martes, 27 de octubre de 2009

(290) Todo iba tan bien…

Publicado en Diario de Mallorca el 27/10/09

(500) DIAS JUNTOS

Nacionalidad: Estados Unidos, 95 min.
Director: Mark Webb
Actores: Zoey Deschanel, Joseph Gordon-Levitt, Clark Gregg

Chico conoce chica; uno o los dos, se enamoran. A partir de ahí la literatura, el cine y la música han creado más variantes que granitos de arroz en la leyenda sobre el inventor del ajedrez. (500) días juntos es la número 2n, muy próxima a Alta Fidelidad. La originalidad del planteamiento está en un intraducible juego de palabras con el nombre de un par de personajes y el seguimiento de los saltos temporales con un contador de días. No falta la socorrida voz en off (menos cargante que en el filme de Frears), parodias de cine clásico (Bergman, Goddard), pantalla partida a lo Woody Allen, y un ramillete de temas musicales entreverados. Deleitoso pop de iniciados, puntuado con temas más conocidos de los Smiths, Simon & Garfunkel y el Quelqu’un m’a dit de la primera dama francesa.

Hasta aquí tenemos un pastel bien adornado. ¿Qué hay dentro? Cultura, sensibilidad y morbidez. Almibaramiento en el desfase entre la profesión y vocación de él, en su romanticismo exacerbado. Redundancias en los amigos consejeros. Sutileza en ella. Él ve lo que quiere ver; ella ve lo que ve y es muy coherente en sus actos. Cuando se juntan, cuando se separan, cuando se reencuentran. El reparto no corrige esos desequilibrios; Gordon-Levitt es demasiado obvio en su papel de panoli. Deschanel, con su menudo cuerpo y sus inmensos ojos, cubre muy bien su pragmatismo y madurez.

(500) días juntos es una comedia blandita, sí. Pero (1000) veces más auténtica, inteligente y creíble que, por poner un ejemplo en cartel, La cruda realidad. Imprescindible para amantes del género.


lunes, 26 de octubre de 2009

Pillados

Publicado en Diario de Mallorca el 26/10/09

AFTER

Nacionalidad: España, 117 min.
Director: Alberto Rodríguez
Actores: Guillermo Toledo, Blanca Romero, Tristán Ulloa

After narra una gran juerga de dos hombres y una mujer en la frontera entre los treinta y los cuarenta años. Hay referencias a la lejana Generación X, la crisis de la mediana edad, el complejo de Peter Pan, los paraisos perdidos… Temas que quizás sean más periodísticos y literarios que estadísticamente reales.

El guión recurre a la estructura del Cuarteto de Alejandría en moderno y castizo. Su eficacia es más limitada porque no hay ningún suceso significativo en el segundo y tercer capítulos que den un vuelco al argumento. Las diferencias entre episodios se limitan a sentimientos y mínimas variantes de puntos de vista. Las subtramas (el niño, el perro, la consultoría laboral) oxigenan la correría nocturna sin llegar a sumar. Los personajes están muy, y bien, madurados: el infeliz padre casado, el solterón vicioso, la soltera que se debate entre disfrutar la vida o atarse a su actual pareja. Los tres están pillados, insatisfechos con sus vidas. El reencuentro les abre la puerta a liberar sus frustraciones, buscar una catarsis o un imprevisto vuelco en sus vidas.

La realización es moderna, ambientada en ambientes yuppies, con varias escenas de sexo y drogas no del todo asumibles por parte del público. Los actores se enfrentan a la titánica tarea de graduar, y diferenciar, los respectivos colocones. Los tres merecen una nota alta. Aunque el guión de After está muy madurado, le falta algo, un último giro final (como el de Los inútiles, de Fellini) o un punto más de trascendencia. Aún así es recomendable, para los que se sientan atraidos o aludidos por el tema.

jueves, 22 de octubre de 2009

Lincoln no tiene crédito

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 22/10/09

A perro flaco todo son pulgas, como cuenta el infalible refranero. Para Steven Spielberg y su socio Jeffrey Katzenberg haber sido estafados por Madoff ha sido el menor de sus males.

