martes, 22 de julio de 2014

Los afortunados deben ser castigados

Publicado en Diario de Mallorca el 16/7/14
 
BORGMAN

Nacionalidad: Holanda, Dinamarca, 113 min. Director: Alex van Warnerdam. Actores: Jan Bijvoet, Hadewich Minis, Heroen Perceval, Tom de Wispelaere

En la Biblia (Apocalipsis) le llaman Abadón. Luis Buñuel recurrió a su apodo, el ángel exterminador, y lo hizo invisible. Charles Laughton lo trasladó a las llanuras norteamericanas en La noche del cazador. Hay más variantes, el Sam Bowden de El cabo del miedo / El cabo del terror, la sicótica pareja de Funny games, o Alex de La naranja mecánica. En estado puro son  iluminados, personajes que creen haber recibido una llamada para purgar a la Humanidad.

Camil Borgman, el protagonista de esta película, es un hombre de mediana edad, culto, inteligente e indigente. Lidera una banda que se esconde en los bosques. Seleccionan individuos ricos al azar y los asedian psicológica y físicamente. El tema y la puesta en escena evidencian la influencia de Michael Haneke. Pero también de Buñuel y Tarantino, al que se supera por macabrez cómica en algún pasaje. Hay personajes fascinantes como el protagonista (soberbio el actor Jan Bijvoet), inquietantes (la hija pequeña), cómicos (la pareja masculina de esbirros recuerda a los Blues Brothers; la de féminas es una variante bífida del señor Lobo) y patéticos (el ejecutivo y su esposa). La mansión de diseño ultramoderno ejerce como un personaje adicional. La música es casi imperceptible y desasosegante. El argumento es muy inverosímil, con muchos cabos sueltos o mal explicados; pero incluye gags antológicos y los diálogos son escuetos y atinados. Película muy extraña. Humor negro, negrísimo, pero no hueco. Apela a un tema perenne y presente, el descompensado reparto de la riqueza en el mundo y el anhelo que muchos tienen de reparar esas injusticias. ¿Por el medio que sea?

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