jueves, 29 de diciembre de 2011

Cowboys

Publicado en Diario de Mallorca el 29/12/11

ROUTE IRISH

Nacionalidad: Reino Unido, 110 min. Director: Ken Loach
Actores: Mark Womack, Andrea Lowe, John Bishop

Un año menor que Woody Allen, Ken Loach está igualmente empeñado en estrenar una película al año, con sus inevitables altibajos. Tras la comedia ligera protagonizada por el futbolista Eric Cantona, el peleón cineasta inglés hurga ahora en el conflicto iraquí. Apunta al espinoso negocio de las contratas privadas. Halliburton o Blackwater son la punta de iceberg, bajo la cual se amparan una miríada de empresas de mayor o menor tamaño con idénticos fines: lucrarse y proteger a sus clientes sin el más mínimo respeto o sensibilidad hacia la población nativa. La excusa de que bajo cualquier turbante puede esconderse un terrorista ampara malos tratos y homicidios premeditados. 

Protagoniza la película un excombatiente, militar primero y mercenario después, que investiga la sospechosa muerte de su mejor amigo. El arranque tiene mucha fuerza, sin embargo el misterio se atisba demasiado pronto y la película deriva a un ojo por ojo, una venganza de cuatreros demasiado obvia. Da la impresión de que el guionista se ha documentado bien pero después no ha madurado con suficiente calma la historia. La trama principal termina mostrando vicios del cine de acción más hueco o el de denuncia más burdo; y la amorosa coquetea demasiado con el melodrama. Además se vuelve a sentir, como en El viento que agita la cebada, una malsana fascinación por la violencia. Las prisas y el izquierdismo militante vuelven a obnubilar a Ken Loach. Aún así sigue siendo uno de los mejores exponentes del cine denuncia, y Route Irish merece la atención porque, a pesar de que los países occidentales están abandonando la zona, los abusos apenas han sido reparados.

martes, 27 de diciembre de 2011

Persiguiendo sombras

Publicado en Diario de Mallorca el 27/12/11

EL TOPO

Nacionalidad: Reino Unido, Francia, Alemania, 128 min. Director: Tomas Alfredson. Actores: Gary Oldman, John Hurt, Colin Firth, Toby Jones, Mark Strong

Primera adaptación al cine de la novela de John Le Carré, tras la miniserie televisiva (protagonizada por un magistral Alec Guiness) de 1979. Le Carré, en una deliberada reacción contra la artificiosidad de James Bond y el aura de fascinantes y sofisticados canallas que se estaba adjudicando a los apodados '5 de Cambridge', ofrece una visión gélida, casi funcionarial, de los cargos medios del espionaje: Vanidades, rencillas, intereses amagados y desconfianzas que dejan vendidos a los agentes de campo, los que sí se juegan la vida ante el más eficiente y menos escrupuloso KGB. Para descubrir al infiltrado de los rusos, el protagonista (Smiley/Oldman) debe recurrir a la máxima discreción.

Esa búsqueda del topo está reflejada de forma impecable por Tomas Alfredson, apoyado en una fotografía que fuerza mucho los virados de color para dar el ambiente de época y en un elenco de grandes actores. Gary Oldman copia hasta las gafas de Alec Guiness logrando al mismo tiempo dar personalidad propia al hermético Smiley. Toby Jones, Ciaran Hinds o Colin Firth afinan también sus interpretaciones en el juego de espiarse  entre ellos y olvidarse del verdadero enemigo. Sin embargo los guionistas, en el doble esfuerzo de condensar las cuatrocientas páginas de la novela y mantener el misterio hasta el último momento sin golpes de efecto, abusan de la lentitud y caen en un exceso de complejidad: cuesta memorizar los nombres y seguir la implicación de cada personaje. El resultado, aún así, es positivo porque refleja con veracidad y mesura la degradación de los servicios secretos británicos tras la posguerra mundial. 