El mayor es que el grifo de la financiación a las productoras de Hollywood se ha cerrado de golpe. El tema es muy complejo, veámoslo desde la ecuación económica más simple (ingresos-gastos): Los clásicos devengos por taquilla, domésticos e internacionales, y los pases en televisión han sido engordados desde hace tiempo con las ventas de vídeo y DVD (los alquileres han pasado a la historia), el merchandising, la publicidad encubierta (en EEUU no se cuestiona; se rumorea que en algún caso ha llegado a aportar un tercio del presupuesto) y los videojuegos. Parece la gallina de los huevos de oro; lo es en casos muy puntuales.

Los gastos son la cara oculta de las lentejuelas: por cada gran éxito la productora está embarcada en muchas películas más. Unas fracasan, otras cubren gastos por los pelos, otras ni se llegan a estrenar, volatilizándose los beneficios por DVD, merchandising o videojuegos. Más factores de riesgo: desde que se pone en marcha un proyecto (se encarga o paga un guión) hasta que llega a los cines pasa un mínimo de tres años. A veces llega a un decenio, o más. Durante todo ese tiempo la productora ha de rascarse el bolsillo, muchos gastos a cuenta de unos inciertos ingresos. Ese dinero sale de los beneficios de filmes anteriores o, como hacen todas las grandes empresas, endeudándose.

Ahí está el punto clave. Los grandes bancos comprendieron hace tiempo que había negocios más seguros, como los seguros (valga la redundancia) o la energía. Los bancos de negocios, contagiados por la alegría de los felices 90 se dejaron seducir por las estrellas del celuloide. Tras el pinchazo bursátil, los bancos de negocio han sido engullidos por los tradicionales. Los fondos de capital-riesgo están tomando algunas posiciones en Hollywood, pero todo el mundo sabe que su filosofía es el beneficio rápido y salir pitando.

Esa desesperada búsqueda del poderoso caballero ha llevado a las productoras a flirtear con descaro entre ellas para capear la borrasca. Dreamworks nació tras la separación amistosa de Spielberg de Universal y la tormentosa de Katzenberg de Disney. De su orgullosa independencia inicial pasaron a una pragmática asociación con Paramount. Cuando a ésta le han cancelado una línea de crédito de 500 millones de dólares, el director de Tiburón ha hecho arrumacos a Universal y manitas bajo la mesa con Disney.

Ante los focos se ha montado un vodevil de celos y amistades traicionadas. Tras las bambalinas todos echan mano de calculadoras y astrólogos. Spielberg está a punto de finalizar una adaptación de Tintin y prepara un ‘biopic’ sobre Lincoln. Pero el decimosexto presidente de Estados Unidos, e icono del billete de 5 dólares, no encuentra banco que le avale.

martes, 20 de octubre de 2009

Tapas

Publicado en Diario de Mallorca el 20/10/09

NEW YORK I LOVE YOU

Nacionalidad: Estados Unidos, Francia, 110 min.
Director: Fatih Akin, Yvan Attal, Mira Nair, etc.
Actores: Natalie Portman, Orlando Bloom, Andy Garcia, Cristina Ricci

Hace tres años el director francés Tristán Carné tuvo la avispada idea de crear una comedia romántica sobre Paris sumando dieciocho cortometrajes de reconocidos directores y actores internacionales, como los hermanos Coen, Isabel Coixet, Walter Salles, Juliette Binoche, Willem Dafoe, Marianne Faithfull y un larguísimo etcétera.

