Publicado en Diario de Mallorca el 8/2/2011
PRIMOS
Nacionalidad: España, 98 min.
Director: Daniel Sánchez-Arévalo
Actores: Quim Gutiérrez, Raúl Arévalo, Clara Lago, Antonio de la Torre
Escena 1: Quim Gutierrez vestido de chaqué en altar religioso cuenta, a una invisible audiencia, que su novia le ha plantado y (ella) se ha olvidado de informar a sus invitados. Abre plano. El ala derecha de la iglesia repleta de gente, la izquierda vacía. Escena 2: Los testigos del enlace, empapados de sacro vino, incitan al desgraciado a fugarse al pueblecito costero de su infancia.
Tras un magnífico drama (Azuloscurocasinegro) y un ambicioso pero algo desconcertante dramedia sobre la bulimia (Gordos), Daniel Sánchez-Arévalo prueba la comedia clasica, veraniega, relajante. La elección es legítima. El talento y la sensibilidad del cineasta se mantienen: diálogos afilados, gotas justas de drama (la trama del alcoholizado Antonio de la Torre con su hija), cuca localización en la localidad cántabra de Comillas, satinada fotografía de Juan Carlos Gómez y luminosa música de Julio de la Rosa.
Todo correcto, demasiado. La película es amena y deja buen sabor de boca. Poco más. La premisa argumental (plantón nupcial y farra terapéutica) está demasiado trillada, le falta un giro de rosca novedoso. Igual que a los personajes. De Diego sólo sabemos que es tierno y enamoradizo, y Quim Gutiérrez abusa de sus tics cómicos. Julián (Raúl Arévalo) no escapa al cliché de machito ibérico. Con José Miguel hay un clamoroso fallo de casting. Su personaje da juego; Adrian Lastra no cuela, físicamente, como ex paracaidista. Inma Cuesta y Clara Lago logran levantar sus planos personajes. Eterno dilema de los creadores, pasarse de largo por exceso de ambición o caer en la indulgencia intentando no cometer fallos. Aún así Sánchez-Arévalo sigue siendo uno de los mejores directores de la última hornada. Y Primos una más que digna comedia.
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