miércoles, 29 de febrero de 2012

El joven Colin está enamorado

Publicado en Diario de Mallorca el 29/2/12

MI SEMANA CON MARILYN

Nacionalidad: Estados Unidos, 99 min. Director: Simon Curtis. Actores: Eddie Redmayne, Michelle Williams, Kenneth Branagh, Emma Watson

Aún mitigado por el casi medio siglo desde su muerte, Marilyn Monroe mantiene un alto grado de fascinación. Su precipitado deceso ayudó a aúparla a categoría de cuasi mito. Pero sobre todo atrajo por su mezcla de extremada belleza, fragilidad e intermitente inocencia. Huía de sus fantasmas interiores con una energía vital que desarmaba. Seducía con alevosía pero sin premeditación; ligó con políticos de altísmo rango (los hermanos Kennedy), deportistas, mafiosos, intelectuales y hasta con el chico de los recados, como el encuentro que ha dado pie a esta película.

La historia va de batallitas de rodaje, en este caso El príncipe y la corista, dirigida y coprotagonizada por sir Lawrence Olivier (Kenneth Brannagh). El juego está en la polaridad de los tres personajes principales, Marilyn (Michelle Williams), Olivier y Colin Clark (Eddie Redmayne), pánfilo en grado sumo pero con el  caché de su elitista raigambre. Lo mejor del filme está en el choque de trenes entre la rubia y el maduro. Sin contar nada nuevo de ambos, se muestran todas las aristas, curvas y recovecos de sus personalidades, las pulsiones entre egos, neuronas y feromonas. Reforzadas por las actuaciones de los cabecillas: impecable Branagh, arduo y recompensante esfuerzo de Williams (aunque uno fantasea cómo lo hubieran hecho Angelina Jolie o Scarlett Johansson). Más planos Redmayne, Emma Watson o Dominic Cooper. En la dirección, Simon Curtis va a lo práctico, buena selección de exteriores y escasas florituras fotográficas. Mi semana con Marilyn supera la simple anécdota por la profundidad de los retratos y la sana envidia que despierta el joven protagonista.

martes, 28 de febrero de 2012

La mejor vacuna

Publicado en Diario de Mallorca el 28/2/12

OSCARS 2012

Tras las quinielas previas (Javier Clemente decía que en España hay 40 millones de seleccionadores nacionales; aplíquese el equivalente a los cinéfilos internacionales), se atisban las corrientes subterráneas que han marcado el voto definitivo de los académicos, de las cuales un simple mortal extrae las siguientes lecturas:

a) The Artist vende optimismo, nostálgico y contagioso, en un momento en que el barómetro emocional de gran parte de los humanos está por los suelos. Evasión pura como (¿única?) vacuna anticrisis. Hazanavizius ha merecido el premio por los redaños y por encubrir la fragilidad del guión con una música y un ritmo hipnotizantes.

b) Jean Dujardin baila y sonríe mejor que nadie. Actuar es mucho más que encandilar. Los coaches (antes llamados psicólogos) de George Clooney, Brad Pitt y Gary Oldman van a trabajar a destajo esta semana. Cristopher Plummer sí que es un actor, con mayúsculas y negrita. Además de este merecido Oscar, ha mostrado también su talento en el Millenium de David Fincher.

c) Bajo el yugo de un presidente socialdemócrata (y de piel oscura) los simpatizantes del Tea Party han mostrado la patita en la estatuilla a Meryl Streep/Maggie Thatcher. Y  utilizado el de Octavia Spencer como Aquaplast para disimular. 

d) Los premios para los guiones han servido una vez más como comodines de consuelo. Hubiera sido demasiado cruel que Los descendientes se fuera con las manos vacías. Y a Woody Allen poco a poco le van reconociendo su perseverancia e indestructible sensibilidad. 

e) Nader y Simin una separación es la mejor película del año, dentro y fuera de Hollywood, como La vida de los otros hace un lustro. Tras la austeridad formal, casi de docudrama televisivo, aflora un drama tan universal y reconocible como demoledor.

lunes, 27 de febrero de 2012

Pasen y sueñen

Publicado en Diario de Mallorca el 27/2/12

LA INVENCION DE HUGO

Nacionalidad: Estados Unidos, 123 min. Director: Martin Scorsese. Actores: Ben Kingsley, Asa Butterfield, Chloe Moretz, Sacha Baron-Cohen

