Publicado en Diario de Mallorca el 25/01/09
REVOLUTIONARY ROAD
Nacionalidad: Estados Unidos, 119 min.
Director: Sam Mendes
Actores: Kate Winslet, Leonardo di Caprio, Kathy Bates, David Harbour
Viendo el trailer, Revolutionary Road parecía el enésimo drama de pareja burguesa en crisis. Vista la película, se confirma que es el enésimo drama de pareja burguesa. Y que se merece los piropos recibidos, porque conjuga unos sólidos cimientos literarios (adapta la primera y más conocida novela del semi desconocido Richard Yates), una dirección sobria y unas actuaciones excelentes.
El punto de partida es aparentemente anodino: Una joven matrimonio siente la claustrofobia del “juego de las casitas” (soportar un trabajo tedioso para tener una bonita casa y criar una familia). Sólo se diferencian de sus amigos y vecinos en que se sienten especiales. O sea, superiores a ellos. Y eso les hace infelices, hasta el punto de plantearse soltar amarras e irse a vivir a Europa. Lo mejor, lo difícil es que siendo mediocres y sin los pies en el suelo, al mismo tiempo son cercanos y actuales. Mucha gente se ha planteado dar un giro a su vida, ha sentido que es monótona; ha sufrido crisis de pareja por comidas de coco. Y mucha gente ha tenido la duda, o la excusa, de si es una huida hacia adelante. Eso es lo que refleja de forma convincente la película. Sam Mendes no es un fuera de serie pero ha echado toda la carne en el asador. Quizás demasiada: la fotografía es preciosista, con una recreación cuidadísima y todo impoluto. Los actores (Di Caprio y Winslet) están magníficos, aunque en varios momentos uno se maravilla más por su interpretación que por lo que está ocurriendo a sus personajes. Los secundarios están a su misma altura y eso es un tanto para el director. La música de Thomas Newman es tan atinada como algo redundante.
Obviando el inútil debate de si merecía más o menos nominaciones a los Oscars, Revolutionary Road jugará poco pero fuerte con la interpretación de Kate Winslet. Buen, e incisivo, drama sobre el conflicto entre seguridad y felicidad que acecha a los burgueses.
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