New York I love you repite el invento con cineastas menos conocidos, aunque reconocidos en los círculos de cine de autor. Brinda la alternativa a Natalie Portman detrás de la cámara (y a Scarlett Johansson, tumbada del cartel in extremis). El elenco de actores iguala a su predecesora, por la imperiosa necesidad de estos de asomarse a cualquier escaparate. El título deja clara su intención: historias amables, con un puntito mayor o menor de originalidad, en los barrios más decentes de la ciudad y con el arco generacional completo, desde la jovencísima Taylor Heare al incombustible Eli Wallach (93 años). Finalizada la visión, no queda mucho en la retina: la blandura de los segmentos de Robin Wright (ex) Penn, Natalie Portman o Andy Garcia, la originalidad en los de Maggie Q-Ethan Hawke y Orlando Bloom-Cristina Ricci, las evocaciones de las historias del pintor y la del botones cojo, el magnetismo del indio Irrfan Khan y el entrañable paseo de Elli Wallach y Cloris Leachman.

Recurriendo a una metáfora gastronómica, New York I love you es como una desgustación de tapas en un local de diseño. Deja buen sabor por las caras conocidas, las postalitas de la Gran Manzana y fugaces destellos de creatividad. Es recomendable asumiendo esa premisa, como opción ligera y algo insustancial para una velada urbanita.

lunes, 19 de octubre de 2009

Cromosoma 21

Publicada en Diario de Mallorca el 19/10/09

YO, TAMBIEN

Nacionalidad: España 105 min.
Director: Antonio Naharro, Alvaro Pastor
Actores: Pablo Pineda, Lola Dueñas, Antonio Naharro, Consuelo Trujillo.

Avalada por las Conchas de Plata al mejor actor y actriz en el reciente Festival de San Sebastián, Yo también muestra la problemática de las personas con Sindrome de Down. La trama principal desarrolla un amor difícil, casi imposible, entre una pareja de treintañeros, él con el cromosoma alterado (Pablo Pineda) ella no (Lola Dueñas). Se complementa con el drama familiar de ella y el desbocado amor de una pareja más joven con el síndrome.

La película da una buena visión global del tema. El protagonista tiene la fortuna de tener un menor retraso intelectual que la mayoría de sus congéneres y un gran apoyo familiar; y la disfortuna de intentar saltar la barrera que le separa de la gente corriente, parapeto traslúcido pero más sólido de lo que él calcula. El drama de su amor platónico da mucho cuerpo a su personaje. los Romeo y Julieta de la academia de baile muestran la cruda realidad de los afectados. Los directores han sido muy conscientes de las emociones que el tema despierta en el espectador, solidaridad, compasión y morbo. Y han logrado equilibrarlas con una trama amorosa muy afinada y creíble, una bien encajada panorámica de los esfuerzos de integración de los retratados y el apoyo de la alegre banda sonora de Guille Milkyway. En el reparto Lola Dueñas está memorable; Pablo Pineda muy natural y empático, aunque disiento del premio recibido.

Yo también es un docudrama que supera las limitaciones del género. Su excelente guión y actuaciones retratan las dificultades de un colectivo históricamente maltratado y atrapan con una bella historia de amor.


jueves, 15 de octubre de 2009

Tiro en la nuca

Publicado en Diario de Mallorca el 15/10/09

KATYN

Nacionalidad: Polonia, 115 min.
Director: Andrej Wajda
Actores: Andrzej Chyra, Maja Komorowska, Artur Zmijewski

En 1939 alemanes y rusos invadieron simultáneamente Polonia y detuvieron a todo el ejército. Beria, el Dick Cheney de Stalin, se enteró de que a los oficiales polacos les exigían tener una carrera universitaria antes de ingresar en el ejército. Si en un futuro Polonia tenía un gobierno proruso (como ocurrió), debían evitar cualquier brote de oposición o insurrección. Sólo en abril de 1940 el NKVD (después KGB) asesinó a 22.000 oficiales e intelectuales. Una de esas degollinas se hizo en el bosque de Katyn, en Rusia. Los rusos intentaron además endosársela a los nazis; Inglaterra y Francia miraron hacia otro lado.