La invención de Hugo es, como reza la publicidad, un homenaje al cine clásico. Si The Artist se detiene en la crucial época del paso del cine mudo al sonoro, la película de Scorsese rebobina más atrás, hasta los años en que, mitad por suerte, mitad por cabezonería de los pioneros, las imágenes animadas pasaron de las barracas de feria a los salones y auditorios. Si The Artist apela a que las emociones están muy por encima de las palabras, La invención de Hugo roza teclas aún más profundas, la interrelación primitiva entre magia y cine. A falta (llegó poco después) de narrar historias más maduradas e hilvanadas, se buscaba sobre todo la sorpresa y la ensoñación, paradigmatizadas por el prolífico e imaginativo director Georges Melies.

La película tiene varias capas. La principal, los jóvenes semihuérfanos, es un tanto plana, porque busca agradar ante todo al público infantil. Disimulada con el ajetreo de la estación ferroviaria, el trajín del chico con los relojes y el automatón (androide mecánico de finales del XIX) en una trabajada fusión de imágenes reales y de ordenador. Complementa una trama costumbrista comandada por el one-man-show de Sacha Baron Cohen (Borat). La tercera capa, más profunda, va dirigida a los adultos. Además del aluvión de cinefilia, muestra el paradójico contraste entre la precisión de los relojes o el automatón y la tosquedad y anarquía de la creación de las primeras películas mudas. Trama apuntalada con una excelsa actuación de Ben Kingsley (Ghandi). Como The Artist o Medianoche en París, La invención de Hugo es nostalgia pura. Pura, refrescante, estimulante.

martes, 21 de febrero de 2012

Siete blanquitos

Publicado en Diario de Mallorca el 21/2/12

INFIERNO BLANCO

Nacionalidad: Estados Unidos, 137 min. Director: Joe Carnahan. Actores: Liam Nesson, Dallas Roberts, Frank Grillo, Joe Anderson

Joe Carnahan (Narc, El Equipo A) nos lanza sin paracaídas sobre los bosques de Alaska. Ottway (Liam Nesson) es un cazador que protege de los lobos a los trabajadores de una refinería. En un viaje a la ciudad el avión se estrella en la tundra norteamericana, justo sobre el territorio de una manada de lobos. Ottway afronta una desesperada lucha contra el destino, la naturaleza y las fauces del implacable macho alfa rival.

El argumento recurre a un afamado relato de Agatha Christie y sigue el décálogo de las películas y documentales de supervivencia. Para no quedarse en acción hueca profundiza, bien, en los pasados y psiques de los náufragos, aunque con trampillas de guión para dosificar el drama personal del protagonista. Y aunque se explica (con líneas inspiradas en vídeos de National Geographic) que los caninos rivales están en su derecho de defenderse con uñas y dientes de los accidentales invasores, su saña acaba  remarcando un tremendismo quizás prescindible. Dudoso además lo de obligar al espectador a ver hasta el último crédito para conocer el final. Acertado Carnahan en la factura técnica. La fotografía en conjunto mete de lleno en la inhospitalidad del paisaje; la recreación del accidente aéreo es sublime. En el reparto Liam Nesson ofrece su mejor actuación desde La lista de Schindler, transmitiendo con habilidad la experiencia, inteligencia y empatía de su personaje. Afinados también Dallas Roberts y Joe Grillo. Dentro el género de supervivencia, Infierno blanco queda a mitad de camino de películas de acción tipo Límite vertical y más introspectivas y realistas como Hacia rutas salvajes o 127 horas.

Año I después de Pa negre

Publicado en Diario de Mallorca el 21/2/12

PREMIOS GOYA

Tras años de autocomplacencia, ensimismamiento y mal disimuladas rencillas entre generaciones y camarillas, el gremio del séptimo arte hispánico se ha mirado por fin en el espejo de su hermano mayor. Ha comprendido que la gala anual debe servir para sacar lo mejor, o lo más digno, del armario, y que no quede sólo en la alfombra roja. Celda 211, Pa negre y ahora No habrá paz para los malvados han sido, con diferencia, lo mejor de sus respectivas cosechas. Su fortaleza está en unos guiones, sólidos, intensos, muy madurados; en la implicación total de los actores y en evitar florituras en la parte técnica. Almodóvar es todo lo contrario; sus guiones bailan últimamente entre lo desconcertante y lo irritante, pero es de los únicos (Javier Fesser o Julio Medem comparten inquietudes) que lucha por mantener una voz propia, por explorar en la fotografía, la puesta en escena, la interacción de la música. Y mantiene su talisman, su carisma, con los actores; por eso considero merecidos los premios que ha recibido La piel que habito. Kike Mallo y Eva siguen los pasos de Buried, riesgo en el planteamiento y chirridos en el desarrollo.

