Escuchó a un empollón universitario (Jonah Hill) concienzudo en detectar y fichar los jugadores más infravalorados. La lucha de débiles contra poderosos, y contra los vicios dinosáuricos del sistema, es muy amena. El contraste físico entre los dos protagonistas es parte de su nominación a los Oscar. Pero les ocurre lo mismo que al equipo californiano, han llegado a la final pero les falta un plus (expresividad, versatilidad) para rematar con victoria. El guión (Steven Zaillian -La lista de Schindler, Millenium- de nuevo) tiene momentos de afilado humor (las negociaciones, los despidos) e inevitables concesiones a la galería (la hija, el pasado de Pitt). El director logra mantener el interés en las dos horas largas y se apunta algunos planos de fotografía preciosista.
Para el espectador español, Moneyball tiene el inconveniente de la falta de arraigo del béisbol en nuestro país. Hay una loa algo sospechosa (lease patrocinio encubierto) a las bondades de ese deporte. A pesar de ello, y de que no consigue quitarse del todo la pelusilla de libro de autoayuda, es un filme creíble, entretenido, divertido a ratos y casi emotivo. Una reencarnación más, y más que lograda, de David y Goliat.
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