jueves, 29 de noviembre de 2012

Llegar, ver, filmar


Publicado en Diario de Mallorca el 29/11/12

CESAR DEBE MORIR

Nacionalidad: Italia, 77 min. Director: Paolo Taviani, Vittorio Taviani. Actores: Salvatore Striano, Giovanni Arcuri, Cosimo Rega, Antonio Frasca

Como agudamente comenta Billy Bryson, si John Heminges y Henry Condell no se hubieran roto los cuernos por publicar el First Folio, William Shakespeare posiblemente sólo recibiría una mención de pasada en los anales de la literatura. O ni eso. César debe morir es 'sólo' la 892ª adaptación cinematográfica de una obra suya. 

El planteamiento de la película no puede ser más simple. Los hermanos Taviani se enteraron de que en Rebibbia, la prisión romana de alta seguridad, había un programa de teatro. Se plantaron allí, vieron a los presos, todos ellos con larguísimas condenas, actuar, y filmaron una de sus escenificaciónes. Justamente con la ciudad de Roma y uno de sus próceres como protagonista. El filme tiene esa rara cualidad de las grandes obras de conjugar modestia y ambición. Modestia al ceder todo el protagonismo a unos actores aficionados. Ambición en la elección de la obra (Shakespeare siempre exige el máximo), en el dificilísimo ejercicio de no cruzar los muros de la prisión y mover la cámara por sus claustrofóbicos recovecos, en separar con los ensayos (blanco y negro con sombras marcadísimas, neorrealismo y expresionismo a la vez) de la representación (en color) y unirlos al mismo tiempo porque la obra se inicia en el mismo momento del casting. Sólo se echa en falta (los testimonios se dosifican con cuentagotas) conocer más sobre el pasado de los reos-actores, equivalente, seguro, a las trapecerías narradas en Gomorra.

No es raro que César debe morir venciera en el último Festival de Berlin. Los hermanos Taviani, a pesar de sus altibajos, tienen, mantienen, el cine en la sangre. 

Náufragos, enanos, miserables y rebeldes


Publicado en el suplemento Bellver, de Diario de Mallorca el 29/11/12

ESTRENOS NAVIDEÑOS (PASEO DE RONDA)

1. Esto es lo que presenta la oferta de cine estas navidades, a tono con el barómetro emocional de una gran mayoría de ciudadanos (los políticos siguen en Shangri-La, por supuesto). Sin embargo el currículo de directores, guionistas y actores invita, incita, a escaparse para ver estos estrenos:

2. La vida de Pi. Ang Lee (Brokeback Mountain, Sentido y sensibilidad, El banquete de bodas, La tormenta de hielo) vuelve a mostrar su eclecticismo, y talento al mismo tiempo. Adapta una premiada novela de Yann Martel sobre la odisea de un joven náufrago indio que comparte penurias con un tigre. Empinado reto (las historias de náufragos en la gran pantalla lo son) que Lee supera con alta nota.

3. El Hobbit. Indescriptible el revuelo que ha armado Peter Jackson en sus presiones a los distribuidores para que compren la maquinita de pasar películas a 50 fotogramas por segundo. No ha cuajado pero ha creado mucho ruido mediático, punto 1, con negritas, subrayado y relieve del manual del brillante publicista. Además de ruido, se vislumbra que habrá nueces. Guión de su amanuense de toda la vida (Philippa Bovens; Guillermo del Toro comparte crédito por un borrador previo) y presencia garantizada de Frodo/Elijah Wood, Gandalf/Ian Mckellen y Gollum/Andy Serkis.

4. Los Miserables. Tom Hooper, avalado ni más ni menos que por El discurso del rey, hinca el molar al exitoso drama teatral basado en el clásico de Victor Hugo. Dudoso que sea un fiasco, y menos con un reparto encabezado por Hugh Jackman, Russell Crowe, Anne Hathaway, Amanda Seyfried o Sacha Baron Cohen (pedazo de actor, no sólo de despendoladas parodias).

5. ¡Rómpelo Ralph! Cuando los socios de Pixar comienzan a mostrar síntomas de deshidratación creativa, el equipo propio de animadores de la Walt Disney sigue a piñón fijo, sin enamorar ni desfallecer. Esta película, sin ser muy rompedora en lo visual, tiene al menos la original premisa de presentar a un malandro de  videojuego rebelándose contra su destino.