viernes, 23 de diciembre de 2011

Códigos por diamantes

Publicado en Diario de Mallorca el 22/12/11

MISIÓN IMPOSIBLE – PROTOCOLO FANTASMA

Nacionalidad: Estados Unidos, 133 min. Director: Brad Bird. Actores: Tom Cruise, Jeremy Renner, Paula Patton, Simon Pegg

Uno se pregunta, en primer lugar, qué hace el director de Los Increíbles o Ratatouille al frente de una película de acción pura y dura, para el público más palomitero. Al frente es un decir, porque el productor es a la vez el protagonista, alma mater del remake de la serie de los años sesenta. Películas como Protocolo fantasma obligan al cronista a hacer funambulismo analítico. ¿Se compara sólo con las de su género o con todas, sondeando su trascendencia? ¿Un suspense bastante o muy logrado compensa la previsibilidad y acartonamiento de los personajes?

Al tajo: Cruise, Bird y los guionistas Josh Applebaum y André Nemec han intentado la cuadratura del círculo: manteniendo las señas de identidad (la personalidad de Ethan Hunt, la pegadiza música de Michael Giaccino, y los espectaculares/inverosímiles efectos de acción) han pretendido añadir una capa de humor (las gracietas de Simon Pegg), un barniz Jason Bourne y un toque James Bond. Localizaciones variadas (Budapest, Moscú, Dubai, Mumbai), piruetas al límite como la trepada por el rascacielos más alto del mundo, persecuciones en coches futuristas y bases secretas en trenes de mercancías. El ritmo es trepidante y, junto con las dosis de variaciones del tema musical, logra el objetivo de camuflar la pobreza de las tramas sentimentales. La profusión de aparatos de tecnología punta acaba rebajándolos a sofisticados juguetes. En el reparto, Tom Cruise mantiene su estatus, Jeremy Renner comienza a desperdiciar su talento; Paula Patton brillaba más como modesta profesora (Precious) que como musculada espía. Misión imposible – Protocolo fantasma tiene una puesta en escena epatante, un ritmo vibrante y muy poquito más.

De ratones y hombrecitos

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 22/12/11

A falta del salto a la pantalla grande de Geronimo Stilton (sí está disponible, en DVD, la serie de animación protagonizada por el roedor detective), se confirma de todos modos la química entre mamíferos e infantes. Sin ir más lejos, en este último mes del año se estrenan, o han estrenado, Alvin y las ardillas 3 y Happy Feet 2. También sigue a la venta en DVD Ratatouille, la película de Pixar sobre el ratón devenido en maestro culinario.

Los motivos de la química citada son evidentes. Preston Sturges, destacado director de los años 50, proponía su decálogo para garantizar el éxito de una comedia: “Una chica guapa mejor que una fea / Una pierna mejor que un brazo / Un dormitorio mejor que un salón / Una llegada mejor que una partida / Un nacimiento mejor que una muerte / Una persecución mejor que una conversación / Un perro mejor que un paisaje / Un gatito mejor que un perro / Un bebé mejor que un gatito / Un beso mejor que un bebé / Y una caída mejor que todo lo demás.”

Como se ve, pequeños animales y pequeños hombres están en la zona destacada de la lista. Los niños, como bien sabemos, tienen una curiosidad insaciable, por la naturaleza más que por la civilización (con la excepcion de coches y aviones en el género masculino) y a la vez se sienten muy cohibidos por el mundo adulto, sobredimensionado en volumen, reglas y engorrosos deberes. Los adultos asociamos a ratones con suciedad y enfermedades, los niños los asocian con tamaño equivalente al suyo y vida. Comprenden que son un engranaje esencial del ecosistema mucho antes de conocer esas dos palabras. El ratón busca comida porque tiene hambre. Y si encima es inteligente y hace de su curiosidad una profesión, como Stilton o el pinche culinario Remy, el pequeño lector se lo pasa bomba. 

