AGALLAS
Nacionalidad: España, 99 min.
Director: Samuel Martin Mateos, Andrés Luque Pérez
Actores: Carmelo Gómez, Hugo Silva, Celso Bugallo, Yoima Valdés
Cines: Ocimax, Porto Pi Terrazas
El último narcothriller de producción española se ambienta en las rías gallegas. Un quinqui recién salido de la trena intuye que un empresario pesquero se ha hecho rico pescando algo más que centollos y se las apaña para llegar a ser su hombre de confianza. El planteamiento es pasable, el guión apunta buenas maneras (ritmo, dosis medidas de sexo y violencia, vueltas de tuerca al final), la realización explota la belleza paisajística de Galicia y el buen hacer del reparto (Gómez, Silva y Bugallo) y se marca un par de guiños cinéfilos (a Hitchcock y Houston).
Todo correcto. Demasiado correcto. Los cineastas debutantes se enfrentan al dilema de arriesgar, afrontando una alta probabilidad estadística de darse el batacazo; o no arriesgar y pasar desapercibidos. Andrés Luque y Samuel Martín han optado por la segunda opción. Recurriendo a las odiosas comparaciones, Agallas no tiene ni el incuestionado realismo de Gomorra, ni el talento ficcional de Los Soprano o Sólo quiero caminar. La historia es superficial, impostada. Los personajes son monofacéticos, y no se llega a provocar la fascinación del mal o la envidia del lujo desaforado. Se echa de menos también algún anzuelo emotivo (verbigracia, Frozen river) y de más las escenas manidas como el preservativo pinchado o las armas sin munición. Otro pecado de bisoñez es la música. No hay un momento de silencio en todo el filme; cuando los personajes no hablan hay una cargante banda sonora.
La incapacidad de superar los estereotipos y de ofrecer un planteamiento más original, dejan las agallas del título en unas simples escamas. Lo mejor, las buenas interpretaciones del trio protagonista.
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