Nacionalidad: Estados Unidos, 111 min. Director: Joe Wright. Actores: Saoirse Ronan, Eric Bana, Kate Blanchett, Olivia Williams, Tom Hollander
El director inglés Joe Wright, especializado en adaptar clásicos literarios (Orgullo y prejuicio, Expiación) prueba un guión original de Seth Lochhead. La historia de Hanna es una reformulación del espía fugitivo (capitalizado por la saga de Jason Bourne) con variante familiar (padre e hija), refuerzo de cuentos de hadas y toques más leves de road movie y experimentos genéticos. Hanna, la protagonista (Saoirse Ronan), es la hija de un exespía de la CIA escondido en la tundra finlandesa (Eric Bana). El padre la ha educado con una enciclopedia y preparado para vengarse de su exjefa (Cate Blanchett). Tras activar un localizador ella es detenida y conducida a una cárcel secreta en Marruecos. Se fuga, huye a través de España con una familia neohippy y llega a Alemania, donde se produce el reencuentro con el progenitor y el duelo con la pérfida perseguidora.
Analizando con frialdad el argumento su verosimilitud es endeble, su profundidad escasa y los personajes poco matizados. Se intuye que Wright ha elegido el proyecto para mostrar que puede codearse con Fincher, Aranofsky o Lynch. Y logra acercarse mucho a ellos. Compensa los convencionalismos del guión con un buen manejo del ritmo, apoyado por la rotunda música de los Chemical Brothers, escenarios atractivos (el ruinoso parque de atracciones alemán), fotografía atrevida y buen trabajo de los actores, con sobresaliente para las mujeres. Saoirse Ronan combina su palidez física con un talento innato y desbordante. Cate Blanchett con pelo corto y teñido y un par de miradas se come a todo el que se le pone por delante. Más limitados se muestran Bana y Hollander. Película algo justa en plausibilidad pero entretenida y atractiva.
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