¿Y detrás de ellos que hay? Apena que la comedia (inteligente, giremos la cabeza ante Santiago Segura) ha desaparecido del paisaje. Los dramedias (Cinco metros cuadrados, La chispa de la vida) han resultado ser ni chicha ni limoná, y han pagado por ello. Los premios a Arrugas, el documental de Coixet y el discurso de González Macho suponen un respetable lamento a los nuevos gobernantes: nos habéis maniatado pero no amordazado. La gala, una vez más, ha sido innecesariamente larga; los consejos de Gracián suenan a Chino; las gracietas de Eva Hache no han superado, ni desentonado respecto a las de Buenafuente o Corbacho. Los de Anonymous sueñan con ser Wikileaks y actúan como matonzuelos de barrio, acelerando, a su pesar, el cerco sobre las descargas ilegales.

domingo, 19 de febrero de 2012

Romeo y Juliette

Publicado en Diario de Mallorca el 17/2/12

DECLARACION DE GUERRA

Nacionalidad: Francia, 100 min. Director: Valerie Donzelli. ctores: Valerie Donzelli, Jeremie Elkaim, César Desseix

Decía Patti Smith que en el arte se deben mostrar el talento, no las heridas. Como toda regla, admite excepciones. La pareja de actores galos Valerie Donzelli y Jeremie Elkaim se han embarcado en el catárquico trayecto de contar la grave enfermedad que casi envió a su bebé al reino de los cielos. Ambos firman el guión, se ponen ante las cámaras y se marcan un dueto musical; ella además dirige. El argumento es, por (natural, terrenal, inevitable) desgracia, muy sencillo: treintañero conoce treintañera (chiste fácil al renombrarse Romeo y Juliette), se enamoran y tienen un bebé. Al año y poco de vida el crío no acaba de arrancar a caminar y además tiene un moflete caído. Se inquietan, acuden a los especialistas y éstos le detectan un tumor cerebral. Para los adultos, y familiares cercanos, se convierte en una guerra que hay que ganar sí o sí. 

El calvario hospitalario, mareado en tvmovies y jaculatorias del Doctor House, ofrece la novedad de ser contado con un distanciamiento y un humor muy acertados. Ventilan los inhospitalarios sanatorios con correrías por París y Marsella. Combinan angustia con ganas de vivir, apoyándose en la fotogenia y complicidad de los protagonistas, el juego de los secundarios (los suegros) y una banda sonora curiosa y variada (Bach, Vivaldi, Morricone, Delerue y trallazos punk). Declaración de guerra no supera del todo la modestia de su planteamiento y cae en la frivolidad con escenas que parecen sacadas de un spot de cerveza sin alcohol; pero destila sinceridad, mucha, y convence en su invitación a luchar por los seres más queridos.

Sonrisas o lágrimas

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 16/2/12

Oscars 2012

1. Incertidumbre total (o parcial). Se acerca la gala de los Oscars. El comité de nominaciones ha hecho su trabajo. Excelente un año más, salvo la misteriosa ausencia de Jane Eyre y (un año más) la críptica selección de películas foráneas. Pa negre merecía estar; Nader y Simin... merecerá ganar. En las categorías reinas el veredicto depende, un año más, de la suma de cócteles neuronales resultantes de la presión popular de los medios, los embates particulares de avispados productores (e.g. Harvey Weinstein) y los super yoes cinéfilos de cada uno de los votantes. 