Ardillas y pinguinos son más afortunados. Gracias a los documentales, los parques zoológicos y la astucia de los fabricantes de juguetes es imposible no empatizar con ellos. Los sobredimensionados incisivos de la ratufa arboífera, su cola graciosamente erguida, su timidez parcial y el espídico castañeo al comer un fruto seco desarman hasta al más gélido adulto. Las aves polares atraen por su color níveo, su aire entre distraído y ensimismado, y sobre todo, por su patoso andar fuera del agua. Los guionistas de Alvin y Happy feet los idealizan y acercan aún más a los espectadores poniéndolos a cantar y bailar, otro truco de inmediato y pauloviano efecto.

La moraleja final no tiene sorpresa: todo lo que sea animar a los niños a conocer, respetar y disfrutar la naturaleza será bienvenido, sean más o menos flojos los guiones o la factura técnica de la obra literaria. Aunque temo que la naturaleza seguirá su curso y cuando sean mayores se subirán horrorizados a una silla cuando vean a un minúsculo roedor. Salvo que lleve gafas o un gorro de chef... 

lunes, 19 de diciembre de 2011

Bendita locura

Publicado en Diario de Mallorca el 19/12/11

THE ARTIST

Nacionalidad: Francia, Bélgica, 100 min. Director: Miche Hazanavicius Actores: Jean Dujardin, Berenice Bejo, John  Goodman, James Cromwell, Uggi

Hollywood, 1927. George Valentin (Jean Dujardin) es una estrella de cine mudo en cuya vida se cruza una bella figurante (Berenice Bejo). La llegada del cine sonoro supondrá el descenso de uno y el ascenso de la otra. El argumento de The artist es esquemático, plano; y tiene un magistral, insuperable, precedente, El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder. Michel Hazanavicius (OS 117 El Cairo, nido de espías y Perdido en Río) apuesta al todo o nada: película muda en blanco y negro.  

Acierta por su inteligencia y (suena a tópico pero es la pura verdad) amor al cine. El libreto compensa previsibilidad con varios gags muy buenos (el galán de noche, la pesadilla, el forillo medio levantado). La recreación de Hollywood en los años 20 es impecable. La fotografía evita toscos claroscuros para no despistar. La música, variada e infatigable, actúa como perfecto señuelo de la falta de diálogos. La pareja de protagonistas se sale. Hay química absoluta entre ellos y con la cámara. Dujardin (OSS 117) se muestra algo tieso en la parte dramática y excelso en la mímica y el baile. Bejo, con idénticas aptitudes, embelesa. Los secundarios echan el resto: John Goodman (Los Picapiedra, El gran Lebowski) James Cromwell (Babe el cerdito valiente, L.A. Confidencial), Malcom McDowell (La naranja mecánica) o el perrito Jack Rusell (Frasier).

Entrado el siglo XXI, en plena era de streamings, playstations, ipads y youtubes. Hazanavicius retrocede al pleistoceno del séptimo arte con una propuesta de ciego o chiflado. Y a pesar del irregular guión logra, gracias a gags puntuales, ambientación, reparto y música soberbios, dejar al espectador boquiabierto durante cien minutos. Deliciosa.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Misión incumplida

Publicado en Diario de Mallorca el 15/12/11

ARTHUR CHRISTMAS, OPERACION REGALO 

Nacionalidad: Estados Unidos, 97 min. Director: Sarah Smith. Actores: (animación)

Grata sorpresa ver a una mujer dirigiendo una producción de generoso presupuesto. Como coguionista y directora, Sarah Smith recurre a un “¿Y si...?” de libro. Los puntos suspensivos se refieren a cómo logra Papá Noel entregar millones de regalos en una sola noche y cómo es la presunta familia del hombre del albornoz rojo. Sobre eso, con implicita complicidad de la audiencia adulta, se construye una fantasía con una meganave espacial con forma de trineo, un ejército de elfos segregado en embaladores, supervisores y GEOs, un abuelete (el padre de Papá Noel) chocheante, una plácida esposa, y dos hijos de caracteres opuestos, uno marcial y resolutivo, el otro (Arthur, el protagonista) buenazo, inseguro y despistado. Por un error accidental se pierde un regalo antes de su envío, provocando una crisis organizativa y familiar.  