La película narra la tragedia de Katyn desde un doble punto de vista: el calvario del los prisioneros y el posterior de las madres, hermanas e hijas cuando los rusos intentaban insistían en negar la masacre. Intercalado, hay metraje real de las exhumaciones. La escena inicial y la final valen la película entera: La primera muestra el encuentro y el desconcierto de dos grupos de ciudadanos huyendo en direcciones opuestas, unos de los nazis, otros de los rusos. La otra es una recreación seca, rápida, hiperrealista, de la noche infausta en el bosque. Entre medias se desarrollan microhistorias de valor, resignación, y dudas bajo el doble yugo dictatorial.

Katyn es otro explícto exponente del cine de memoria histórica. Es una película dura pero no insoportable. En nuestro país no tiene el mismo efecto catárquico y emocional que en Polonia, aflorando la vileza de un Stalin que ahora Putin intenta maquillar de nuevo, pero sirve para recordar que el monstruo acecha.

lunes, 12 de octubre de 2009

¡Gloria a Serapis!

Publicado en Diario de Mallorca el 12/10/09

AGORA

Nacionalidad: España, Malta, 126 min.
Director: Alejandro Amenábar
Actores: Rachel Weisz, Michael Lonsdale, Max Minghella, Oscar Isaak.

Hipótesis: La historia es mucho más subjetiva de lo que aparenta. Sobre Hipatia, la protagonista de Ágora, hay dudas de si fue casta o vividora, atea o agnóstica; si llegó a influir en los dirigentes (como Cleopatra con Marco Antonio en otra época), o si no fue más que una reputada científica sacrificada como cabeza de turco por complejas rencillas intrareligiosas. Las fuentes primarias son escasas; las interpretaciones posteriores, numerosas.

Tesis: Sobre esa resbaladiza documentación, Alejandro Amenábar se ha embarcado en una mega producción. Como espectáculo, Ágora es irreprochable; el guión, cuestionable: a) La película tiene dos partes, demasiado autónomas, la quema de la biblioteca de Alejandría y las guerras religiosas que derivaron en el asesinato de ella. La primera tiene mucha acción; la segunda una morosa moralina. b) La prota es una santa, que renuncia al amor por la búsqueda de la verdad científica. Francamente, un par de revolcones le hubieran venido muy bien (a ella y a los espectadores). c) Hay una loable denuncia de los fanatismos religiosos y el axioma de que los científicos deben ser ateos. ¿No es eso extremismo racionalista? d) Sólo aparece una mujer en toda la película. ¿Hipatia no tenía madre, o primas, o amigas? e) Si el protagonista real no es Hipatia sino de uno de sus esclavos, hacía falta un actor con empaque y caché similar al de Rachel Weisz. f)¿Por qué no hay ningún actor español?

Síntesis: Peplum refinado. Producción y dirección soberbias. Rachel Weisz, excelente. Resto de actores, pasables. Guión mejorable. Antítesis: Esta crítica, como la historia o la ciencia, no es una verdad absoluta.

jueves, 8 de octubre de 2009

Estivales festivales

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 8/10/09

CINE. Con o con crisis, los festivales siguen siendo un engranaje vital de la griposa (no gripada, todavía) industria del cine. Los actores muestran sus caras bonitas y sus caros (aunque no los paguen) trapitos; los directores, sus nuevos juguetes (perdón, creaciones artísticas); los productores se muerden menos, o más, las uñas después de las primeras palmas de los jurados y los silencios del público; los exhibidores apuestan sobre qué filme será el más pirateado y menguará sus ya paupérrimos ingresos; y una legión de buscavidas buscan un golpe de efecto mediático (photo opportunity, en esperanto). Repasemos el estío (en sentido mallorquín del tiempo) festivalero:

Málaga. Poniendo un símil baloncestero, Málaga es la ACB y Cannes, o los Oscars, La NBA. Una competición de jóvenes (David Planell y Oscar Cobeaga este año) luchando por asomar el flequillo. Después viene la dura realidad, un campo de minas y espinas para los que intentan asentarse. Y aún así, siguen peleando. Merecidos honores a La vergüenza del primer citado.

