lunes, 22 de febrero de 2010

No pierdas la cabeza, Teddy

Publicado en Diario de Mallorca el 23/2/10

SHUTER ISLAND

Nacionalidad: Estados Unidos, 138 min. Director: Martin Scorsese. Actores: Leonardo di Caprio, Ben Kingsley, Michelle Williams, Max von Sydow

Martin Scorsese repite incursión en el thriller de suspense, tras el Cabo del miedo (1991). Shutter island adapta una novela de Dennis Lehane con mimbres de best seller. Ambientación en 1954, con ecos de la posguerra (nazis, campos de concentración), referencias al Macarthismo y paradigmas del género: un Alcatraz psiquiátrico, un médico con escasez aparente de escrúpulos, insinuación de experimentos inhumanos y un protagonista con identidad y salud mental en entredicho. Como ocurre en obras similares, al llegar a un punto en que se pone en cuestión todo, se abre la puerta al “vale todo” y la noria de vueltas de tuerca finales. Aceptándolo, está bien armada y mantiene la tensión constante. En el plano técnico Scorsese prueba un híbrido entre Hitchcock y Kubrick, efectivo pero dispar. Buen equilibrio entre acción en exteriores e interiores y no abusa de sustos gratuitos. En el artístico explota al destacado reparto. Di Caprio se deja piel y coco en el papel, Kingsley y Michelle Williams magníficos, von Sydow y Ruffalo más discretos. La música muy, demasiado, patente.

Hay un debate sobre si esta película está a la altura de su director. Más que eso, yo creo que la cuestión es si Scorsese sigue siendo Scorsese. Woody Allen o Clint Eastwood, cineastas de edades y currículos equivalentes, tienen similares altibajos pero mantienen señas de identidad. Shutter Island mezcla estilos a nivel visual y es hueca en lo argumental; podría firmarla Rob Marshall, Barry Levinson u otro artesano de Hollywood. Si cerramos los ojos ante el rótulo del director, es entretenida y tiene un excelente reparto.

1 comentario:

PauMcartney dijo...

Señor Alomar, entiendo que deba ser breve en sus críticas pero no argumenta sus opiniones. ¿Por qué tiene trampa la película? Dígame que es lo que no cuadra. Ése "vale todo" huele a eufemismo o pereza mental.