martes, 29 de diciembre de 2009

Matar y rematar

Publicado en Diario de Mallorca el 29/12/09

BIENVENIDOS A ZOMBIELAND

Nacionalidad: Estados Unidos, 88 min. Director: Ruben Fleischer. Actores: Jesse Eisenber, Woody Harrelson, Emma Stone, Abigail Breslin

“Comenzó con las vacas locas, pasó a los humanos locos, y de ahí a los zombies locos”. Explicación simple del apocalipsis que ha dejado Estados Unidos superpoblado de muertos vivientes e infrapoblado de humanos supervivientes. Cuatro de ellos (un adolescente panoli, un vaquero sicópata y una pareja de hermanas) se encuentran en la carretera, se van a Hollywood, se cuelan en casa de un actor y acaban en un parque de atracciones.

El argumento de Bienvenidos a Zombieland no es gran cosa. El género, comedia de casquería, es propenso a truchos de aficionados. El guión recurre a muletas creativas sobreexplotadas en comedia como la voz en off y los rótulos. Un gag de larga continuidad: la lista de normas de supervivencia que tiene el protagonista, inocuas en su enunciado (“ponerse el cinturón de seguridad” “cuidado con los baños”), divertidas en su ejecución ante los atolondrados zombies. La extraña pareja masculina inicial (Harrelson y Eisenberg) da mucho juego; cuando se suman las damas (Breslin y Stone) el interés resta, derivando hacia el manido terreno sentimental. La aparición de la estrella invitada y la traca de feria final dejan buen sabor de boca. Hay además guiños cinéfilos (Los cazafantasmas, Adventureland, el zombie vestido de Chaplin) y musicales (el banjo, las referencias al rockero Van Halen) reforzados con una banda sonora cañerita.

Bienvenidos a Zombieland es humor gamberro, negro, menos escatológico de lo que aparenta y edulcorado con la tramita amorosa. A los que les vaya este género (en él se fogueó Peter Jackson con Mal gusto y Braindead; otro buen ejemplo reciente es Zombies party) se van a reír. Mucho.

sábado, 26 de diciembre de 2009

¡Auuuuuuuuuuu!

Publicado en Diario de Mallorca el 25/12/09

DONDE VIVEN LOS MONSTRUOS

Nacionalidad: Estados Unidos, 101 min. Director: Spike Jonze. Actores: Max Records, Catherine Keener, Mark Ruffalo

Donde viven los monstruos es un delicioso cuento ilustrado para niños muy pequeños escrito por Maurice Sendak hace un cuarto de siglo. Veinticuatro páginas y un texto que no supera la decena de líneas. Spike Jonze (Como ser John Malkovich, Adaptation) ha echado valor, convicción y un generoso presupuesto para estirarlo a hora y media de celuloide.

El argumento arranca con una pelea entre una madre separada y su caprichoso hijo. El joven se escapa de casa y vive la fantasía de que encuentra un barquito a vela, navega hasta una isla perdida y se convierte en el rey de los monstruos que la habitan. En aparencia no ocurre casi nada. Sí ocurre. El niño intenta suavizar las tensiones internas e infundirles alegría jugando con ellos y dirigiendo la construcción de un fuerte. Y les traslada también su arbitrariedad y egoísmo infantil, reavivando los conflictos. Hay (o eso he visto yo) una reflexión taimada y aguda sobre las eternas dificultades de criar a los niños, sobre la complejidad de la convivencia, lo fácil que es confrontar el ego de uno con la armonía del grupo. Y hay unas bellas historias de amor y amistad. La ambientación logra recrear el encanto de los monstruos de Sendak, correteando junto al niño por bellísimos paisajes del sur de Australia; la realización sigue el tempo de los agridulces temas pop-folk de Karen O.