Cannes. El premio gordo, merecido según los presentes, se lo llevó Haneke con Das weisse band- el lazo blanco en traducción aproximada-. El duelo, de talentos y egos, estuvo entre Lars von Trier y Quentin Tarantino. Como corresponde a los rebeldes o a los genios incomprendidos, se llevaron sendos premios de consuelo, a la mejor actriz y mejor actor.

Venecia. Oliver Stone sigue buscando la popularidad y el talento perdidos con dudosos, por repetitivos, golpes de efecto, como la compañía de Hugo Chávez. Más morbo mediático en el premio a Colin Firth en la película dirigida por el ex diseñador de moda Tom Ford. Y morbo político en la ganadora, Líbano de Samuel Maoz. Una claustrofóbica, y según los presentes algo tediosa, recreación de la vida en un tanque israelita durante la invasión del país vecino.

San Sebastián. El cebo mediático lo puso Brad Pitt, alternando baños de público en Donosti con privados escarceos intelectuales al museo de Chillida y el futuro museo Niemeyer de Avilés. El festival premió con justicia a la china Ciudad de vida y muerte (algunos críticos comparan a su director con Spielberg) y ninguneó con injusticia a Juan José Campanella y Ricardo Darín.

Recurriendo al socorrido Malaga is different, los premiados del resto de festivales comparten la memoria histórico-bélica: Nazis en el filme de Haneke, la masacre de Nanking en la de Li Chuan y la intervención en sionita en Líbano en la de Samuel Maoz. La prevalencia de un género es casual; la calidad de las afortunadas y algunas orilladas, según los presentes, anima a seguir buscando el color y el calor de la pantalla grande en este inminente invierno.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Vuelta a casa

Publicado en Diario de Mallorca el 7/10/09

SI LA COSA FUNCIONA

Nacionalidad: Estados Unidos 92 min.
Director: Woody Allen
Actores: Larry David, Evan Rachel Wood, Patricia Clarkson

Tras un largo tour europeo (Match Point, Sccop, El sueño de Casandra y Vicky Cristina Barcelona), Woody Allen regresa a los apartamentos del Soho, los muelles del Hudson y las terrazas del East Village de la Gran Manzana. La sinopsis de Si la cosa funciona se puede contar en una línea: Un hombre mayor (Larry David, cocreador y guionista de Seinfield) acoge a una adolescente provinciana (Evan Rachel Wood); ella se enamora de él, se casan y aparecen terceros, cuartos y quintos en discordia.

Con ese argumento tan exiguo y teatral, en un guión escrito hace más de treinta años, Allen despliega su afamada verborrea, irónica, cínica, sarcástica e indisimuladamente autoparódica. Los únicos gags no declamados son un par de juegos con la cuarta pared, muy inferiores, por desgracia, al antológico hombre desenfocado de Desmontando a Harry. La realización es tan espartana como siempre. La banda sonora, otra recopilación de delicioso jazz. En el reparto, cuesta asimilar a Larry David, pero rumiándolo a posteriori es una gran elección. Wood, Clarkson y Jessica Hecht ponen el entusiasmo de los agraciados por trabajar con el neoyorquino.

