jueves, 29 de mayo de 2014

Lobos, tesoros y bollos





Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 29/5/14
 

FERIA DEL LIBRO 2014. CINE, VIAJES, GASTRONOMIA. 

Los lectores de libros se están (nos estamos) convirtiendo en los últimos de Filipinas. Sin embargo, en libro o en formato digital la oferta (ergo, las obras apetecibles) es mayor que nunca. Y el placer, para los que no se dejan abducir por las sirenas de videojuegos, realities o redes sociales, igual de intenso y reconfortante.

Viajes

Sirenas (Carlos Garcia Gual, Turner, 19 €). Con el subtítulo 'Seducciones y metamorfosis', el filólogo, crítico y traductor mallorquín especialista en clásicos, expande la refulgencia de esos míticos seres en las bellas artes, desde sus encuentros con Ulises hasta los óleos de Waterhouse.

Peste y cólera  (Patrick Deville, Alfaguara, 18 €). Premiado, magnífico relato de la vida del suizo Alexandre Yersin. Un científico, colega de Pasteur (descubrió, por ejemplo el bacilo de la peste), que alcanzó menos fama social pero vivió una vida mucho más inquieta y apasionante.

Regreso a la Isla del Tesoro (Andrew Motion, Tusquets, 19 €). Motion, poeta y aclamado autor de biografías, recoge el guante que lanzó Stevenson hace ciento treinta años al dejar abierto el final de su emblemática novela. Esta secuela es algo irregular, entretenida y mantiene bastante encanto de la original.

Por el Himalaya (Francis Younghusband, La linea del Horizonte, 21 €) Se cumple siglo y medio del nacimiento del militar, explorador, aventurero y espiritista británico. Hombre de vida memorable y personaje clave en el Gran Juego, las escaramuzas entre ingleses y rusos en Asia Central en la segunda mitad del siglo XIX.

El avión rojo de combate (Manfred von Richthofen, Turner, 17 €). El centenario de la Primera Guerra Mundial es un buen motivo para conocer las hazañas, y el lado humano, del mayor as de aviación de ese conflicto, el Barón Rojo, con 80 derribos confirmados.

Gastronomía

No más platos de mamá. (Carlos Román, Adriá Pifarré, Marc Castellví, Plaza y Janés,19 €). Los autores son, como el clásico anuncio, jóvenes (23 años) y sobradamente preparados. Su blog (No mas tuppers de mamá) ha tenido tanto éxito que publican este libro. Una base de recetas clásicas más la curiosidad, fusión y experimentación de su envidiable juventud.

Cocina con Joan Roca (Joan Roca, Planeta, 23 €). El chef del premiado y alabado Celler de Can Roca se adapta a los tiempos que corren ofreciendo gastronomía sencilla con unas gotas de su maestría.

ZeroGluten (Maria Luisa Barreiro, Grijalbo-Lumen 19 €) Otro blog pasado al papel (o ebook), confirmando la comodidad de este formato a la hora de ponerse manos a la masa. Los celiacos han dejado de ser unos marginados y, gracias a Internet y libros como este, van descubriendo una gastronomía cada vez más rica adaptada a su patología.

Guía fotográfica de la decoración de galletas (Autumn Carter, Juventud,19 €) Menguada la fiebre de los cupcakes (vulgo magdalenas adornadas), las galletas caseras son otra genial idea para pasar una tarde con amigos o niños. La fotografías incitan a la acción.

Cine

Cien películas imprescindibles, las grandes películas (Roger Ebert, Ma non Troppo 19,9 €) Falleció el año pasado el considerado, por muchos, el mejor crítico de cine de Estados Unidos, y por ende, del mundo. Aunaba cultura (no sólo cinematográfica), inteligencia, sensibilidad, capacidad de divulgación y amplitud de miras. Este libro sirve como ejemplar botón de muestra.

