FOUR LIONS
Nacionalidad: Reino Unido, 102 min. Director: Cristopher Morris. Actores: Rizwan Ahmed, Kayvan Novak, Nigel Lindsay, Adeel Akhtar
Si los Monty Python disfrutaran ahora su apogeo creativo quizás hubieran elegido el mismo tema que Four lions. En formato y tono de reportaje televisivo callejero, o de aficionado a Youtube con un mínimo de formación audiovisual, Four lions narra las peripecias de un peculiar comando de terrositas islámicos en Londres. Lo componen un predicador iluminado y obtuso, un segurata tan inteligente como acelerado, su hermano con un cerebro del tamaño de un guisante, un buenazo barbudo con similares (mínimas) luces, y un rapero despistado. Son tan tarados, chapuceros, bocazas e impulsivos que los jefes de Al Quaeda los defenestran y evitan. Ellos no se dan por vencidos.
Los gags se suceden como una ametralladora recalentada. Algunos con aroma a cine clásico: cuando corren imitando a Groucho Marx para no activar unas bombas, surrealistas diálogos similares de La vida de Brian o paridas dignas de Los tres chiflados. Otros, en el tramo final, de humor negrísimo, como el del pájaro bomba o la indigestión al tragar una tarjeta SIM; adobados todos con lenguaje irreverente y puyas constantes. Los envenenadísimos dardos del guión van en gran parte contra los islamistas, los aspirantes a terroristas o los fanáticos más pacíficos pero que mantienen sus tradiciones ultraconservadoras y machistas en Inglaterra. Tampoco pone mejor a las autoridades inglesas, haciendo una redada en el piso equivocado, confundiéndose de objetivo los francotiradores de la policía o participando en las detenciones ilegales de la CIA. Película incorrectísima políticamente, que no dejará indiferente a nadie (para bien o para mal) por su patente propósito de no dejar títere con cabeza.
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