6. El día después. Sin tiempo para digerir el turrón y las uvas vendrá el goteo de películas aspirantes (con inescrutables opciones todavía) a los Oscars. En esa carrerilla clasificatoria tenemos prealabados títulos como el Lincoln de Steven Spielberg. Le costó dios y ayuda financiarla -¡a Spielberg!- y acabará siendo un taquillazo. Como garantes ofrece al guionista Tony Kushner (Munich) y al (inspiradísimo por lo visto) actor Daniel Day Lewis. Para febrero se anuncia Atlas de las nubes. Lana (ex Larry) Wachowski ahora junto a Tom Twycker evoluciona del maquiavélico futurismo hacia el onanismo espiritual 'a la' Terrence Malick. Esperemos que los atardeceres en la Serra de Tramuntana no sean lo mejor de la película.

martes, 27 de noviembre de 2012

Amor de hija


Publicado en Diario de Mallorca el 26/11/12

GOLPE DE EFECTO

Nacionalidad: Estados Unidos, 113 min. Director: Robert Lorenz. Actores: Clint Eastwood, Amy Adams, Justin Timberlake, John Goodman

Es infrecuente, sobre todo en los últimos años, ver a Clint Eastwood sin autodirigirse. Con el cuchillo afilado se puede resumir Golpe de efecto como un cruce entre Moneyball y Gran Torino. Como la primera película, trata de las bambalinas del mundo del béisbol: Un ojeador cercano a la jubilación (Eastwood), padece vista borrosa, carácter agrio, bloqueo paternal y rechazo a las nuevas tecnologías. Inmovilista como él solo, resiste como gato panza arriba las zancadillas de sus compañeros y los intentos de su hija (Adams) por reconciliarse y ponerlo al día. Dos tramas secundarias, el machismo de la firma de abogados en la que trabaja ella y el ligoteo de un joven ojeador rival (Timberlake) dejan el deporte en poco más que una excusa para ensalzar el valor de la experiencia y el valor con que debemos afrontar las vueltas de la vida. 

Con guión tan previsible, el director no ha sido capaz de darle un ritmo ágil, limitándose a mover a los actores por campos deportivos de la zona sureste del país. Los actores sí se muestran a la altura de su apellido y reputación. Clint Eastwood repite la divertida mala leche de Gran Torino. Recuerda a Fernan Gómez en su etapa final, más genial y humano cuanto más gruñón es su registro. Amy Adams y Justin Timberlake suman oficio y talento a sus agraciados palmitos; John Goodman idem bajo su orondo cuerpo. Golpe de efecto es un más que correcto dramita deportivo-familiar. Sin grandes pretensiones, con muchas apelaciones al corazoncito de los espectadores y con un reparto que logra levantar las limitaciones del guión y dirección.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

No tan elemental, querido y carismático


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 22/11/12

ANIVERSARIO SHERLOCK HOLMES

Se cumple un siglo y cuarto desde la aparición del famoso detective por las calles de Londres e impresiona la dimensión que ha adquirido el personaje sin moverse apenas de su apartamento en Baker Street.

El romance del detective con el cine fue inmediato. Holmes ostenta el record Guiness de personaje más cinematografiado. Galardón en cuarentena. El portal de cine IMDB le adjudica 291 apariciones, superado por muy poco por Drácula, con 301. Aún así es un éxito. Para que se hagan una idea, el monstruo de Frankenstein suma 174; Hamlet, 211; Tarzan, 88; Don Quijote, nuestro hidalgo manchego, sólo 77. 

Javier Bort, en su excelente estudio del paso de Holmes por la gran pantalla (www.aullidos.com), distingue dos momentos álgidos: El primero fue la serie de películas producidas por la Fox y la Universal entre 1939 y 1946, con Basil Rathbone como Holmes y Nigel Bruce como Watson. Rathbone supo imprimirle señorío y simpatía. Igual o más apreciada por los cinéfilos es la saga de la productora inglesa Hammer entre 1958 y 1990. Los actores que se embutieron en el gabán, salacot y pipa fueron Peter Cushing y Cristopher Lee. Ofrecen menos matices que Rathbone pero el físico de ambos, sus angulosos rostros, han quedado más marcados en los espectadores.