A los espectadores que vayan con sus retoños les gustará más o menos. Los que vayan picados solo por la curiosidad les dejará fríos o saldrán emocionados del cine, aullando como el chico y los peludos monstruos del filme.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Las reglas de Pandora

Publicado en Diario de Mallorca el 21/12/09

AVATAR

Nacionalidad: Estados Unidos, Reino Unido, 162 min. Director: James Cameron Actores: Sam Worthington, Sigourney Weaver, Stephen Lang, Michelle Rodriguez

Rinocerontes con cabeza de pez martillo, semillas voladoras con cuerpo de medusa, perros salvajes con caparazón de escarabajo, aves fragatas con cabeza de tiranosaurio y cresta invertida de casuario, flores que se abren y cierran como anémonas, helicópteros con forma de coleópteros, la bahía de Halong reconvertida en islotes flotantes, científicos (y un militar) que se meten en cofres de rayos UVA y desde ahí dirigen telepáticamente a sus dobles infiltrados entre los nativos del planeta invadido…

Doce años después de Titanic, James Cameron se sube a los carros del ecologismo y la fusión entre imágenes reales y animadas. Mantiene intactas su ambición creativa y lucrativa: duración larga, presupuesto estratosférico y larvados homenajes a epopeyas y filmes, libros y videojuegos bélicos, fantásticos y de ciencia ficción. El argumento hace temer otro culebroncete palomitero: los humanos intentan esquilmar con la fuerza bruta las riquezas minerales de un planeta habitado por unos idílicos humanoides. Escocido quizás por las críticas al simplismo de Titanic, Cameron añade más capas esta vez. El protagonista lucha contra sus limitaciones físicas (paraplejia) y se debate en cada uno de los dos mundos entre la obediencia marcial y la empatía visceral. El resto de personajes (la científica, la aviadora, el coronel, la amazona, los líderes de la tribu) están más encasillados pero bien orquestados. La música es también muy obvia; los actores, cuando son físicos, están más que aceptables.

Cameron no es, ni quiere ser, Coppola; Avatar no pretende emular a Apocalypse now. Como espectáculo es fastuoso; y se acerca al público más exigente con detalles de gran originalidad y un argumento algo menos estereotipado. Recomendable con esta premisa.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Monstruos navideños

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 17/12/09

CINE. La crisis, o el la flojera de piernas de los productores ante el inminente balance económico del año, ha resucitado al cine de terror. Las navidades, tradicional oasis para ese cajón de sastre rotulado “cine familiar” (en cristiano, películas para niños con más o menos bostezos para el resto) se apunta, a su peculiar manera, a esta moda, con el inevitable balance de aciertos y fiascos. Resumiendo:

Cuento de Navidad. Robert Zemeckis ha cogido el gusto a los híbridos entre animación y recreación real, tras Polar Express y Beowulf. Este año adopta la moda 3D adaptando una novela de Dickens. Las buenas actuaciones de los fantasmas de Jim Carrey y Gary Oldman no compensan la falta de alma y el exceso de pirotecnia digital del filme.

Planeta 51. Creadores españoles intentan demostrar que no hay tanta brecha entre nuestra piel de toro y la meca del cine. A nivel técnico se acercan a las últimas creaciones de Disney o Sony. A nivel narrativo (originalidad de la historia, profundidad de los personajes, capacidad de emocionar) están, es duro decirlo, a muchas galaxias de distancia de Pixar. Aun así, chapeau por intentarlo.

Lluvia de albóndigas. Parodia del cine catastrofista en formato de animación infantil. La mezcla puede sonar a castaña navideña; sin embargo sus creadores aplican la receta más básica del cine del cine (y cualquier profesión) talento y convicción. Lluvia de albóndigas (también en 3D) ofrece humor auténtico y una crítica inteligente, digestiva, del creciente problema de la bulimia y la comida basura.

Spanish movie. Que la parodia sea la más ligera de las comedias no quiere decir que haya que tomársela a broma, porque se acaba insultando a la inteligencia del espectador. Spanish movie copia un subproducto como Scary movie riéndose (es un decir) de los títulos más recientes de nuestra cinematografía. El resultado sólo se merece un adjetivo: infame.