No lo comprendo, no lo comprendo (Akira Kurosawa, Confluencias 12 €) Tres entrevistas al gran maestro nipón realizadas entre 1960 y 1991. Una de ellas por Nagisha Oshima (director de El imperio de los sentidos). La última nada más y nada menos que por Gabriel García Marquez.

El lobo de Wall Street (Jordan Belfort, Deusto, 15 €) ¿Monstruo o iluminado? ¿Espabilado o sinvergüenza redomado? ¿Eventos reales o recreados a su antojo? La vida de Jordan Belfort, bien retratada en la gran pantalla por Martin Scorsese, ha sido de todo menos aburrida.

La venus de las pieles (Leopold von Sacher-Masoch, Tusquets, 17,90 €). Un clásico que, gracias a la curiosa y brillante adaptación de Polanski, apetece, y merece, ser revisitado.

Doce años es mucho tiempo

Publicado en Diario de Mallorca el 28/5/14

 
DOM HEMINGWAY

Nacionalidad: Reino Unido, 93 min. Director: Richard Shepard. Actores: Jude Law, Richard E. Grant, Demian Bichir

Un planteamiento clásico: un delincuente finaliza una larga estancia entre rejas e intenta rehacer su vida, no necesariamente abrazando la legalidad. Lo hemos visto en drama (Caído del cielo), thriller (A quemarropa), suspense semiterrorífico (El cabo del miedo) o comedia (Granujas a todo ritmo).

Richard Shepard se mueve en Dom Hemingway entre Quentin Tarantino, Danny Boyle (de ellos toma la verborrea de sus personajes), Guy Ritche (puntuales hallazgos visuales) e intenta acercarse a Ken Loach con una trama de reconciliación familiar. Comparado con tales maestros, se queda en un aprobado alto: El argumento está estirado y apenas ofrece sorpresas. La locuacidad del protagonista es en varios tramos excesiva e impostada, teatral a pesar de los diálogos afilados. La trama de la hija es ramplona, desaprovechada. Y a nivel de realización (fotografía, montaje, puesta en escena) Shepard se acerca sólo en dos momentos a Ritchie. Los dos, fugaces, valen media película, uno es la decoración del salón del chalet rural del mafioso ruso; el otro el accidente de tráfico (los juerguistas volando, de noche, en cámara lenta). La otra gran virtud del filme es el reparto. Jude Law es un actor inmenso que aprovecha y disfruta un papel para lucirse. Se desata en cuerpo y labia (los que aprecien la versión original) sin pasar la raya de la parodia. Se complementa perfectamente con él Richard E. Grant contraponiendo su llamativo físico (alto y delgado) y una acertada sobriedad. La película entretiene como lo que es, una comedia de malandros, con la guinda de un par de actuaciones brillantes y un par de destellos visuales.

martes, 27 de mayo de 2014

Requiem por dos hijos

Publicado en Diario de Mallorca el 26/5/14


MADRE E HIJO

Nacionalidad: Rumanía, 112 min. Director: Calin Peter Netzer. Actores: Luminita Gheorgiu, Bogdan Dumitrace, Ilinca Goia, Florin Zamfirescu

Un desafortunado accidente de tráfico. Mientras un coche adelanta a otro al salir de un pueblo, se cruza un chico y muere. El conductor afronta una posible pena por homicidio. Su madre, de familia acomodada, remueve cielo y tierra para evitar el juicio.