Como variantes de estilo, o experimentos creativos, son reseñables un corto de Buster Keaton (El moderno Sherlock Holmes, 1924); una comedia tardía de Billy Wilder (La vida privada de Sherlock Holmes, 1976); un sugerente y semi fallido encuentro entre el sabueso y el maestro del psicoanálisis (Elemental Dr Freud, Nicolas Meyer, 1970); un preadolescente Holmes imaginado por Spielberg (El secreto de la pirámide, 1976), comedias más insustanciales (El hermano más listo de Sherlock Holmes, 1975, con Gene Wilder) o la versión muy, muy Disney (Basil, el ratón superdetective,1986). 

Astuta y excelentemente recibida por el público ha sido la reciente resurrección del personaje por el cineasta Guy Ritchie. Ha desmembrado al personaje y lo ha reconstruído a su antojo para epatar y entretener al espectador, con el precio de dejar gran parte de su alma por el camino. Un Robert Downey Jr. en estado de gracia, apoyado por el igual de efectivo Jude Law fuerzan a que se les perdone ese pecadillo. Muy académica, y gris por desgracia, es la elucubración de un paso por Madrid del detective a cargo de José Luis Garci.

Volviendo a la estadística inicial, Drácula y Frankenstein son el paradigma de la fascinación del mal, reforzados con los poderosos temas del amor inmortal por un lado y el rechazo de los aberraciones biológicas -un ser deforme en este caso- por el otro. Holmes en cambio representa el triunfo de un hombre casi corriente. Un hombre trabajador, metódico, inteligente, con labia, muy implicado con la justicia y con un punto excéntrico que lo humaniza mucho. Qué sea más o menos hedonista, que tenga más o menos debilidad hacia el sexo opuesto o las sustancias estimulantes son matices secundarios, carne de Salsa Rosa. En la mayoría de retratos es un hombre (bastante) ejemplar sin la pretensión explícita de serlo. Por eso se lo siguen rifando guionistas, cineastas y actores.

Ah, y una curiosidad final: Sherlock Holmes jamás usó el latiguillo 'Elemental, querido Watson'. En multitud de ocasiones, a lo largo de sus investigaciones, murmura  un solitario 'Elemental.' Y siempre se dirige a su ayudante con un educado y muy british 'Mi querido Watson'. El empalme de ambas coletillas apunta, por deducción inversa, a algún periodista espabilado.

martes, 20 de noviembre de 2012

La belleza de un gesto


Publicado en Diario de Mallorca el 20/11/12

HOLY MOTORS

Nacionalidad: Francia, 115 min. Director: Leos Carax. Actores: Denis Lavant, Kilye Minogue, Michel Piccoli, Eva Mendes

Con Denis Lavant protagonizando un dificilísimo papel multiple, el argumento de Holy motors es confuso. O ambiguo, quizás deliberadamente (como Mulholland drive de David Lynch). Un hombre (Lavant) sale a trabajar en una limusina y a lo largo de una jormada se va transformando en (¿suplantando a?) siete personas de sexos, edades, profesiones, orígenes y estados mentales polarizados. Se insinúa en un momento del filme que hay microcámaras ocultas. ¿Es un reality? ¿O un Matrix más cercano? 

O es, puede que no sea, más que una excusa para reflexionar sobre la difusa, la permeable línea de separación entre realidad y ficción, entre acción y actuación, los desdoblamientos de personalidad, la volatilidad de las identidades, el Mortadelo que llevamos todos dentro, nuestra tendencia a escapar para evadirnos de nosotros mismos. A mitad de película Michel Piccoli, el 'jefe', pregunta al protagonista por qué sigue haciendo ese trabajo. Respuesta: “Por la belleza de un gesto”. Eso es lo que hacen los actores, ponerse en la piel de otro; y los escritores, y los directores de cine o teatro... A partir de un planteamiento corriente, un día en la vida de un hombre, Leos Carax se suelta en todo lo demás. Los personajes, las situaciones, los escenarios, la música, incluso el reparto (la modelo Eva Mendes, la cantante Kylie Minogue, el veterano Piccoli, el propio director). Con el aderezo de un homenaje al director de culto Georges Franju y un único borron en la escena final del garaje. Holy Motors es cine de arte y ensayo puro, una marcianada, un salto al vacío. De una piscina o de la estratosfera.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Libadores de guante blanco