Donde viven los monstruos. Un delicioso cuento para niños de dos años, escrito e ilustrado por Maurice Sendak hace 46 años ha dado pie a una ópera (Oliver Kunssen, 1980) y ahora un filme dirigido por Spike Jonze (Como ser John Malkovich, Adaptation). Doble reto: a) estirar un texto que ocupa menos que esta reseña hasta los 100 minutos. b) hacer creíbles, y adorables, unos monstruos de peluche (físico, sin animación) de tres metros de altura. Jonze logra ponerse a la altura de Sendiak en la, posiblemente, mejor película de estas inminentes navidades.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Elogio de la sombra

Publicado en Diario de Mallorca el 17/12/09

EL ERIZO

Nacionalidad: Francia, 100 min. Director: Mona Achache. Actores: Josiane Balasko, Garance Le Guillermic, Togo Igawa

Un edificio en uno de los barrios más nobles de París. La portera es una viuda gruñona y autodidacta que se atiborra de chocolate negro, lee a hurtadillas a Tolstoi y ve películas de Yasujiro Ozu. En el primer piso vive un ministro; su hija de 12 años combina una desaforada creatividad (video, dibujo) con un ingenuo pero real propósito suicida. Al segundo piso se muda un rico viudo japonés. La joven se avergüenza de su familia; la portera, de sí misma; el nipón, de su fortuna. Las dos mujeres amagan sus pasiones y pulsiones; el hombre mira, escucha y actúa.

La joven directora Mona Achache (27 años) adapta con cierta libertad el bestseller La elegancia del erizo, que vendió casi un millón de copias en Francia. Es una historia improbable y bastante literaria que mezcla levedad y profundidad. Retrata las miserias de los ricos y los complejos de los pobres con recursos melodramáticos (el anunciado suicidio, las neurosis de la familia de la chica, el flirteo entre los viudos), agradecidos recursos visuales (la cámara de video, las animaciones con efecto stop motion), unas gotas de fino humor y una sincera reflexión sobre la dificultad de gobernar nuestras vidas. Los actores son otro acierto. Josiane Balasko encarna magníficamente al erizo que da título al filme; Garance Le Guillermic hace creíble a la empollona sensible; Togo Igawa seduce con su serenidad.

A algunos espectadores quizás les chirríe la irrealidad del planteamiento o los tics culebronescos; a otros les cautivará la sutileza de otros pasajes y el excelente juego psicológico entre los personajes.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Es difícil hacer películas

Publicado en Diario de Mallorca el 13/12/09

ALGO PASA EN HOLLYWOOD

Nacionalidad: Estados Unidos, 104 min. Director: Barry Levinson. Actores: Robert de Niro, Bruce Willis, Robin Wright,

Inciso instructivo: los productores independientes seleccionan guiones, contactan actores y directores y llevan el paquete a los grandes estudios. Si la película triunfa, se llevan un buen pellizco de los beneficios; si pincha, mantienen sus generosos honorarios.

Algo pasa en Hollywood retrata un par de semanas de la frenética vida de uno de estos productores (Robert de Niro). En un proyecto casi finalizado, un macarra e iluminado director está empeñado en colar un escatológico final; en otro a punto de iniciar el rodaje su protagonista (Bruce Willis) se empeña en lucir una espantosa barba; el argumento se completa con los intentos del productor por volver con su última esposa. Aparece el rosario completo de personajillos del show business: ejecutivos, directores agentes, guionistas y buscavidas de todas las etnias y sexos. Y las imaginables puñaladas traperas de todo tipo o el recurso a sustancias químicas legales e ilegales. Como comedia tiene un par de secuencias divertidas (el salón de belleza, el cementerio) aunque sin la causticidad de filmes como S.O.B. (Blake Edwards) o El juego de Hollywood (Robert Altman). Como drama falta sangre. En ningún momento se cuestiona la obsesión por el dinero, el lujo o la adicción al trabajo. El ritmo de la película es algo cansino, la música simpática; los actores pagan las limitaciones no del guión, sino del propio planteamiento.