Sobre un argumento tan aparentemente sencillo C. P. Netzer arma un drama soberbio. El fondo no es sólo la desigualdad entre ricos y pobres, la falta de ética anidada en muchos o la injusticia del tráfico de influencias (no sólo en Rumanía, en Mallorca ha aflorado un caso hace muy pocos días). Va de la relación amor-odio entre una madre y su hijo. Hay infinidad de ensayos y ficciones sobre la maldición de los hijos de hombres brillantes y famosos. Los protagonistas de esta película no necesitan la fama. Ella es muy inteligente, muy activa, muy bien posicionada y conectada, económica y socialmente. Y se ha obsesionado con que su vástago alcance, como mínimo el listón puesto por ella. Un doble o nada inconsciente, no negociado y no escrito. En la escena final, al alabar sus méritos reconoce implícitamente que ha perdido la apuesta. Es una secuencia larguísima, que vale por y que justifica la película entera. El filme tiene un sólo defecto, el abuso de una cámara en mano a ratos demasiado inquieta. El resto son virtudes, el ritmo, las actuaciones, la fotografía tipo reportaje televisivo, la ausencia de decorados, de iluminación artificial, la ausencia de banda sonora... Sobre ellos un guión magistral, personajes con muchos matices y diálogos muy afilados. Culminando en un clímax de una sencillez, verosimilitud y emotividad demoledoras.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Un padrazo

Publicado en Diario de Mallorca el 21/5/14


NUEVA VIDA EN NUEVA YORK

Nacionalidad: Francia, 117 min. Director: Cedric Klapish. Actores: Romain Duris, Audrey Tautou, Cecile de France, Kelly Reilly

Un escritor de cuarenta años (Duris) se muda a Nueva York para estar cerca de sus hijos. Vive primero con una amiga lesbiana (de France), a la que deja embarazada por vía asistida; después accede a un matrimonio de conveniencia con una china para mantener la residencia en EEUU, y recibe la visita de una antigua novia (Tautou).

El título original del filme es 'El rompecabezas chino'. Alude a la encrucijada existencial y sentimental del protagonista. Más que un rompecabezas, a mi me ha parecido un pasatiempo, un tres en raya. Una comedia tan amable que acaba siendo sosa. Como Vivir es fácil con los ojos cerrados. En cambio Ocho apellidos vascos, o Intocable, o hasta la comedia más blanda de Woody Allen, apuntaban más alto. Cedric Klapish lima todas las aristas del argumento y los personajes: Todos son extremadamente atractivos, lo cual es un arma de doble filo. Provocan envidia (bien explotada en las buenas comedias sofisticadas) y acentúa la irrealidad. No son ni ricos ni pobres, ni nuevos ricos ni nuevos pobres, ni chicha ni limonada. Además nos vende Nueva York como la residencia soñada y la muestra como una ciudad vulgar. Evita los sitios emblemáticos para que no parezca una colección de postales, pero omite también la contaminación, la pobreza y su riquísima vida cultural: ni un museo, ni un teatro, ni un concierto... Sólo hay un momento cómico en todo el filme (la visita del inspector de inmigración) resuelto de forma embarullada; el resto son peripecias muy corrientes, a las que ni personajes ni diálogos les dan un giro sorprendente o desternillante. Comedia de burgueses bohemios, entretenida pero algo plana.

martes, 20 de mayo de 2014

Ahí está

Publicado en Diario de Mallorca el 19/5/14
 
GODZILLA

Nacionalidad: Estados Unidos, Japón,119 min. Director: Gareth Edwards. Actores: Aaron Taylor-Johnson, Elizabeth Olsen, Bryan Cranston, Ken Watanabe

El primer Godzilla nació en unas circunstancias muy locales: En 1954 Japón seguía en shock postraumático por las bombas de Hiroshima y Nagasaki, y veía con preocupación las primeros escaramuzas de la guerra fría y el desarrollo de la bomba H. En ese contexto, la mezcla de gorila y ballena ofreció (como el cine de terror) un placebo de catarsis, expulsar esos temores sufriendo un rato en el cine.

