Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 4/11/10
(1) Alatriste vs. Lope. Mientras las novelas históricas arrasan, las películas, al menos en nuestro país, se arrastran. Alatriste fue el bombazo de 2006, con 3,2 millones de espectadores y 16,7 millones de recaudación. Sólo había un pequeño problema: costó 22 millones. Peor le ha ido a Lope. Ha costado la mitad (13 millones) y ha recaudado la quinta parte (menos de 3 millones). Posibles causas del desfase/desastre: ambas tienen un limitadísimo gancho más allá de los Pirineos. Ni las obras literarias ni el reparto de ambas eran apenas conocidos. Viggo Mortensen no es un primera espada internacional, aunque se nos intentara vender que lo era; Pilar López de Ayala y Leonor Watling han rodado papeles menores en América. Y no se consiguió motivar, ¿por ombliguismo hispano?, al mercado hispanoamericano. Pasan los años y siguen/seguimos sin aprender la lección.
(2) Filón inesperado. El cine de suspense y/o terror está siendo el trampolín de nuestras jóvenes promesas para superar los Pirineos y el charco atlántico. La buena recepción crítica de El Orfanato ha abierto las puertas del mercado mundial a J.A. Bayona. Prepara The impossible con Ewan McGregor y Naomi Watts. Rodrigo Cortés disfruta un reestreno de Buried en muchas más salas de Estados Unidos y prepara Red lights con Robert de Niro y Sigourney Weaver. Otros fenómenos terroríficos: la segunda parte de Actividad paranormal incluye perros y niños. Y la tercera de Jackass es en 3D. Eso sí que pone los pelos de punta.
(3) Daniel Monzón reside en un pueblo valenciano. Agustí Villaronga, en Barcelona. Los promotores (productoras, entidades financieras) de Celda 211 son madrileños. Los de Pa negre son catalanes. Monzón y Villaronga se sienten orgullosos de ser mallorquines. Como otros directores, productores y actores que pelean por ser profetas en esta tierra. ¿Alguien les apoya, alguien les ayuda?
(4) Tolo Calafat, por desgracia, no pudo contarlo. Aron Ralston, un montañero norteamericano, sí. En 2003 se fue una semana a caminar y escalar por un parque natural de Utah. Solo. Sin compañeros, sin móvil, sin avisar de la ruta que iba a hacer. Tuvo un accidente mientras rapelaba en un cañón. Se enganchó una mano en una grieta. Pasó cinco días dosificando el agua de su cantimplora e intentando liberar su extremidad. No lo consiguió. Sólo quedaba una solución. Danny Boyle (Trainspotting, Slumdog Millionaire) recrea en 127 horas (sin fecha de estreno en España) cómo logró sobrevivir Ralston. En el Festival de Toronto se desmayaron varios espectadores.
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