Francamente, por muy estresado que esté el protagonista, con la crisis actual cuesta compadecerse de un hombre que viste de Armani o equivalente, circula en un Porsche Cayenne y duerme en el hotel del Cap d’Antibes cuando va al Festival de Cannes. Entretenida.

martes, 8 de diciembre de 2009

Palomas, halcones y becarios

Publicado en Diario de Mallorca el 8/12/09

IN THE LOOP

Nacionalidad: Reino Unido, 106 min. Director: Armando Ianucci. Actores: James Gandolfini, Peter Capaldi, Mimi Kennedy, Chris Addison

Estados Unidos y el Reino Unido se confabulan para invadir un país asiático. No se dice cual, podría ser Irak hace un lustro y medio, Afganistán hace un par de años o Irán dentro de poco. Los fontaneros de ambos lados del charco trabajan frenéticamente para amañar las pruebas que justifiquen la acción bélica. El jefe de gabinete inglés y un subsecretario americano llevan la batuta; una ministra y un general americanos se oponen, un inocentón ministro británico es utilizado como pelota de ping-pong; una legión de becarios supuestamente asesora; en la práctica se dedican a hacer la pelota a sus jefes, liarse o darse puñaladas entre ellos, y dar chivatazos a los medios de comunicación. El presidente yanqui y el primer ministro inglés no aparecen, para acentuar su irrelevancia.

In the loop traslada al cine la serie de la BBC The thick of it. Es una comedia ácida, en línea (como se ha comentado ya en este diario) con Quemar después de leer, Si la cosa funciona o Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú, de Kubrick. La dirección es hiper acelerada, con una steady cam irritada (movimientos y zooms constantes e injustificados) que añade más frenesí al trajín vodevilesco entre ministerios, hoteles y la sede de la ONU. Diálogos muy picados y afiladísimos, con insultos, puyas y amenazas constantes. Los actores se prestan bien a la sátira. Soberbio, pytonesco, Peter Capaldi (foto superior del blog); muy creíbles James Gandolfini (Los Soprano) y Mimi Kennedy, correctos los aprendices de brujo. Si un 20% de lo que refleja esta película es real, es para echarse a temblar. Muy recomendable.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Pizzas volantes

Publicado en Diario de Mallorca el 7/12/09

LLUVIA DE ALBONDIGAS

Nacionalidad: Estados Unidos, 90 min. Director: Phil Lord, Chris Miller

El cuento infantil de Judi y Don Barrett que da título a esta película, trazó una surrealista fusión de gastronomía y meteorología. La adaptación cinematográfica añade una parodia de las películas catastrofistas. El argumento arranca con el mal fario de una isla al norte de Estados Unidos, condenada a soportar un tiempo gris perenne y a alimentarse exclusivamente de sardinas. Para cambiar el destino, un joven friki aspirante a científico inventa un máquina que haga llover hamburguesas, pizzas y donuts. Como es previsible, la máquina adquiere vida propia y amenaza con provocar un huracán alimenticio en el mundo entero.

Historias tan inverosímiles funcionan como metáforas. Este filme da pie a recordar que Norteamérica tiene un problema con la sobreabundancia e infracalidad de su gastronomía. Oportunidad desaprovechada; la reprobación se queda en dos brevísimos apuntes, potenciando más una sobada trama de codicia político-empresarial. Más lograda es la burla del cine cataclísmico, con guiños cinéfilos de otros géneros (Star Wars, Viaje Alucinante) y algunos gags excelentes (el coche volador perseguido por cuñas de pizza; los pérfidos pollos asados…). Los personajes (el bienintencionado y alocado joven científico, su anticuado padre, la guapa presentadora del tiempo, el egoísta alcalde…) son demasiado simples; la animación muy, y bien trabajada, con mayoría de escenas pensadas para el videojuego. Lluvia de albóndigas tiene un planteamiento simpático, animación excelente y final trepidante. Se habría agradecido una crítica más ácida de la epidemia (no se puede llamar de otra forma) sobrealimenticia que sufre Estados Unidos. Pero es una película de animación infantil que cumple su principal objetivo, divertir a los peques y entretener a los mayores.