Entrado el siglo XXI hay circunstancias equivalentes. Preocupación tras el accidente de Fukushima y una sensación de desgobierno planetario. El Godzilla de Gareth Edwards se va por la tangente de esos problemas y asoma contradicciones: La fragilidad de la energía nuclear es relativa, sólo unos megamonstruos pueden provocar apagones masivos y arriesgar la vida de millones de seres humanos deglutiendo ojivas nucleares. Japón presume de bondad a través de su científico (Ken Watanabe). Y Estados Unidos intenta vendernos (una vez más, en publicidad nada subliminal) que sus tropas de combate pueden participar en cualquier acción humanitaria. Como señuelo ofrece además (no son los primeros) a un Godzilla defensor de los humanos frente a dos coleópteros desalmados y desatados por las feromonas. Y se intenta atraer al público adulto y culto con un reparto de curtido en filmes selectos, como Bryan Cranston (Breaking bad), Aaron Tyler-Johnson (Kick-Ass), David Strathairn (Buenas noches y buena suerte), Elizabeth Olsen (Martha, Macy, May, Marlene), Juliette Binoche o Watanabe (Cartas desde Iwo Jima). Como película de entretenimiento escapista, Godzilla está logradísima y no da respiro. Sin embargo elude criticar la seguridad de la energía nuclear; y la lobuna omnipresencia de los militares americanos es más que inquietante.

domingo, 18 de mayo de 2014

Los amantes de Texas

Publicado en Diario de Mallorca el 14/5/14


EN UN LUGAR SIN LEY

Nacionalidad: Estados Unidos, 96 min. Director: David Lowery. Actores: Casey Affleck, Rooney Mara, Ben Foster, Keith Carradine

El título original, traducido libremente, es 'no son unos santos'; los franceses han optado por el que encabeza esta reseña; él español remite a películas del oeste. Es un género que resucita con regularidad, tanto en su vertiente clásica (con caballos y diligencias, verbigracia Valor de ley de los Coen) como la contemporánea, que mantiene la esencia de drama rural con criminales. En un lugar sin ley sigue a una pareja humilde de Texas en los años 70. Poco después de quedarse ella embarazada, él atraca un banco; hiere a un poli, lo capturan, pasa varios años en chirona, se escapa e intenta regresar con su amada y su no conocida hija.

La historia, el guión, tiene un recorrido algo escaso pero se desmarca, lo justo, sin prodigarse en originalidad, de tópicos y tics melodramáticos. Cimbrea bien tallos clásicos (el poli bueno, el amigo de la familia, los cazarrecompensas) y dosifica los desencuentros armados. A la trama amorosa le falta un punto de intensidad. El ritmo es muy pausado, mucho. La fotografía es muy lírica sin caer en el engolamiento (verbigracia To the wonder, Terrence Malick) porque no abusa de travellings y grúas. El reparto está en la misma línea, sin apabullar ni chirriar. Rooney Mara (La red social, la version americana de Millenium, Efectos secundarios); Casey Affleck (hermano menor de Ben Affleck), Ben Foster y, como estelar veterano, Keith Carradine (Los duelistas, Choose me, Nashville). La banda sonora es discreta y delicada, muy acertada. La película, resumo, tiene una premiosidad, frialdad y esteticismo que distancian un poco; pero también muestra sensibilidad, deja buen poso.

martes, 13 de mayo de 2014

Enemigos para siempre

Publicado en Diario de Mallorca el 12/5/14
 
MALDITOS VECINOS

Nacionalidad: Estados Unidos, 96 min. Director: Nicholas Stoller. Actores: Seth Rogen, Zac Efron, Rose Byrne, Dave Franco, Lisa Kudrow

En un barrio residencial cercano a una universidad, una fraternidad estudiantil alquila una casa junto a la de una pareja con un bebé de pocos meses, a la que enervan con sus frecuentes y desmadradas fiestas. Es la vieja historia del vecino (o variante inquilino) incompatible e incómodo. Con un mínimo de motivación este argumento da juego, pie a una serie de acciones y reacciones, manipulaciones y engaños, a mostrar lo mejor y lo peor de cada uno de los bandos. Pero exige matizar los personajes, sacarlos de los estereotipos sin desvirtuarlos del todo, buscar situaciones originales, coherentes y sorprendentes a la vez.