2. Si yo fuera académico. Como sospecho que hacen muchos, yo compondría mi Tetris de votos sinceros, votos de castigo y votos de consuelo de más a menos. Por eso mismo sospecho que los organizadores ampliaron no hace mucho la lista de nominados a mejor película (para empreñar). A falta de ver Hugo (gentileza de los distribuidores españoles), mi dilema estaría entre The Artist y Los descendientes. Para que no digan que los dramas siempre (casi) tienen las de ganar quizás vote por la película muda, aunque la otra tiene mucho más cuajo. Siguiente palito: Mejor director. ¿Juego al absolutismo -repetir el voto anterior- o a la bondad solidaria? ¿Le doy un alegrón a Woody Allen? ¿El segundo a Scorsese? Siguiente: Mejor actor protagonista. Dujardin no me ha matado. Clooney, Gary Oldman y ¿Pitt? bordan sus papeles. Pito pito... Mejor actriz protagonista. Glenn Close se sale con Albert Nobbs; Viola Davis (Criadas y señoras) sería muy políticamente correcto. Mejor actor secundario. Sin dudarlo: Cristopher Plummer por Beginners. Mejor actriz secundaria: Sin dudarlo, Janet McTeer por su marimacho de Albert Nobbs. (Aunque temo que mi voto no va a ser muy secundado). Mejor guión original: otro capricho: Margin call. Soberbio el juego, la orquestación de personajes. Descarto The Artist porque el guión es la música. Mejor guión adaptado: Mmmmm... Película animada: Como este año no hay película de Pixar (corramos un tupido velo sobre Cars 2), consulto a mi agente de viajes. ¿Los tejados del barrio latino de Paris (A cat in Paris) o las calles del La Habana y el barrio chicano de Nueva York (Chico & Rita)? Mmmmm.

3.Coda, moraleja, japiend (o como le quieran llamar). Parafraseando a Cruyff, cine es cine. Los votos están echados. Al final de la ceremonia habrá sonrisas y lágrimas: La película favorita de los barandas y patrocinadores del evento.

martes, 14 de febrero de 2012

Chico conoce caballo

Publicado en Diario de Mallorca el 14/2/12

WAR HORSE

Nacionalidad: Estados Unidos, 156 min. Director: Steven Spielberg. Actores: Jeremy Irvine, Emily Watson, Peter Mullan, Niels Arestrup

Se vuelven inseparables hasta que una causa de fuerza mayor los separa. Siguen caminos paralelos, pasan indecibles penurias y al final son felices y comen perdices. El chasis argumental más básico y clásico de la narrativa romántica lo traslada Steven Spielberg a un drama bélico. La diferencia es que en vez de una chica el coprotagonista es un caballo. Y el telón de fondo, la I Guerra Mundial, una contienda en la que se mezclaron técnicas decimonónicas de combate (los asaltos de caballería sable en mano) con avances mortíferos como tanques y gases tóxicos. 

La novedad (no absoluta) del planteamiento es indudable. Y más aún que su tratamiento provenga de una novela (de Michael Morpurgo), y posterior obra de teatro, para jóvenes. Pero al mismo tiempo deja patente que va a ser un drama de fácil digestión. Más próximo a Lo que el viento se llevó y El corcel negro que de Salvar al soldado Ryan. La primacía de la sensibilidad del público infantil ante todo deriva la película hacia un bucolismo exagerado (los padres del chico, el granjero francés...) y una contención extrema en las escenas bélicas. Evita el maniqueísmo de franceses o británicos buenos y alemanes malos, pero cae en vicios de melodrama naturalista y costumbrista. A cambio de esas concesiones el director afina muchísimo en la ambientación, la fotografía y la dirección de actores. Ningún yanqui de primera fila y sí un puñado de excelentes intérpretes europeos como Emily Watson, Peter Mullan o Niels Arestrup. War Horse ofrece una visión equilibrada y edulcorada de la guerra, entreteniendo sin llegar a emocionar del todo.

viernes, 10 de febrero de 2012

Manamaná...

Publicado en Diario de Mallorca el 9/2/12

LOS MUPPETS

Nacionalidad: Estados Unidos, 103 min. Director: James Bobin. Actores: Jason Segel, Amy Adams, Chris Cooper

La cuarta aparición de los entrañables Teleñecos en la pantalla grande pesca, argumentalmente, en aguas de un súperclásico musical, Granujas a todo ritmo, con los irrepetibles Blues Brothers. En esencia: Relegados los famosos peluches al baúl de los recuerdos, un humano (Segel), su hermano de peluche y la novia del primero (Adams) acuden a Hollywood y se enteran de que la sede del show está a punto de ser comprada por un avaricioso millonario del petróleo (Cooper). A la desesperada intentan reunir al grupo y convencen a una ejecutiva de una cadena de televisión de que emita un telemaratón para recaudar diez millones de dólares y recuperar el local. 

