LA PLAGA
Nacionalidad: España, 80 min. Director: Neus Ballus. Actores: Maria Ros, Raul Molist, Iurie Timbur
Aprovechando loables ayudas de las autoridades catalanas y europeas, La plaga es un documental llamémosle costumbrista. En el buen sentido del término, no con las connotaciones nostálgicas y acarameladas de muchas series televisivas y algunos largometrajes. El filme sigue a un puñado de personas reales que viven fora vila de una gran ciudad durante una ola de calor estival. Se trata de un modesto payés catalán, su ayudante moldavo, una meretriz entrada en años, una octogenaria vecina y una filipina que trabaja en una residencia de ancianos. La acción es mínima: la lucha del payés contra inclemencias meteorológicas y zoológicas, el desarraigo de los inmigrantes, compensado en parte por la afición del hombre a la lucha libre y el cariño que toma la asiática a sus pacientes; la soledad de la meretriz y las penúltimas bocanadas de vida de la mujer mayor. Sólo por esta última (María Ros, que falleció poco después del rodaje) merece la pena ver la película: con un físico menudo y triturado (escoleosis galopante, insuficiencia respiratoria) mantiene la cabeza lucidísima y una energía, fuerza de voluntad y simpatía (carisma, en una palabra) que cortan la respiración. Si la película la hubiera seguido sólo a ella tendría igual o mayor gancho. Los demás, gracias a la directora y guionista del filme, no provocan admiración pero tampoco compasión, y juntos suponen la antítesis, menos dramática, más auténtica, que los de Babel de Iñarritu. Para desmarcarse de formatos televisivos la realización recurre a un virado de color que acentúa el sofocón y unos atinados guitarreos inspirados en Ry Cooder. Documental modesto con algunos momentos muy emotivos.
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