Poco de esto se ve en Malditos vecinos. El reparto ya es una declaración de conformismo: Zac Efron saltó a la fama en High School musical; aquí endurece un poco su carácter, un poco sólo, sin dejar de lucir con cualquier excusa su esculpido torso. Seth Rogen aprovechó la época más inspirada del director/guionista/productor Judd Apatow, aquí se limita a mostrar sus lorzas y su bonachona sonrisa; Rose Byrne rompe con sus antecedentes de gélida belleza y sobreactúa bien, pero le sigue faltando vis cómica y desparpajo. El guión, como los personajes están tan encasillados, intenta provocar con desmanes etílicos, sexuales (poco explícitos aunque constantes) y lenguaje obsceno reiterado. Apunta, sí, un temita, el de la inmadurez eterna de algunos jóvenes y la renuncia a la juventud de los padres primerizos. El director se desmelena sólo con montajes acelerados en alguna de las fiestas. Y aviso final: no es para niños. O flaco favor les harán si los llevan.

viernes, 9 de mayo de 2014

Cuatro dilemas forasteros

 Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 8/5/14


PASEO DE RONDA

1.¿Imprevisible o impredecible? Vuelvo a la carga. El éxito de Ocho apellidos vascos en taquilla ha sorprendido a muchos. A casi todos, o todos, los que viven o pululan por la industria audiovisual. Ha superado a Titanic, Los otros y Lo imposible como la película más vista en España en todos los tiempos. Separemos conceptos: Los records, por lógica intrínseca, están para batirse. Eso es previsible. El que el podio actual esté ocupado por una película española, francesa o norteamericana sí que es impredecible. La pregunta que todo el mundo se hace es ¿Por qué Ocho apellidos vascos y no la triunfadora de los Goya, Vivir es fácil con los ojos cerrados?

2. ¿Oportunista u oportuno? El lobo de Wall Street trata un tema de máxima actualidad (los mordiscos de los tiburones financieros al resto de desvalidos humanos), está dirigida por uno de los directores actuales más reputados (Martin Scorsese) y protagonizada por uno de los actores más cotizados del planeta (Leonardo Di Caprio). Sin embargo Martinez-Lázaro, Karra Elejalde  y Clara Lago les han rebasado en un visto y no visto. Se apunta a que se ha visto favorecida por las tensiones territoriales actuales en nuestro país. Ejem, ¿tensiones dónde? ¿La película está ambientada en Cataluña? ¿Los protagonistas son un pepero madrileño y una simpatizante de ERC? ¿Hay alguna mención a los cuestionados subsidios agrarios en Andalucía? Más preguntas retóricas: ¿Hubiera tenido el mismo éxito esta película hace una década, cuando ETA seguía matando y la kale borroka sí que asustaba? ¿Hubiera sido posible siquiera rodarla?

3. ¿Merecido o afortunado? Saltemos a la embarrada cancha de qué es y no es calidad. Humor chabacano versus inteligente, tosco vs. elaborado, Chiquito de la Calzada contra Woody Allen.  Ahí, en los mecanismos del humor, entramos en terra incognita. Hay manuales para comediantes (The comic toolbox de John Vorhaus) y estudios más globales (el reciente The humor code, Peter McGraw) que dan pistas pero no axiomas. Afortunadamente. A mi, Ocho apellidos vascos me dejó la agridulce sensación de que podrían haber trabajado más los personajes y las situaciones sin perder la chispa. No me creí nada pero me reí. Igual que me rio con El Casta. Pero disfruto más, me dan ganas de volver a verlas muchas veces, las películas de Wes Anderson. 

4. ¿Cambiará algo o seguirá todo igual? Me temo que lo segundo. Los datos son elocuentes: el público español es tan fiel a la ficción televisiva made in Spain como infiel a la cinematográfica. Por chiquicientos motivos, destacando entre ellos el pecuniario. Cuando una serie no gusta se zapea de canal; cuando una película no gusta y se han pagado 6-8 euros por cabeza, no se vuelve al cine en tres meses. Y si la película era española, la bola negra contra nuestros sufridos autores puede durar un año. Martínez-Lázaro, Elejalde y Lago van a lograr que varios millones de españoles le den una oportunidad más al cine español. Una sola.

