A las duras y a las inmaduras

Publicado en Diario de Mallorca el 20/01/09

EL TRUCO DEL MANCO

Nacionalidad: España, 87 min.
Director: Santiago Zannou
Actores: Juan Manuel Montilla, Ovono Candela, Alicia Orozco, Diego Carrasco.

La fascinación de los burgueses por las penurias de la clase humilde ha llevado, en muchas ocasiones, a retratos condescendientes o paternalistas. El truco del manco viene con el aval de que su director, Santiago Zannou se ha criado en uno de esos barrios, como Roberto Saviano (Gomorra) o Paulo Lins (Ciudad de Dios).

El truco del manco evidencia la inexperiencia o impericia de Zannou como narrador. Conoce la cruda realidad de los guetos urbanos, pero eso no deja de ser un telón de fondo. La historia es demasiado previsible: un chico discapacitado se ve empujado a la delincuencia para sacar adelante su sueño, montar un estudio de sonido. Primera inconsistencia: el protagonista de la película no quiere ser cantante (¿para evitar que parezca autobiográfica?) y el estudio es para ayudar a su mejor amigo que no pone el menor interés en que le ayude. Y al final sí se pone a cantar, sin mediar explicación. Segunda falla: su inmadurez. Quiere tener el estudio en menos de un mes no se sabe por qué, y se niega a obtener el dinero legalmente “por que a él no le va eso”. Una cosa es evitar la compasión por su discapacidad y otra pasarse la película entera increpando a todo el mundo, como hace él. Se mete en trapicheos, acaba en un lío gordo y no muestra ni astucia para superarlo, ni ganas de jugar limpio, como sus amigos gitanos. Es una pena porque el cantante/actor se muestra muy suelto ante la cámara. Los demás muestran más voluntad que talento.

Intentando evitar el paternalismo y el final feliz impostado, El truco del manco cae por el lado opuesto, el drama forzado. Todos sabemos que la vida en los barrios marginales es muy dura (Gomorra es un excelso ejemplo), pero cuando vamos al cine esperamos algo más. Unos personajes que se hagan querer de algún modo y una historia que aporte algo más, o de forma más original, que robos, drogas y palizas.