Woody Allen, recordemos, ha estrenado su cuadragésimo cuarto filme a punto de cumplir 74 años. No digo que haya que ir a verle porque sí, pero es utópico pretender que haga un Annie Hall o un Match Point cada doce meses. Si la cosa funciona no es redonda (si no, no habría estado tanto tiempo el libreto en un cajón); pero es Woody Allen puro, pluma ácida, otra simpática burla de sí mismo y un par de merecidas collejas a los neocons.

martes, 6 de octubre de 2009

Mil pasados y ningún futuro

Publicado en Diario de Mallorca el 6/10/09

EL SECRETO DE SUS OJOS

Nacionalidad: España, Argentina 129 min.
Director: Juan José Campanella
Actores: Ricardo Darín, Soledad Villamil, Pablo Rago, Guillermo Francella

El (penoso) trailer de El secreto de sus ojos esbozaba un melodrama amoroso-profesional con psicocrimen de fondo. La película es todo lo contrario: un thriller puro, clásico, con cuotas bien repartidas de investigación criminal, corrupción judicial que deriva a política, suspense, amistad, humor y amor.

El guión (coescrito por Campanella y el autor de la novela original, Eduardo Sacheri) es impoluto, impecable, implacable. Narra un crimen y un amor cerrados en falso un treinta años antes, protagonizados una magistrada (Villamil) y un subalterno (Darín). Durante la investigación del crimen ganan amigos y enemigos dentro y fuera del juzgado. La historia y los personajes están tan bien trazados que cada vuelta de tuerca es lógica y sorprende al mismo tiempo. La acción salta de una época a otra con limpieza, un peinado distinto para ella, perilla y canas para él en la actualidad. Los diálogos son concisos y contundentes. En la primera parte, desarrollada más en el pasado, hay más humor y colegueo. La segunda, más en el presente, trata la obsesión enfermiza de Darín por quitarse de encima el lastre psicológico que le marcó el crimen.

A nivel ideológico hay una breve crítica del fascismo que se estaba incubando y una inquietante, o provocadora, apología final del ojo por ojo. La dirección huye de las florituras, correcta ambientación, algunos ángulos de cámara más apurados y cesión del protagonismo a los actores. Con Darín se agotan los adjetivos; Guillermo Francella, genial; los demás muy convincentes. El secreto de sus ojos tiene un aroma muy (¿demasiado?) clásico. Y al mismo tiempo es un soberbio thriller.

jueves, 1 de octubre de 2009

Jenny, Jenny

Publicado en Diario de Mallorca el 2/10/09

JENNIFER’S BODY

Nacionalidad: Estados Unidos 108 min.
Director: Karyn Kusama
Actores: Megan Fox, Amanda Seyfried, JK Rowling

Jennifers’ body se vende con múltiple reclamo, generacional y hormonal. Para los jóvenes, la actriz Megan Fox y el género (terror con gotas de humor). Para los menos jóvenes, el supuesto talento de la guionista y ex stripper Diablo Cody (Oscar por Juno). Para los varones de todas las edades, la mentada Fox; para las féminas, el toque sensible de la guionista y la directora Kusama.

El libreto narra la posesión diabólica en una bachiller (Fox), con la fácil variante de que no es inmortal por no ser virgen cuando la poseyeron. Tiene una relación de amistad íntima, o algo más, con una compañera de clase (Seyfried) reminiscente de las Criaturas celestiales de Peter Jackson. En el desarrollo, una coctelera variada: tres sustos, un gatillazo, unos besitos lésbicos, un profe con garfio, rockeros indies, levitaciones, fiesta escolar y clímax dramático en una putrefacta piscina de un edificio abandonado. La banda sonora es indie puro, con una simpática referencia al clásico de power pop de Tommy Tutone. Megan Fox está al nivel de los filmes de este género, no se le puede pedir más; Amanda Seyfried (Mamma mia!) mejora algo. La dirección es algo sosa, aunque no chirría.

El mayor problema con este filme es que se queda en tierra de nadie. Al público palomitero puro no le basta el palmito de Megan Fox; quiere más sustos o gags paródicos tipo Scary Movie. A los espectadores más cultivados les sabrán a poco el feminismo sutil y los fugaces homenajes cinéfilos y musicales de Diablo Cody. A mi me ha gustado, pero no sé si coincidirá mucha gente conmigo.