jueves, 3 de diciembre de 2009

Éxito condicional

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 3/12/09

CINE. La buena acogida en taquilla de Celda 211, del mallorquín Daniel Monzón, no despeja las reticencias que este tipo de filmes han generado históricamente. El cine patibulario es el sospechoso habitual del gremio, con perenne desconfianza por parte de todos los estamentos, desde los productores a la audiencia. Los motivos son fundamentados: El género, como le ocurre al bélico, sufre un exceso de testosterona (a las féminas les atrae en momentos muy puntuales) y los calabozos se vuelven claustrofóbicos para el público que busca evasión pura. Mirando la mazmorra medio llena hay ganchos dramáticos poderosos: injusticias patentes o latentes, hombres dejándose llevar por o luchando contra los caprichos del destino, claustrofobia transpiración, filias, fobias, fraternidades, venganzas, fugas inteligentes y castigos indignantes.

Hurgando en el baúl de los DVDs, y acotando el género a los dramas sin guerras o gillotinas por medio, aparece un puñado largo de títulos históricos: Papillón (Franklin Schafner, 1973, guión de Dalton Trumbo, protagonistas Steve McQueen y Dustin Hofmann, “¡Eh cabrones, sigo aquí!”); La leyenda del indomable (Stuart Rosenberg, 1967, protagonizada por Paul Newman y George Kennedy; memorable cuando Paul Newman se traga 50 huevos duros en una hora); Fuga de Alcatraz (1979, Don Siegel dirige a Clint Eastwood; “¿Cómo fue tu juventud?” “Corta”), El hombre de Alcatraz (1962, John Frankenheimer; inolvidable Burt Lancaster hablando con sus canarios), Brubaker (1980, Stuart Rosenberg otra vez, dirigiendo esta vez a Robert Redford). Acercándose más al presente están Cadena perpetua (1994, Frank Darabont; gran mano a mano entre Morgan Freeman y Tim Robbins), Cube (1997, Vincenzo Natali) o la recientísima Estomago, del brasileño Marcos Jorge.

Ampliando el zoom a corredores de la muerte, conflictos armados, frenopáticos y comedia hay otra ristra de soberbios títulos y parejos directores: Bailar en la oscuridad (Lars von Trier), Doce del patíbulo (Robert Aldrich), Granujas a todo ritmo (John Landis), La gran evasión (John Sturges), Alguien voló sobre el nido del cuco (Milos Forman), Pabellón de reposo (Samuel Fuller), Arizona baby y Oh Brother! (hermanos Coen) y Down by law (Jim Jarmush con un hilarante Roberto Benigni). De nuestra cinematografía selecciono la reciente Salvador (Manuel Huerga), la desmadrada Todos a la cárcel (L.G. Berlanga) y la obra maestra, histórica, del mismo director, El verdugo. Sin cárcel física pero sí metafísica, alegórica, son las ejemplares Solaris (Andrei Tarkowski) o El ángel exterminador (Luis Buñuel). Y una frase que vale mil películas, la del borrachín Jack Nicholson en Easy rider: “Es muy fácil salir de la cárcel, salvo que hayas matado a alguien o seas negro”.

Los reparos a filmes ambientados en prisiones se superan sólo cuando hay un producto muy madurado en guión y dirección, para ablandar al estrado de los críticos; y un actor carismático para encandilar al jurado popular. Daniel Monzón ha adaptado y dirigido con garra la novela de Francisco Pérez Gandull; Luis Tosar, sin la apostura de Steve McQueen o Paul Newman, ha encarnado a un canalla igual o más convincente. El veredicto para Celda 211 ha sido un éxito incondicional.