Como en todas las películas orientadas al segmento de menor edad, se busca la fórmula alquímica de aburrir lo menos posible a los adultos acompañantes. Aquí se apunta a la autoparodia (frases tipo “si seguimos así la película se acabará enseguida”), cameos de actores de variada catadura (Mickey Rooney, Alan Arkin, Jack Black, Zack Galifianakis), algunos temas musicales reciclados con gracia (una versión libre y delirante de Nirvana, temas de Paul Simon, Starship...), y el obvio recurso a la morriña de la Rana Gustavo, Miss Peggy, Gonzo... Como los grupos musicales más famosos, se guarda el tema más famoso (Mah Na Mah Na) para el final. Como película, Los Muppets vuela bajo; apenas se aprecia la mano del guionista de Ali G y Borat,  y Segel y Adams dirigen sus actuaciones claramente a los niños. Sin embargo, el filme tiene algunos gags divertidos, números musicales dignos, y sus peludos protagonistas permiten revivir lejanos y (supuestamente) felices tiempos.

martes, 7 de febrero de 2012

Equipo rico, equipo pobre

Publicado en Diario de Mallorca el 7/2/12

MONEYBALL

Nacionalidad: Estados Unidos, 133 min. Director: Bennett Miller. Actores: Brad Pitt, Jonah Hill, Philip Seymour Hoffmann, Robin Wright

Moneyball narra el caso de un equipo real de béisbol, los Oakland A's , que en 2002 logró quedar semifinalista en una liga de 30 equipos siendo el cuarto por la cola en presupuesto. Y ello gracias a la visión, o desesperación, de su director deportivo (Billy Beane/Brad Pitt) que dió preferencia por primera vez a los análisis estadísticos (rendimiento/salario) frente a la experiencia/intuición de su entrenador y equipo de ojeadores. Escuchó a un empollón universitario (Jonah Hill) concienzudo en detectar y fichar los jugadores más infravalorados. La lucha de débiles contra poderosos, y contra los vicios dinosáuricos del sistema, es muy amena. El contraste físico entre los dos protagonistas es parte de su nominación a los Oscar. Pero les ocurre lo mismo que al equipo californiano, han llegado a la final pero les falta un plus (expresividad, versatilidad) para rematar con victoria. El guión (Steven Zaillian -La lista de Schindler, Millenium- de nuevo) tiene momentos de afilado humor (las negociaciones, los despidos) e inevitables concesiones a la galería (la hija, el pasado de Pitt). El director logra mantener el interés en las dos horas largas y se apunta algunos planos de fotografía preciosista. 

Para el espectador español, Moneyball tiene el inconveniente de la falta de arraigo del béisbol en nuestro país. Hay una loa algo sospechosa (lease patrocinio encubierto) a las bondades de ese deporte. A pesar de ello, y de que no consigue quitarse del todo la pelusilla de libro de autoayuda, es un filme creíble, entretenido, divertido a ratos y casi emotivo. Una reencarnación más, y más que lograda, de David y Goliat.

domingo, 5 de febrero de 2012

blanco como la nieve






Mientras en Palma caía la nevada del (medio) siglo, en el Puig Tomir nos tocó un 'variat'. Sol, nubes, viento, y nieve alternándose. En la cumbre -5º, a los que hay que sumar, en negativo, varios más de sensación térmica cuando las rachas arreciaban. Gozada de excursión.

jueves, 2 de febrero de 2012

Re-estrenos

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 2/2/12

La fiebre de secuelas de años recientes está dando paso, por los invariables ciclos lunares de la industria, a una fiebre por los reestrenos. Una gran mayoría en 3D, otros simplemente remasterizados. Las pasadas navidades El Rey León fue líder en la taquilla americana un par de semanas, acercándose a los cien milllones ingresados.

Muchos se echan las manos a la cabeza, pregonando una vuelta de tuerca más contra los creadores puros y originales. El debate está abierto. ¿Existe realmente un receso de la creatividad, o es sólo un conejo más de los magos de la taquilla? Probemos, hagamos el ejercicio, de ponernos en el pellejo de los dos extremos de la cadena.

