X-MEN – PRIMERA GENERACION
Nacionalidad: Estados Unidos, 131 min. Director: Matthew Vaughn. Actores: James McAvoy, Jennifer Lawrence, Michael Fassbender, Kevin Bacon
Prosigue la ofensiva Marvel de este verano (Thor lleva recaudados 300 millones de euros) con la segunda precuela de los Hombres X. Si la anterior, Lobezno, se centró en uno de los personajes, Primera generación apuesta por un reparto más coral. De hecho, el título original es First class, traducible libremente como primer día de clase. La jugada es inteligente. Si en Lobezno predominaban dos adultos formados (Hugh Jackman y Leiv Schreiber), esta entrega rebaja la edad del grupo planteando cómo un grupo de adolescentes descubre sus rarezas o poderes especiales y los van canalizando a favor o contra de la Humanidad. Los cebos para el público adulto son un actor consolidado (Kevin Bacon) otro emergente con palmito similar al de Jackman (Michael Fassbender, Fish Tank), un ramillete de bellos rostros aniñados (Rose Byrne, Jennifer Lawrence) y referencias históricas señaladas (el Holocausto y la crisis de los misiles de Cuba).
El reparto es acertado, la producción supera el elevado listón marcado por la Marvel. Sin embargo, el guión de Primera Generación peca de disperso y plano: El villano (Kevin Bacon) parece sacado de una película de James Bond; su pasado nazi es demasiado oportunista. Los jóvenes son demasiado imberbes, las chicas, inexpresivas. Y el tema de que los humanos somos poco de fiar para los incipientes superhéroes está muy manido. Los espectadores que busquen algo más que pirotecnia estival sólo apreciarán detalles puntuales, el magnetismo de Fassbender, la finura de McAvoy y la trabajada animación de escenas como el submarino expulsado del agua o el yate destrozado por su propia cadena de fondeo.
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