miércoles, 21 de julio de 2010

¿Quién quiere aprender árabe?

Publicado en Diario de Mallorca el 21/7/10

LONDON RIVER

Nacionalidad: Reino Unido, Francia, Argelia, 87 min. Director: Rachib Bouchareb. Actores: Brenda Blethyn, Sotigi Kouyaté, Sami Bouajila

En España, el 11-M sigue siendo tabú para el cine y la literatura de ficción. Estados Unidos lleva varios años explotando el 11-S con variadas propuestas; Reino Unido se atreve por fin con su 7-J. Con un significativo matiz: London River es una coproducción anglo-franco-argelina con director árabe. Narra el encuentro entre los progenitores de dos desaparecidos por el atentado, una madre británica de raíces rurales y un espigado musulmán norteafricano. Van hallando pistas, atando cabos y aflorando diferencias personales y socioculturales entre ambos. Las cartas están boca arriba. Hay una reivindicación, patente, de la prevalencia de los emigrantes árabes no violentos, de su derecho a no ser estigmatizados por el fanatismo de unos pocos. Ahí tiene toda la razón; sin embargo vende una imagen de apertura de los árabes a la permeabilidad (emparejamientos) con los cristianos más idealista que real.

Volvemos al eterno debate del cine americano frente al europeo. The visitor, con la que London River comparte temática de solidaridad y riqueza de personajes, explotó mejor las posibilidades dramáticas de su planteamiento sin caer en el sentimentalismo maniqueo. En la película de Bouchareb, este cronista se ha quedado con la sensación de que no se ha profundizado suficientemente el cogollo de la historia: la secular desconfianza entre etnias y culturas, y sus impulsos autoproteccionistas. Una modesta película puede ser tan ilustrativa como sesudos ensayos; London River no lo logra del todo por su tosco guión pero deja el suficiente buen poso, gracias al acertado tono y el gran trabajo de los actores.

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