Siendo un planteamiento correcto, simpático, no llega a provocar carcajadas. El perfil del protagonista está demasiado visto; la insensibilidad de su hermano y su padre, bastante forzadas. La película sólo levanta el vuelo en la segunda mitad, con el abuelo desatado, el perrillo enamorado de una pantufla o los animales africanos levitando en el aire. Para los adultos, más que gags hay guiños nostálgicos; a los peques se les escaparán referencias históricas o tecnológicas, pero se divertirán con el repertorio de animales (perritos, osos, leones, alces) los ubicuos elfos, las patosadas de Arthur o los frenéticos viajes por la estratosfera. La animación no desentona. A falta de un puñado más de estrenos, Arthur Christmas cumple su doble objetivo de entretener y mantener vivo el señuelo (corrijo, la tradición) de Papá Noel. 

jueves, 8 de diciembre de 2011

Azuloscurobastantenegro

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 8/12/11

(PASEO DE RONDA)

1. “Hola, soy Steven!” Seguro que no fue un diálogo tan cutre, seguro que se limitó a un “Hola, qué tal” cuando Albert Espinosa, autor de la serie de TV3 Polseres Vermelles y Pau Freixas, director, viajaron a la sede de Dreamworks por negociar la adaptación de la serie en Estados Unidos. La fraternidad de chicos internos en un hospital tiene los ingredientes que han marcado buena parte de la exitosa obra de Spielberg: juventud, drama, lucha por salir adelante, empatía irresistible de los espectadores. Se baraja además que Martha Kauffman, creadora de Friends se involucre en el proyecto. Si se firma el acuerdo (esperemos que sí) se habrá plantado otra pica en Hollywood.

2. Mayúsculos regalos. Si estas navidades quiere tirar la casa por la ventana con sus amigos (o encerrarse para evitar que intervenidos banqueros intervengan sorpresivamente en ella) aquí van tres antológicas sugerencias: La serie completa de Perdidos (36-38 discos) cuesta 90 € en DVD y 140€ en BluRay; The Wire (24 discos) 70€; Los Soprano (32 discos) 75€. Precios aproximados, obtenidos de una batida rápida por la red. En un extraño limbo está Boardwalk Empire, la alabada serie sobre corruptelas mafiosas en Atlantic City. Esperemos que los distribuidores tengan el navideño detalle de sacarla en señaladas fechas.

3. Los más agoreros del gremio cinematográfico temen que el cambio de color del gobierno se lleve a muchos de ellos por delante. Los que participaron en la asonada de los Goyas contra la guerra de Irak seguro que han puesto sus barbas a remojar. No se espera una caza de brujas clásica, macarthysta, pero sí un estrangulamiento financiero, el más doloroso (subvenciones y financiación televisiva). La cultura escarrufa a los conservadores porque, desde siglos ha, ha sido contestataria. Esté la suerte echada o no, hay voces discordantes, como la de Gonzalo Martin (http://gonzalomartin.tv/pulsiones). Aboga por dejar de obsesionarnos con las subvenciones, admitir que sin ellas es muy difícil pero no imposible hacer  películas, madurar bien los proyectos, los guiones, las financiaciones. Una cosa está clara, los jóvenes del nuevo baby boom eran el público mayoritario en los cines de hace poco más de una década. Internet les abrió una ventana a la dispersión, el p2p les regaló barra libre de películas y series codificadas. En la actualidad pasan la mayor parte del tiempo libre tuiteando, whatsappeando o con la Wii. Atraerlos de nuevo a las salas de cine es un un propósito titánico; más que subvenciones hace falta una nueva generación de productores, guionistas y directores capaces de conectar con ellos. Es fácil vocear desde la barrera, lo sé, pero uno que está todo el día en el cine ve que el cine español sigue erre que erre, repitiendo fórmulas que funcionaron hace eones o dando palos de ciego.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