Setenta y dos horas con Antonio

Publicado en Diario de Mallorca el 7/5/14


CARMINA Y AMÉN

Nacionalidad: España, 94 min. Director: Paco León. Actores: Carmina Barrios, Maria Leon, Yolanda Ramos

En Carmina o revienta, Paco León reconstruyó con gracia anécdotas de supervivencia familiar para ensalzar la rotunda figura de su madre. En Carmina y amén entra en la ficción total, recurriendo al humor negro y escatológico. Sinopsis: Al marido de Carmina le da un jamacuco un viernes de madrugada; como el lunes debía cobrar la paga extra, Carmina decide retrasar el aviso a emergencias. La historia transcurre en los dos días del engaño y el posterior del velatorio y entierro, con entradas y salidas de los hijos, vecinos y amigos.

Pasada la novedad de la protagonista y su entorno, es extremadamente difícil, por desgracia, separar fundamentos objetivos de sensaciones subjetivas. La sinopsis es original, sin duda; el desarrollo cuestionable. Su paseo en moto en paños menores tiene reminiscencias de Sugarbaby (Percy Adlon); el monólogo de Yolanda Ramos es hilarante aunque recurre a instintos muy básicos; las referencias a la actualidad (la cotorra bautizada Barcenita) no harán pizca de gracia dentro de un lustro; el abuso del marujeo por parte de la hija y la omnipresencia del tabaco acaban cargando. Paco León ha dado un paso adelante, lo cual es loable, pero debe ser consciente de lo que implica. Como guionista le queda un buen trecho para acercarse a Segura/Torrente y muchísimas millas para oler a Rafael Azcona. Como director es correcto, salvo una breve y prescindible experimentación al final. Carmina Barrios, exclusivamente como actriz, tiene muchas limitaciones. Carmina y amén es divertida y está bastante por encima de muchas comedias españolas. Pero a la vez flirtea, no sé si el clan de los León son conscientes, con la autocomplacencia.

martes, 6 de mayo de 2014

Ejercicios de ceguera y sordera

Publicado en Diario de Mallorca el 6/5/14


EL GRAN CUADERNO

Nacionalidad: Hungría, 104 min. Director: János Szász. Actores: András Gyémánt, Laszlo Gyémánt, Piroska Molnár, Ulrich Thomsen

Separar supervivencia de violencia. El principal reto, el drama, de la población civil durante un conflicto bélico. Sobre experiencias reales o cercanas Agota Kristof obtuvo un gran éxito literario en la novela que aquí se adapta. El planteamiento es poco fresco pero no caducado: el conflicto desde los ojos de un joven de la edad en que ya no es frágil y aún no sufre los primeros desórdenes adolescentes.

La novedad, el hecho diferencial, es que no es un chico sino dos, dos gemelos sin nombres (en los créditos son 'uno' y 'otro'). Su padre es un militar húngaro que, ante la inminente invasión germana, decide esconderlos con la abuela materna en una casa rural. Para que no pierdan la cultura, y la cordura, les incita a escribir un diario. Entre que llegan los alemanes y les remplazan los rusos, los chicos aprenden la regla básica de la supervivencia, endurecerse y a la vez mantener la cordura. No les falta comida pero no se aíslan del todo del horror: la relación de odio-amor con su cuidadora, el turbador militar nazi vecino suyo, la chica de su edad cuya juventud ya ha sido arruinada, la chica de moralidad y escrúpulos dudosos, la limpieza étnica... En ningún momento se retuerce el drama ni se cae en el melodrama (verbigracia, El niño con el pijama a rayas). La película avanza a un ritmo correcto, con buenas actuaciones (los actores , gemelos reales o la presencia de Ulrich Thomsen – Celebración); y banda sonora extraña, (como sacada de un filme de Kurosawa), aunque no desatinada. El gran cuaderno es un más que aceptable drama sobre un siempre interesante tema.

