martes, 22 de julio de 2014

Cazando monos en África

Publicado en Diario de Mallorca el 7-8/7/14


OMAR

Nacionalidad: 96 min. Director: Hany Abu-Assad. Actores: Adam Bakri, Leem Lubany, Waleed F. Zuaiter, Eyad Hourani

“Los israelitas y los palestinos viven en una psicosis perpetua.” Lo dice el consagrado músico Daniel Barenboim, de cuádruple nacionalidad incluyendo la hebrea y la palestina (honoraria). Hace poco, en El hijo del otro, vimos una situación casi kafkiana en ese enquistado desencuentro. Esa película intentaba ser equidistante, aunque acababa mostrando ligera simpatía por los árabes. Omar, al contrario, es desacomplejada. Muestra la guerra, porque un estado de sitio perpetuo puede ser considerado eso, desde el punto de vista de tres guerreros palestinos. Tres jóvenes amigos, rondando la veintena, pertenecientes a una micro célula armada. Dos de ellos, además, están enamorados de la hermana adolescente del líder del grupo. Frente a ellos, un inteligente, astuto y despiadado responsable de seguridad hebreo.

El conflicto, tal como se muestra, está muy desequilibrado. La resistencia de los palestinos, más que numantina, roza lo quijotesco. Pero siguen ahí, lanzando aguijonazos puntuales y recibiendo represalias brutales. Uno de los méritos de la película es que se ahorra los discursos proselitistas. No amaga siquiera con autocrítica o soluciones constructivas. Las guerras, como se citaba en Carlos, no se ganan desfilando. Sí muestra el filme, y en eso es sincero, una sociedad palestina muy tribal, lo cual limita sus márgenes de acción. La trama amorosa es muy ingenua, y por ello bastante verosímil. La trama de acción incluye buenas dosis de persecuciones por laberintos callejeros, encarcelamientos, tortura (no llega a ser estomagante), y un excelente tête-à-tête entre los protagonistas de cada bando, resuelto con el cuento que cierra la película y titula esta reseña. La película no alcanza la magistralidad de Incendies pero se acerca, es muy potente. 

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