La guerra no ha terminado

Publicado en Diario de Mallorca el 7/12/11

LA CONSPIRACION

Nacionalidad: Estados Unidos, 122 min. Director: Robert Redford. Actores: James McAvoy, Robin Wright, Kevin Kline, Tom Wilkinson

En su desigual carrera como director, Robert Redford hinca el diente a un drama político-judicial muy de su tierra. La conspiración trata el magnicidio de Abraham Lincoln y el juicio marcial de de los primeros detenidos, focalizado en la única mujer del supuesto grupo de conspiradores, Mary Surratt (Robin Wright) y el abogado que intentó salvarla de la horca (James McAvoy). El guión plantea razonablemente bien los claroscuros de ese proceso: aunque los sureños se habían rendido formalmente, su odio hacia los unionistas no había menguado. Por ello el ministro de defensa (Kevin Kline) consideraba que el fallo judicial debía ser rápido y ejemplar, aunque se vulneraran garantías legales y constitucionales. Se infiere de ahí que los miembros del jurado se pusieron a la misma altura que los magnicidas; y se esboza el inicio de la utilización del miedo colectivo como arma gubernamental, táctica usada y abusada hasta ahora por los dirigentes estadounidenses. 

El relato, la dimensión histórica, están bien reflejados. Sin embargo tanto los personajes, todos, como las tramas personales están muy constreñidos. Los roles de cada uno son evidentes desde el primer momento: el ministro desalmado, el juez y el fiscal serviles, el senador colaborativo pero escéptico (Wilkinson), el abogado concienciado y perseverante, y la acusada obcecada en proteger a su evadido hijo aún a costa de pagar con su vida. Con personajes tan encasillados y motivaciones tan subrayadas, los actores sólo pueden tirar de oficio, sin aportar un brillo o una hondura adicionales. La dirección de Robert Redford tampoco da ni un pequeño salto adelante, resultando un drama judicial correcto, ameno y previsible.

Lagrimas vehementes

Publicado en Diario de Mallorca el 5/12/11

JANE EYRE

Nacionalidad: Reino Unido, 121 min. Director: Cary Fukunaga. Actores: Mia Wasikowska, Michael Fassbender, Judi Dench, Amelia Clarkson

Sumando pantalla grande y pequeña, el clásico de Charlotte Brontë llevaba casi treinta adaptaciones, incluyendo una con guión de Aldous Huxley y protagonismo de Orson Welles o la de Franco Zefirelli de hace poco más de una década. La pregunta era automática: ¿se podía aportar algo nuevo? Tanto la guionista Moira Buffini (Tamara Drewe) como el director Cary Fukunaga (Sin nombre) habían mostrado cierta bisoñez. 

Buffini recupera la orientación gótica del filme de Stevenson/Welles. Los temas de fondo se mantienen: el yugo del puritanismo, las barreras de clase social, la necesidad del cariño familiar, el feminismo incipiente de ella o la búsqueda de expiación de él. La guionista aporta unos efectivos saltos temporales y mantiene los memorables diálogos de Brontë. Fukunaga, por su parte, muestra una inesperada madurez en la dirección: encuentra el ritmo justo que requiere el drama. Acierta también con la ambientación y la fotografía, no abusa de meteorologías sombrías o apasteladas claridades. En interiores dibuja efectos muy naturales iluminando muchas escenas sólo con cirios. Y logra, en planos como el que ubica la cámara tras el cuello de la protagonista, que el espectador se meta totalmente en su piel. La dirección de actores es otro diez. Mia Wasikowska aporta mucho más que un aniñado rostro y borda su papel, afinando miradas o leves gestos sin la más mínima sobreactuación. Michael Fassbender, galan ubicuo últimamente, tampoco abusa de su palmito o sus ojos claros y transmite, con similar contención, dudas, dureza y pasión. Mención especial a Judi Dench o la joven Amelia Clarkson. Jane Eyre mantiene viva la llama del clásico con renovado, y agradecido, poderío.