Publicado en Diario de Mallorca el 24/8/10
MAMA ESTÁ EN LA PELUQUERÍA
Nacionalidad: Canadá, 97 min. Director: Léa Pool. Actores: Laurent Lucas, Celine Bonnier, Marianne Fortier, Hugo St-Onge-Paquin
Entre mercenarios, espías, malabaristas mentales y estresados juguetes, se agradece una propuesta nostálgica e intimista. Mamá está en la peluquería cuenta las tribulaciones estivales de una familia de clase media desahogada en el Canadá francófono a finales de los sesenta. Él es médico especialista en enfermedades tropicales; ella, periodista freelance; la hija mayor vive los primeros espasmos de la adolescencia; el mediano hace pinitos para ingeniero industrial, el menor tiene una discapacidad intelectual con brotes de confusa violencia. Algo no funciona en la pareja adulta, un secreto del padre que acaba saliendo a luz y deriva en la brusca fuga de la madre a Londres (la frase del título es el equivalente anglosajón de irse a por tabaco). El padre afronta con impericia y estupor su nuevo rol.
Mamá está en la peluquería es otra de esas historias mínimas con personajes atractivos y guión muy fino (excelente dosificación inicial de las tensiones subterráneas, corte de las secuencias en los momentos justos, humor bien puntuado). No es redonda porque la segunda parte del filme cae en una premiosa y peligrosa autoindulgencia, y por el exceso de personajes especiales. El vecino sordo está muy logrado, pero sumado al hijo pequeño carga un poco. Las virtudes prevalecen en conjunto, reforzadas por la fotografía imitando el granuloso, saturado y adorado Kodachrome, una banda sonora rememorando éxitos como el Bang Bang de Nancy Sinatra o el Ya-Ya de Lee Dorsey; y buenas actuaciones. Excelentes el niño pequeño, la chica adolescente y el extraño vecino; correctos los padres. Película no redonda pero que deja, como las fotografías coloristas de esa época, buen sabor de boca.
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