Publicado en Diario de Mallorca el 19/11/12

LA PARTE DE LOS ANGELES

Nacionalidad: Reino Unido, 106 min. Director: Ken Loach. Actores: Paul Brannigan, Roger Allam, Jasmine Riggins

Desde su debut Ken Loach no ha parado de alternar entre la denuncia política o social, en formato de drama puro o comedia ligera o punzante. Si en su penúltima película (Route Irish) hurgó en la desalmada corrupción de las subcontratas militares, este año se toma un respiro similar al de Buscando a Eric

La parte de los ángeles trata de unos ni-nis escoceses a los que su monitor de asuntos sociales mete el gusanillo de los sumillers de whisky y, con la inconsciencia propia de su juventud y desarraigo social planean el estraperlo de un licor de altísimo valor. La película tiene dos partes muy marcadas. La primera desarrolla la dura vida del protagonista, rebelde con causa; y cómo la paternidad le hace cambiar el chip, contener con muchísmo esfuerzo el rencor violento que le identificó hasta entonces, y asimilar que puede haber un resquicio de vida limpia y legal. La segunda parte es una mezcla de Doce del patíbulo y chiquicientos filmes de robos de guante blanco, con el giro cómico de que que la protagonizan cuatro hooligans en un almacén de licores.  La película es simpática y muy positiva, lo cual es una opción comprensible en los tiempos que corren. Reforzada con un guión apañadito y unos actores, desconocidos como siempre, voluntariosos. Sin embargo un servidor ha notado un Ken Loach algo amansado. Sin el maniqueísmo de sus obras más políticas pero sin la contundencia de los dramas más lacerantes o la originalidad de comedias como la protagonizada por Eric Cantona. Aún así, con un poco menos de fuelle, sigue siendo mucho Ken Loach.

martes, 13 de noviembre de 2012

Amor atávico

Publicado en Diario de Mallorca el 13/11/12

SUBMARINE

Nacionalidad: Reino Unido, 97 min. Director: Richard Ayoade. Actores: Craig Roberts, Yasmin Paige, Paddy Considine, Sally Hawkins

Adaptando la novela de Joe Dunthorne, Submarine recrea los sinsabores familiares y amorosos de un adolescente en un pueblecito costero de Gales hace un par de décadas. El argumento no ofrece ninguna sorpresa: chico rarito (hipertímido/hipersensible/ hiperenamoradizo/inframaduro) se enamora de una compañera de clase (monilla/algo más madura/algo menos rarita que él). Al mismo tiempo sus padres (él depresivo/ella insatisfecha) sufren una crisis porque un ex novio de ella (atractivo/engreído/ iluminado/ligón) se muda a la casa colindante. Cuando la madre de la novia adolescente sufre una grave enfermedad el protagonista es incapaz de compaginar ambas crisis. 

El problema de ese argumento, más que la falta de novedad es que no logra elevarse  más. Chicos sensibles y asociales haylos por todo el planeta, pero son una minoría. Lograr que sus inquietudes trasciendan e  interesen a esa mayoría más madura y equilibrada, lo han logrado sólo creadores como J.D. Salinger, Robert Musil o George Lucas. Sin embargo Richard Ayoade saca lo mejor del libro (los matices de los personajes y algunos diálogos excelsos) y lo envuelve con mucho arte. Puro indie, eso sí: fotografía de videoclip pop, música idem (embelesantes temas de Alex Turner, vocalista de los Arctic Monkeys, en solitario) y bucólicos planos, con ayudita de la oficina de turismo local, de lo más fotogénica de la costa de Gales. En el reparto hay mucha, buena, química en la joven pareja protagonista y afinados registros en el trio de adultos. Aunque no rebasa los cánones del género, Submarine no deja de ser una comedia romántica, tierna, sensible, para jóvenes y los que aún creemos que lo fuimos.

domingo, 11 de noviembre de 2012

En busca de un final


Publicado en Diario de Mallorca el 12/11/12

EN LA CASA

Nacionalidad: Francia, 105 min. Director: François Ozon. Actores: Fabrice Luchini, Kristin Scott-Thomas, Ernst Umhauer, Emanuelle Seigner

Curioso, un cineasta francés adaptando una obra de teatro española. El original de Juan Mayorga se titula El chico de la última fila. El argumento es original: un estudiante de bachillerato, para cumplir con los deberes del profesor de literatura recrea, en una sucesión de redacciones, la obsesión enfermiza con la familia y la vivienda de su mejor amigo. Y provoca que el profesor se obsesione con el talento literario del chico poniendo en juego su empleo. 

