jueves, 7 de abril de 2011

Paseo de ronda

Publicado en el sumplento Bellver de Diario de Mallorca el 7/4/11

3 horas = 333 minutos

5,5 horas es la duración de la miniserie televisiva Carlos de Olivier Assayas sobre el famoso terrorista marxista de los años 70. La versión en cine sólo dura tres. En el último Festival de Cannes hubo polémica sobre el formato. Los puristas sostenían que era una serie de televisión (como si HBO hiciera refritos de Los Soprano o The Wire para los festivales) y no un producto concebido inicialmente para la gran pantalla. Fue admitida al certamen y recibió elogios unánimes. Victoria para los relativistas del siglo XXI, los que defienden que es lícito, y beneficioso, aflojar de vez en cuando los corsés de los formatos. Estreno inminente, por fin.

14 millones de euros había recaudado Torrente 4 hasta el 23 del 3. No paladeará el Oscar a la mejor película extranjera ni el Goya al mejor guión, ni falta que le hace. ¿España y nosotros somos así o sólo ha sido una inyección terapéutica, una cata del pozo oscuro para recordar que heces somos y en gusanos nos convertiremos? Lo que sí augura, si Almodóvar está a la altura de sus precedentes, es un cierre de año con enésima batalla sobre el Estado del Cine Español.

89 años vivió Jane Russell. Las únicas curvas que eclipsaron a las de Marilyn Monroe. Logró que la secuela de Los caballeros las prefieren rubias se titulara Los caballeros se casan con las morenas. No lo consiguió el excéntrico multimillonario Howard Hughes (torpemente retratado en El aviador) a pesar de su asalto por aire, mar y tierra. Su vida personal no fue de película, con varios matrimonios, flirteos con el alcohol y abrazo final al extremismo religioso. Se excusó de nuestra compañía el 28 de febrero. Descanse en paz.

15 novelas escribió Michael Connelly hasta 2005. La 16ª, El inocente, visitará nuestras pantallas a principios de verano. Sorprendentemente es sólo la segunda adaptación de un thriller de ese autor, tras Deuda de sangre, dirigida por Clint Eastwood en su irregular anterior etapa. El inocente encaja en un género poco fotogénico, las intrigas de estrado, pero el talento de Connelly es muy depurado. Lleva al límite su máxima de agitar a los protagonistas con claroscuros muy marcados, poniéndoles entre la pistola y la pared y haciendo sufrir a los lectores/futuros espectadores tanto o más que ellos. No sólo los vikingos viven un boom de novela negra. Connelly, Harlan Coben, Philip Kerr, Dennis Lehane o Don Winslow forman el excelso dream team anglosajón actual.

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