Publicado en Diario de Mallorca el 17/8/10
PHILIP MORRIS, ¡TE QUIERO!
Nacionalidad: Estados Unidos, 110 min. Director: Glenn Ficarra, John Requa. Actores: Jim Carrey, Ewan McGregor, Leslie Mann, Rodrigo Santoro
Cuando se califica una historia como increíble pero real es un farol o una confluencia de circunstancias muy infrecuentes. La vida de Steve Rusell tiene algunos puntos en común con la del estafador Frank Abagnale (recreada por Spielberg en Atrápame si puedes) pero es más extrema aún: adoptado, gay, coeficiente intelectual de 163, famoso en el estado de Tejas (gobernado entonces por George W. Bush) por su habilidad para fugarse de prisiones de alta seguridad, la última vez simulando estar enfermo de SIDA y logrando convencer de su muerte. Antes y entre medias trabajó como policía, se casó con una piadosa mujer, se hizo pasar por abogado, director financiero de una gran empresa o médico, y vivió a todo tren. Y en una de sus estancias entre rejas se enamoró perdidamente de otro preso, Philip Morris. Stuart era un caballo desbocado, cínico, pícaro, ciclotímico, incapaz de ordenar su vida, incapaz de reconocer su identidad, atribuyendo su descontrol al engaño de su adopción.
Glenn Ficarra y John Requa narra con desacomplejado humor la huída hacia delante del protagonista. El casting ha sido igual de arriesgado, por la tendencia al histrionismo de Jim Carrey. Sin embargo convence, divierte, y está muy bien secundado por Ewan McGregor. El ritmo es alegre, sin pausa, bien reforzado por la fotografía del mejicano Xavier Perez Grobet (Nueve vidas). El tratamiento abierto de la homosexualidad y el ateísmo latente pueden herir la sensibilidad de más de uno, igual que la indisimulada simpatía hacia el delincuente. Philip Morris, ¡te quiero! es una película para mentes abiertas, tragedia delirante, refrescante, tan cierta como increíble.
1 comentario:
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