Al libreto no le falta ambición. Toca, y no de forma superficial, el apalancamiento de la clase media, las carencias del sistema educativo y el voyeurismo hacia nuestros seres iguales. Logra una extraña fusión de comedia, suspense y metaliteratura con briznas de realismo mágico; solapándolas en unos momentos, diluyéndolas o fusionándolas en otros. Produce, y eso es dificilísimo, atracción, desasosiego y sorpresa a partes iguales. En su crítica al ombliguismo de la burquesía  Ozon/Mayorga entran en terreno, y salen vivos, de Buñuel o Yasmina Reza. Pero al mismo tiempo caen en el egocentrismo al dar una lección magistral de creación literaria bastante básica. Y la fusión de géneros de tramas, de tonos, pasa en el tercer acto, sin poder evitarlo, del asombro al 'vale todo'. En la dirección, Ozon se permite algunas florituras al principio y después deja paso a una agradecida sobriedad. La música arranca con riffs de piano a lo Philip Glass, relevados por jazz y música romántica demasiado redundantes. En los actores hay buena química entre Luchini y Scott-Thomas; convencimiento en Umhauer y exceso de hieratismo en Seigner. Película perturbadora, divertida, crítica, diferente.

lunes, 5 de noviembre de 2012

Todos tenemos problemas


Publicado en Diario de Mallorca el 5/11/12

EL PROFESOR

Nacionalidad: Estados Unidos, 97 min. Director:  Tony Kaye. Actores: Adrien Brody, Cristina Hendricks, James Caan, Sami Gayle

Como cita el refranero, lo perfecto es enemigo de lo bueno. Tony Kaye (American history X) se asoma al agujero negro de la educación en las zonas más desfavorecidas de Estados Unidos. Las desigualdades en Norteamérica, flagrantes en sanidad y educación no son novedosas, en los últimos años hemos visto excelentes filmes como Half Nelson, Precious o Profesor Lazhar. El profesor cuenta un mes en la vida de un profesor suplente en una gran ciudad, sus problemas personales (un abuelo moribundo, un trauma infantil) y profesionales. 

El guión antepone ambición a verosimilitud. Por un lado no llega a ofrecer un planteamiento mínimamente novedoso. Por otro martillea, sin apenas matices, con la desidia de los alumnos, la indefensión de los profesores y la mezcla de inopia e inepcia de los responsables políticos. Además se dispersa con tramas prescindibles (la prostituta juvenil a la que acoge el protagonista), cruza en varios momentos la raya del melodrama y tiene desconcertantes omisiones, como la ausencia  de armas o teléfonos móviles. En la realización Tony Kaye, en vez de buscar un discreto segundo plano para que el espectador se meta bien en la historia, da dos pasos adelante: cámara nerviosa, montaje impaciente, iluminación desconcertante y música excesivamente lírica. En el reparto Adrien Brody también peca de exceso de trascendencia; más creíbles se muestran James Caan o Sami Gayle.

Aunque El profesor abusa de clisés y peca de un preciosismo formal extemporáneo, su vocación, su denuncia, no dejan de ser candentes y loables. Y nos recuerda que, si no cambia la dinámica actual, nuestro sistema educativo sufrirá miserias e injusticias similares dentro de poco.   

La lista de M


Publicado en Diario de Mallorca el 3/11/12

SKYFALL

Nacionalidad: Reino Unido Estados Unidos, 143 min. Director: Sam Mendes
Actores: Daniel Craig, Javier Bardem, Judi Dench, Ralph Fiennes

Para el cincuenta aniversario de James Bond los productores no han ahorrado medios ni ambición. En primer lugar, en la dirección. Hasta ahora fichaban a figuras de segunda  (Martin Campbell, Marc Foster) talentosos, inquietos e irregulares. Sam Mendes (Camino a la perdición, American Beauty, Revolutionary road) no es Spielberg o Scorsese pero está en un escalón superior. Su impronta se aprecia a lo largo de todo el filme. Reduce a lo imprescindible las escenas de acción machacona, ajusta el ritmo a una cadencia media y potencia la fotografía, con secuencias como la pelea en Shangai con luces de neón al fondo o la persecución nocturna final por el páramo escocés que se quedan grabadas en las retinas.

