jueves, 7 de octubre de 2010

Pendiente de un hilo

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 7/10/10

(1) Nunca es tarde si la dicha es buena. Adquiero, vía irrechazables rebajas de un comercio electrónico, las primeras temporadas de la serie The Wire. El tema no promete. Mafias variadas de una ciudad industrial venida a menos y policías tras ellas. Materia explotada hasta la saciedad desde hace décadas. El resultado convence. Hurgando en los claroscuros de los personajes, David Simon y Ed Burns han convertido la escala de grises en un triple arcoiris. Todos contra todos y contra sí mismos en cada uno de los bandos. Vidas personales en el alambre, policías con la profesión en la sangre, delincuentes que dan el salto de la astucia a la inteligencia; fiscales, abogados y jueces poniendo sus propias ilusiones, intereses y miserias en la balanza de la imparcial justicia. Se me agotan los adjetivos. Suena el telefonillo, un mensajero trae el pack de la tercera temporada.

(2) Llegó a ser dueño de 15 casas palaciegas, incluyendo castillos en Inglaterra y Bavaria e islas privadas en las Bahamas, cuatro yates, un jet, 30 automóviles incluyendo un Lamborghini, 9 Rolls Royce, 30 motos y famosas obras de arte. Ahora le persigue hasta el Cobrador del Frac. El pleito contra su contable ha permitido conocer los embarrados pies de uno de los actores más sólidos y cotizados de Hollywood, Nicolas Cage. ¿Hay que envidiarle, abuchearle, ignorarle, compadecerle, psicoanalizarle?

(3) Como autor (a tiempo parcial), aún es difícil saber si el libro electrónico encogerá mis paupérrimas regalías o si las ampliará levemente. Como lector, tengo ya el Kindle 3 y lo tengo y no lo tengo claro. Cuando me coma en un aeropuerto la próxima huelga de pilotos, controladores o maleteros podré elegir entre las 1300 páginas de El fantasma de Harlot de Mailer (Norman), las 900 del Cuarteto de Alejandría de Durrell (Lawrence) o las 310 de la Trilogía de Corfú de Durrell (Gerald) por el peso conjunto de un librito de bolsillo. Me alegraré de los árboles que he salvado y me preocuparé por la gente de imprentas, editoriales y librerías que se irán al paro. Echaré de menos el olor del papel, el color de las portadas, el mosaico de lomos con alturas, tonalidades y grafías diferentes en los estantes de mi biblioteca. Y, sin darme cuenta, atiborraré la memoria de mi ordenador y la de mi ebook con más libros de los que pueda leer en décadas. Es el progreso, ¿estúpidos!

1 comentario:

Unknown dijo...

Junto con Los Soprano, esta considerado 2 grandes series de todos los tiempos; yo estoy enganchadísimo a The Wire, a Omar Little y al teniente Rawls -mis 2 personajes favoritos- y me gustaría verla en V.O con subtítulos porque dicen que gana bastante...

saludos!