martes, 17 de junio de 2014

Al hombre que comienza a reinar

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 12/6/14

PASEO DE RONDA

1. Dos puntos. Sé que eres inteligente e ilustrado, que estás sobradamente preparado. Aún así, ante la gigantesca montaña que se te echa encima, me gustaría recomendarte medio puñado de películas, seleccionadas con un criterio, por supuesto, muy parcial y discutible.

2. Ricardo III (Richard Loncrane, 1995) Shakespeare sigue siendo más Shakespeare que nunca. El Ricardo III de Loncrane, con Ian McKellen como protagonista (soberbio) y coguionista, es pérfido. Trama contra su familia y flirtea con el nazismo. No es una situación extrapolable a 2014, pero sí un aviso de que los peligros, las malas compañías, la tentación de tomar atajos, asoman detrás de cada blasonada esquina.

3.Tres reyes (David O. Rusell, 1999). La realeza del título es metafórica, pero la trama alude al séptimo mandamiento, el que tu futuro excuñado no ha (presuntamente) asimilado del todo. El tema de esta película de acción, ambientada en desiertos lejanos, trata al conflicto entre bienestar terrenal y espiritual, ayudarse a sí mismo o ayudar a los demás. Vivir del pueblo o para el pueblo. ¿Entró esta asignatura en tus planes de estudios?

4. Un asunto real (Nicolaj Arcel, 2012). No insinúo que tus facultades intelectuales sean como las de Christian VII de Dinamarca. Sólo que te cuides de aquellos que se arrimen a tu lado, como el médico (otra soberbia interpretación, esta vez de Mads Mikkelsen) que acabó de primer ministro con una capacitación justita incluso para su profesión inicial. No caigas en el vicio de la paranoia, pero entrena la virtud de desconfiar (preventivamente) de todos. Incluso, o sobre todo, de los que te recuerden que eres humano.

4.Patrimonio Nacional (Luis G. Berlanga, 1981). Otro aviso para navegantes, como los anteriores. La corte hace mucha compañía, (lo sé), pero no indefectiblemente buena compañía (lo sabes). Berlanga, con el mejor guionista español de todos los tiempos, (Rafael Azcona) retrata las penas y anhelos de un noble cortesano (Luis Escobar, soberbio como todos los actores anteriores) y su obsesión por estar a la altura (patrimonial) de su entronado superior. En lenguaje llano: no es oro, ni noble, todo lo que reluce.

5.Cierro, por supuesto, con El hombre que pudo reinar (John Huston, 1975). Es una comedia de acción delirante, deliciosa, atemporal y en absoluto ligera. Mantiene el espíritu, la profundidad del relato de Rudyard Kipling. Y te recordará dos obviedades: a) Que no siempre los cambios provocan que todo siga igual. b) Que no hay reinados grandes o pequeños, sino reyes (verdaderos o falsos) prudentes o inconscientes, capacitados o limitados, abiertos de miras o enjaulados por sus prejuicios. Y que una mala o insuficiente gestión de las tensiones territoriales puede dejar a tu reino con superficie similar al Kafiristan de Kipling. Y tu poltrona a tiro de simpáticos buscavidas como Michael Caine y Sean Connery. Ojo.

6.Tengo más ejemplos en la santabárbara, muchos, pero esta selección es un buen entrante. Que las disfrutes, tanto o más que tu (te deseo longevo) reinado. De nada.

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