domingo, 20 de abril de 2014

Todos queremos vivir

Publicado en Diario de Mallorca el 15/4/13



 
MIEL

Nacionalidad: Italia, Francia, 96 min. Director: Valeria Golino. Actores: Jasmine Trinca, Carlo Cecci, Libero de Rienzo

Iré al cogollo, al fondo del tema. La eutanasia y el suicidio. Dos tabúes culturales perennes, ligados a la condición humana, al instinto de supervivencia, al darwinismo puro o evolucionado (El gen egoísta de Dawkins sigue coleando más que nunca).  Tabúes que son defensas lógicas, comprensibles. Pero por su rigidez ante las excepciones (tetrapléjicos, enfermos terminales), se tornan en muros carcelarios. La protagonista de la película (difícil no proseguir sin desvelar detalles) ayuda a esas personas. Con un matiz: cobra por ello. ¿Qué es entonces? ¿Un ángel de la guarda? ¿Una mercenaria? ¿Una matarife? ¿Puede ser las tres cosas a la vez en diversos grados? ¿O una inconsciente? ¿Vale la pena jugarse diez años de cárcel por esa ambigua labor? Segundo desvelo: Rechaza a los suicidas, hasta que se le cuela uno. Un hombre acomodado, mayor, muy inteligente, que ha perdido las ganas de vivir, y con el que acaba entablando amistad. Una trama intensa y sensible que me ha recordado, salvando distancias, a la de Tres colores: rojo.
Todo eso está desarrollado de forma excelente. El guión elude el sensacionalismo, añade unas gotas de misterio y encuentra el punto justo de tensión dramática (la relación con los familiares de sus clientes, las tribulaciones para conseguir fármacos), chirriando sólo en alguna trama muy secundaria. Excelente también la actriz Jasmine Trinca, estudiadamente andrógina, como sacada de un cómic de Hugo Pratt. La directora (Valeria Golino, actriz de películas tan dudosas como Hot shots o La puta del rey) acierta en el ritmo, en la banda sonora, y desconcierta con la fotografía, entre cuidada y ramplona. Minucias aparte, película muy recomendable.

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