La fiebre de secuelas de años recientes está dando paso, por los invariables ciclos lunares de la industria, a una fiebre por los reestrenos. Una gran mayoría en 3D, otros simplemente remasterizados. Las pasadas navidades El Rey León fue líder en la taquilla americana un par de semanas, acercándose a los cien milllones ingresados.
Muchos se echan las manos a la cabeza, pregonando una vuelta de tuerca más contra los creadores puros y originales. El debate está abierto. ¿Existe realmente un receso de la creatividad, o es sólo un conejo más de los magos de la taquilla? Probemos, hagamos el ejercicio, de ponernos en el pellejo de los dos extremos de la cadena.
Productores. Una película no es una novela, Perogrullo dixit. Cuesta infinitamente más dinero producirla y la incertidumbre es la misma. Los 80, 100 ó 150 millones de inversión (hablamos de cine destinado al público mayoritario y global) no caen del cielo. Las productoras recurren a créditos, como todas las empresas y muchos particulares. Un pinchazo fuerte hace mucha más mella en el productor que en el director. Los productores se mueven, como los animales, como los humanos, en una constante y alquímica ecuación coste (riesgo) - beneficio. En los reestrenos de películas que tuvieron gran éxito en taquilla la calculadora ofrece números bastante razonables: por unos 20 millones se puede adaptar cualquier filme a 3D (2D ½, según chascarrillo de James Cameron). Y la tecnología se va abaratando, ergo los costes van decreciendo.
Espectadores. Se enfrentan a la misma ecuación que los productores. A muchos les gusta probar, conocer, propuestas nuevas. Pero una gran mayoría prefiere ir a lo seguro, al 'malo conocido'. Más: si muchos recompramos religiosamente, muchos discos que teniamos en vinilo, o casete, cuando salieron en CD, ¿Por qué no vamos a ir a ver una película que nos encantó en 3D o con remasterización digital? Punto adicional, los niños ven un DVD que les gusta decenas de veces. ¿Por qué no ir al cine a ver una película que se estrenó por primera vez cuando no habían nacido? Para ellos es novedad absoluta, para los padres la falta de idem se compensa con el regustinín nostálgico.
Retomamos la pregunta inicial. El aluvión de reestrenos ¿está cerrando puertas a nuevas ideas y creadores? Relativamente. No me quita el sueño barruntar que La Sirenita 3D va a torpedear la viabilidad de Piratas del Caribe VIII o James Bond MCDMXXVI. El cine taquillero, como el turismo de masas, como la ropa de Zara y adláteres, ha apostado, desde siglos ha, por el riesgo contenido. Los creadores más talentosos, inquietos, inconformistas, han jugado y seguirán jugando en otra liga. Con las mismas piedras en el camino que siempre, dudo que más ahora. Deberán seguir combinando ese talento con la determinación para abrirse paso en la jungla de ese gremio. Y aunque con más o menos bajas por el camino, no dejarán de ofrecernos obras deliciosas como The Artist o impactantes como Drive.
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