Con los actores ha ocurrido lo mismo: Afianzado Daniel Craig en el liderato, se echaba en falta un rival a su altura. Los 'malos' de anteriores entregas eran los semidesconocidos Mads Mikkelsen y Mathieu Amalric. A Javier Bardem le avalan (y no es por chovinismo) además del Oscar un cuajo, una intensidad y una variedad de recursos interpretativos que le convierten en uno de los mejores actores mundiales del momento. De hecho en su primera escena de esta película se zampa crudito a Daniel Craig. Compone un afeminamiento muy elaborado, recordándome incluso a Heath Ledger en El caballero oscuro. Judi Dench sí está a su altura, monumental, y Ralph Fiennes se les acerca. 

Una tercera muestra de la nueva etapa que inicia Bond es que, por primera vez en la historia de la franquicia, finaliza con un “continuará”, lo cual hace presumir que veremos de nuevo a Bardem y Fiennes. Skyfall no deja de ser una película de acción y no deja de ser un capítulo más de James Bond, pero es el mejor en décadas, con una combinación precisa y actualizada de suspense, nostalgia y glamour.

jueves, 1 de noviembre de 2012

Filias y fobias


Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 1/11/12

PASEO DE RONDA

1.Tercera (¿cuarta?) visita al confesionario. Llevo un lustro y pico colaborando con este diario y con intermitente frecuencia me asalta una duda cuasi existencial: ¿La película me está gustando/disgustando por razones más o menos objetivas o por debilidad hacia/contra determinados directores/actores/?

2.Directores. Me producen cierto rechazo los cineastas que transpiran su ego sin demasiado pudor, como David Fincher o M. N. Shyalaman. A este último lo tengo especialmente cruzado por sus pretensiones de trascendencia que a mi me parecen muy huecas. Fincher me parece demasiado serio. Ridley Scott, tras un arranque magistral (Los duelistas, Blade Runner, Alien) se ha apalancado sin el menor atisbo de autocrítica. En cambio ver a Woody Allen es como acudir a un festejo familiar, unos años te diviertes más, otros te aburres, pero se mantiene el cariño y las complicidades. Wes Anderson (Los Tenembaum, Viaje a Darjeeling, Moonrise Kingdom) es un adorable friki con mucho más cuajo y profundidad de lo que aparenta. En el cine español tolero más a Almodóvar, a pesar de que sus guiones son cada vez más irregulares y desconcertantes, y en cambio no acabo de entrar en el mundo de Julio Medem, salvo en Caótica Ana que me gustó quizás por eso, porque Medem dejó que el personaje cobrara vida propia. 

3.Intérpretes. Americanos: Ryan Gosling (Half Nelson, Drive), repite tics de Paul Newman pero domina la economía de gestos, y se le ve convencido de lo que hace. Robert Downey Jr. (Chaplin, Iron man, Sherlock Holmes), aunque tiene una vena de histriónico y robaplanos tiene una poderosísima e inteligente mirada y domina el lenguaje corporal. Phillip Seymour Hoffmann es otro excelso robaplanos. Federico Luppi o Ricardo Darín lo tienen todo y lo transmiten con una naturalidad apabullante. Europeos: me fijé en Michael Fassbender en su primera película estrenada aquí (Fish tank) y ha confirmado ese talento; otro secundario que me ha marcado es Niels Arestrup (Un profeta, The war horse). En la cara opuesta, aunque empatizo con las inquietudes políticas y sociales de George Clooney y Brad Pitt, como actores me parecen inexpresivos y monogestuales. Españoles: Javier Bardem es un monstruo, no me extrañaría que gane más Oscars. José Coronado y Luis Tosar están un escalon por debajo suyo y otro por encima del resto de intérpretes patrios. Penélope Cruz me deja frío; Maribel Verdú es más versátil, Pilar López de Ayala sigue siendo una promesa. En Hollywood las adultas (Meryl Streep, Susan Sarandon, Anjelica Huston, Judi Dench) se meriendan una y otra vez a las aspirantes, con excepciones como Charlize Teron, Natalie Portman o Michelle Williams

4.Guiones. Mis filias y fobias rebasarían la extensión de una enciclopedia. Lo dejo para otra entrega...