Productores. Una película no es una novela, Perogrullo dixit. Cuesta infinitamente más dinero producirla y la incertidumbre es la misma. Los 80, 100 ó 150 millones de inversión (hablamos de cine destinado al público mayoritario y global) no caen del cielo. Las productoras recurren a créditos, como todas las empresas y muchos particulares. Un pinchazo fuerte hace mucha más mella en el productor que en el director. Los productores se mueven, como los animales, como los humanos, en una constante y alquímica ecuación coste (riesgo) - beneficio. En los reestrenos de películas que tuvieron gran éxito en taquilla la calculadora ofrece números bastante razonables: por unos 20 millones se puede adaptar cualquier filme a 3D (2D ½, según chascarrillo de James Cameron). Y la tecnología se va abaratando, ergo los costes van decreciendo.

Espectadores. Se enfrentan a la misma ecuación que los productores. A muchos les gusta probar, conocer, propuestas nuevas. Pero una gran mayoría prefiere ir a lo seguro, al 'malo conocido'. Más: si muchos recompramos religiosamente, muchos discos que teniamos en vinilo, o casete, cuando salieron en CD, ¿Por qué no vamos a ir a ver una película que nos encantó en 3D o con remasterización digital? Punto adicional, los niños ven un DVD que les gusta decenas de veces. ¿Por qué no ir al cine a ver una película que se estrenó por primera vez cuando no habían nacido? Para ellos es novedad absoluta, para los padres la falta de idem se compensa con el regustinín nostálgico.

Retomamos la pregunta inicial. El aluvión de reestrenos ¿está cerrando puertas a nuevas ideas y creadores? Relativamente. No me quita el sueño barruntar que La Sirenita 3D va a torpedear la viabilidad de Piratas del Caribe VIII o James Bond MCDMXXVI. El cine taquillero, como el turismo de masas, como la ropa de Zara y adláteres, ha apostado, desde siglos ha, por el riesgo contenido. Los creadores más talentosos, inquietos, inconformistas, han jugado y seguirán jugando en otra liga. Con las mismas piedras en el camino que siempre, dudo que más ahora. Deberán seguir combinando ese talento con la determinación para abrirse paso en la jungla de ese gremio. Y aunque con más o menos bajas por el camino, no dejarán de ofrecernos obras deliciosas como The Artist o impactantes como Drive

Morrison's Hotel

Publicado en Diario de Mallorca el 2/2/12

ALBERT NOBBS

Nacionalidad: Estados Unidos, 115 min.. Director: Rodrigo García. Actores: Glenn Close, Janet McTeer, Mia Waikowska, Aaron Johnson

Segunda sesión, tras J Edgar, de cine histórico con traumas identitarios. Si la película de Eastwood tiene migas, toscas, de Ciudadano Kane, Albert Nobbs remite al Dublineses de Huston/Joyce. Por segunda vez, nombres más que interesantes en los créditos: Rodrigo García (el hijo del Premio Nobel colombiano) en la dirección, John Banville (adaptando una novela corta de George Moore) en el guión; Glenn Close (coguionista y coproductora además) y Mia Wasikowska en el reparto artístico.

La historia narra las cuitas de un empleado de un hotel urbano (Close) del que pronto sabemos que esconde a todo el mundo que es una mujer, mientras va acumulando ahorros para independizarse. Como el Ulises de Joyce, el relato se enmarca en un momento crítico de la historia de Irlanda (final del siglo XIX), cuando la pobreza y el puritanismo pusieron al país al borde del abismo. La primera mitad de la película es excelente, refleja con gran tino los corsés sociales y el tabú del lesbianismo; y enfrenta las angustías existenciales del protagonista con el optimismo de el/la pintora (soberbia Janet McTeer). Trama cuyo apogeo es la escena de la playa, con McTeer y Close luchando por sacar su feminidad de sus andróginos cuerpos. Excelsa (al límite) actuación de Glenn Close, inspirada en Chaplin más ecos de Peter Sellers en Bienvenido Mr Chance. Sin embargo esa trama de ilusiones y represiones se entrelaza con la más endeble y melodramática de la pareja de jovencitos (Johnson y Wasikowska). Película atractiva por los papelones de Close y McTeer y los brotes de talento de García y Banville.