jueves, 1 de mayo de 2014

Jaque al forastero

Publicado en el sumplemento Bellver de Diario de Mallorca el 1/5/14

Un hospital mallorquín de maternidad. De madrugada se produce un apagón y las comadronas se hacen un lío con la identidad de tres bebés recién nacidos. Uno es de madre mallorquina, el otro peninsular y el tercero de una africana. Por deferencia, las comadronas dejan elegir a la mujer local. La mujer, tras pensárselo un buen rato, elige al bebé de piel oscura. Las enfermeras se quedan perplejas “¿Por qué lo ha elegido, si sabe que no es el suyo?” Respuesta: “¿Y si me hubiera tocado al 'foraster'?”

Este veterano chiste comparte premisa cómica con la película Ocho apellidos vascos. Apela al recelo atávico, casi genético, hacia el vecino. Con intensidad decreciente se odia más al del pueblo de al lado, al de otra comunidad autónoma y en tercer lugar al extranjero, salvo que sea extremadamente pobre y/o de otra etnia.

Una circunstancia que no sólo se da en nuestro país. Ocurre en todo el planeta, sin excepciones. En España son víctimas de burla catalanes, vascos o leperos; en Inglaterra se burlan de irlandeses y escoceses, en Francia de los norteños de Lille, en el norte de Estados Unidos de los sureños (redneck es sinónimo de cazurro), en el sur de Estados Unidos de los mejicanos, en Méjico de los guatemaltecos; los urbanitas australianos de Sydney desprecian, tanto como a los aborígenes, a los vaqueros del outback, el árido interior del país...

El cine se ha nutrido casi desde su inicio de esta mina. Hay tantos ejemplos que los iré cazando aleatoriamente de mi memoria, comedias y algún drama: Un éxito muy reciente fue la francesa Bienvenidos al norte, que ha servido de inspiración evidente a Emilio Martínez-Lázaro. Los italianos ya hicieron su adaptación previa con Bienvenidos al sur. Más atrás, la americana Three amigos ridiculizaba a los mejicanos; Los blancos no saben meterla apelaba a la (supuesta) predominancia de los afroamericanos en hazañas sexuales y deportivas. Un pez llamado Wanda sacó punta del desprecio mutuo entre ingleses y americanos; al juntarse en una banda de atracadores acaban como el rosario de la aurora. Cocodrilo dundee se mofaba de los vaqueros australianos con un humor comprensible en todo el planeta. En el cine español de los años 60 y 70 muchas películas de Mariano Ozores y Alfredo Landa hurgaron en nuestro acomplejamiento respecto a los europeos modernos y liberados. Berlanga y Bardem también explotaron ese filón.

En su vertiente dramática, los recelos hacia los forasteros son el tema central de películas como Easy Rider (D. Hopper), Perros de paja (S. Peckinpah) o Los siete samurais (A. Kurosawa). En ciencia ficción Distrito 9 (N. Blomkamp) puso el dedo en la llaga de los apátridas sin recursos. La novela Forastero en tierra extraña (Robert Heinlein) trata las desventuras de un humano criado por marcianos y rechazado en su regreso a la Tierra. Algo parecido ocurre en la obra maestra de John Ford, Centauros del desierto, cuando el protagonista se niega a aceptar que su sobrina sea feliz con una tribu indígena.

Volviendo al humor, es un arma de doble filo. Sirve para unir y para separar, para atacar y para defenderse, como huida y como autocrítica. Ocho apellidos vascos, aún llena de tópicos, está teniendo igual de éxito en el País Vasco que en el resto de España, lo cual indica que aceptan mirarse al espejo. Lo mismo  que hacemos los mallorquines cuando nos desternillamos con El Casta.