Cariño, ¿dónde estás?

Publicado en Diario de Mallorca el 3/12/09

PARANORMAL ACTIVITY

Nacionalidad: Estados Unidos, 86 min. Director: Oren Peli. Actores: Micah Sloat, Katie Featherstone, Marc Fredrichs

Breve recordatorio: Paranormal activity ha sido el éxito más inesperado del año. Cine amateur, rodado con tres actores en casa del director; 15.000 dólares de coste y más de 100 millones recaudados. El argumento es tan mínimo como el presupuesto: una joven pareja cree que su casa está encantada; él compra una cámara de video para grabar al fantasma, que acaba armándola. Sólo hay una escena exterior, en la piscina del adosado, y dos fugaces actores secundarios. Casi media película se desarrolla en el dormitorio, con la cámara filmando lo que ocurre mientras la pareja duerme. Hay medio catálogo del género: habitaciones oscuras, ruidos extraños, objetos que se mueven, huellas misteriosas, una ouija y diálogos tipo “¡No entres ahí!”.

Oren Peli ha aplicado con astucia la máxima de trocar los obstáculos en oportunidades: Convierte a los actores en operadores de cámara, y a la cámara en estrella invitada. Intenta colar el filme (como El proyecto de las brujas de Blair, o como REC) como un video real; truco que el espectador acepta por el favorable boca-oreja previo. Lo mejor de la película es que, sin contar nada nuevo, da el pego. El juego entre el escepticismo de él y el presunto trauma paranormal de ella crea buenos conflictos. La claustrofobia de la vivienda llega incluso a recordar a El ángel exterminador de Buñuel. Y los sustos, aunque burdos y requetevistos (la puerta que se cierra sola, el fantasma metiéndose bajo la sábana o arrastrando a la chica por el pasillo…) provocan escalofríos. Paranormal activity es una propuesta tan sencilla como efectiva, que gustará a los amantes del género.

martes, 1 de diciembre de 2009

Lui-même

Publicado en Diario de Mallorca el 1/12/09

BUSCANDO A ERIC

Nacionalidad: Reino Unido, España, Alemania, 116 min. Director: Ken Loach. Actores: Steve Evets, Eric Cantona, Stephanie Bishop

Buscando a Eric junta tres formulas no demasiado explotadas en comedias y dramedias: fantasma bueno ayudando a los mortales (Ghost, El fantasma y la sra. Muir), famoso inspirando a un apurado protagonista (Sueños de un seductor) y terapeutas en acción (Los Soprano, Una terapia peligrosa). Resumen del cocido: Un cartero ingles con dos hijastros adolescentes conflictivos recurre al fantasma de un famoso jugador de fútbol (el galo Eric Cantona, que hizo época en los pastos balompédicos ingleses) para rehacer su autoestima, enfrentarse a unos mafiosos del barrio e intentar recuperar un amor de juventud.

La película tiene un buen equilibrio entre humor, drama y romance. El toque cómico está en la gracia del futbolista reconvertido a psicoanalista y la campechanía de los amigos, cuarentones esmirriados o con hermosas tripas cerveceras, hablando con el cerrado acento del norte británico. La trama gangsteril está muy vista, aunque se resuelve en el tercer acto con mucha gracia. La amorosa es muy verosímil. En el reparto, Eric Cantona hace, como resalta en los créditos, de lui-même; mantiene intacto su carisma de chico duro, inteligente y cercano. Steve Evets y Stephanie Bishop están sobresalientes. El resto, actores aficionados. muestran gran soltura y desparpajo.

Ken Loach resucita el humor de sus inicios (Riff-Raff, Lloviendo piedras) y aparca temporalmente la militancia, la obsesión por denunciar las injusticias de gobernantes, capitalistas y delincuentes pasados y presentes. Buscando a Eric es un filme divertido, creíble y que deja buen sabor de boca. Con la guinda futbolera de la repetición de los mejores, soberbios, goles del astro francés ya retirado.