martes, 1 de julio de 2014

Ver, recordar, aprender

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 26/6/14


DOCUMENTALES

Para la pequeña o gran pantalla, se siguen produciendo documentales de altísima calidad e interés. Un género que, afortunadamente, no tira la toalla.

El año pasado arrancó con un cuento de hadas. Searching for Sugarman, el documental que ganó el Oscar en su categoría narró con excepcional pulso y emotividad (y alguna triquiñuela, todo hay que decirlo) la vida de un músico desharrapado en su país y triunfante, sin saberlo él, en otros continentes.

El año también nos trajo otra joya: The art of killing (nominada en los premios de este año), logró tratar un tema pavoroso -el genocidio en Indonesia durante los peores años de Sujarto- sin revolver las tripas físicas pero sí la conciencia de los espectadores. Y una nueva punzada de Claude Lanzmann (Shoah). En El último de los injustos, rescata la entrevista al único presidente de un consejo judío que sobrevivió a los nazis, dejando parte de su alma por el camino.

En la lista de nominados del año anterior había otros filmes de temática igual de interesante y comprometida. The gatekeepers logró confesiones de varios altos mandos de la policía interna israelí. How to survive the plague trata la lucha, olvidada y lejos de ser ganada, contra el Sida. The silent war aflora otra guerra aún más desconocida, el de las féminas que, dentro del primermundista ejército de Estados Unidos, sufren violaciones o acoso sexual severo y no logran que se haga justicia. Estos filmes están, para los fluentes en el idioma de Shakespeare, localizables en dvd o plataformas legales de descarga.

Respecto al año bien entrado, en el reciente DocumentaMadrid 2014 despuntaron My name is salt, sobre la colecta de ese preciado polvo en una zona remota de India, y The dog, sobre el truhan -homosexual, hiperactivo, arrojado, lenguaraz- que inspiró la película Tarde de perros, protagonizada por Al Pacino. También se presentó una semblanza de un músico añoradísimo, Antonio Vega, en Tu voz entre otras mil.

Otro artista añorado, y que se ha ganado un documental, es Gore Vidal. En Gore Vidal, los Estados Unidos de la amnesia, se recuperan entrevistas con el ausente escritor. Un hombre carismático, polémico, muy comprometido políticamente, amante de la notoriedad y polifacético (fue, una de sus curiosidades, coguionista de la película Ben-Hur).

Despierta también interés la obra que ha ganado el Oscar este año, 20 feet from stardom. Su planteamiento tiene menos misterio y redención que Searching for Sugarman, pero aún así mete el dedo en una pequeña llaga, el de las coristas de las grandes estrellas. Músicos que se dejan la piel, y las cuerdas vocales, por una gratificación infinitamente menor.

No recibió el premio otro filme que quizás lo mereciera. Cutie and the boxer retrata a Ushio y Noriko Shinohara. Una pareja de pintores de origen nipón afincados en Nueva York desde hace varias décadas. Desde entonces siguen compartiendo juntos la pasión por la creación, y sufriendo el desgaste de la prolongada convivencia.

Por último, un homenaje a un colega/maestro. Roger Ebert, fallecido hace pocos meses, fue considerado uno de los mejores críticos de cine de la última década. Uno de los pocos que se ganó el respeto de todo el gremio por su infrecuente combinación de inteligencia, sensibilidad, cinefilia, soltura literaria y ausencia de ego. Él cine fue para él profesión y pasión, y no ahorró esfuerzos en contagiarla al máximo de gente. Life itself ayuda a mantener viva su memoria.

Este puñado largo de ejemplos es una lista de deberes. Una muestra, una confirmación, de que hay mucho por ver, por recordar, por aprender.

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