jueves, 8 de julio de 2010

Este es tu padre

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 8/7/10

HIJA DEL AMOR

Allegra Huston. Circe, 286 pags. Barcelona, 2010

Cine.Literatura. El primer recuerdo que tiene Allegra Houston de su padre es borroso, lógico por su edad (cuatro años y medio). Recuerda el lugar (el hotel Claridge’s de Londres), por referencias. Tampoco está segura de si fue antes o después del accidente de su madre.

Allegra Huston es hija de Enrica (“Ricky”) Soma, la cuarta mujer de John Houston. Cuando se casaron, el ya famoso director de cine le llevaba veintitrés años de diferencia. Tuvieron tres hijos, Tony, Anjelica y Allegra. Cuando Allegra tenía poco más de cuatro años su madre se mató en accidente de tráfico mientras se dirigía al Lago Maggiore, en el norte de Italia. Cuatro décadas después Allegra ha hecho de tripas corazón y nos cuenta su pasado, su relación con sus hermanos, con las mujeres que la cuidaron, con los padres a los que apenas vio.

A John Huston le trata con una mezcla de cariño, distancia y crudeza: “Papá era una persona muy difícil como marido. Era infiel, egocéntrico, impaciente, inquisidor, sarcástico y un jugador empedernido.” Buscaba mujeres estilosas y, al poco tiempo de casarse con ellas, volvía a su vida de adicto al trabajo y a la vida: rodajes, viajes, juergas, romances extramaritales... La esposa de turno y los hijos eran escalas temporales en sus vuelos y proyectos. Se mostraba afectuoso con ellos pero desaparecía pronto. Tony y Anjelica aprendieron pronto a madurar y buscarse la vida. Allegra vivió su infancia pasando de casa en casa y regazo en regazo, niñera, abuelos maternos, hermana, madrastra, Irlanda, Nueva York, Los Angeles, Méjico…

“John no es tu padre.” A los doce años la siguiente esposa del director le contó la verdad, y preparó el encuentro con su padre. El verdadero. John Julius Norwich, vizconde de Norwich. La chica ya sospechaba algo por un artículo de prensa. Como ocurrió en su primer encuentro con el cineasta, fue un momento embarazoso para ambos.

Al hacerse mayor Allegra Huston estudió literatura inglesa y trabajó en el mundo editorial. Sus memorias son catárticas pero apenas traslucen rencor. Es una búsqueda y una reconciliación con su pasado. No se considera afortunada por haber vivido entre estrellas del cine (su padre, su hermana, Jack Nicholson) ni desgraciada por no haber tenido un padre y una madre que la criaran, o por el trajín a la que la sometieron. Aprendió pronto a adaptarse y a controlar sus emociones. Lo transmite con ese mismo comedimiento pero con una agudeza y sinceridad extremas. Las anécdotas sobre el mundillo de la farándula son mínimas. Lo que queda, lo que más destaca, es el desapego de sus familiares (¿extensible a ese nivel social?), las mezclas desmesuradas de ego y carisma de Huston o su abuelo materno, y el cariño de las mujeres que la cuidaron. Al final se permite un cierre feliz con el bautizo de su hija haciendo rafting en Nuevo Méjico.

Si su autora no fuera hijastra del cineasta, Hijas del amor seguramente no se habría escrito o publicado. Allegra lo sabe y ha sido capaz de ir mucho más allá. De trascender el morbo y dejarnos una cálida colección de recuerdos y unos atinados retratos psicológicos. Es el contrapunto, íntimo aunque compatible, a las divertidas bravuconadas de su padrastro en A libro abierto.

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