jueves, 29 de enero de 2009

Repetimos

Publicado en el suplemento Bellver de Diario de Mallorca el 29 de enero de 2009

CINE. Que los productores de Hollywood tienen alergia al riesgo no es nada nuevo. Cuando una película funciona se embarcan enseguida en una segunda, tercera, cuarta y trigésima continuación, hasta que los sufridos espectadores levantan por fin la mano e inclinan el pulgar hacia abajo. Momento que aprovechan los corbatas para sacar de la manga un remake.

Uno y varias docenas. En estos momentos hay en distintas fases de desarrollo y producción al menos 30 secuelas y 38 remakes. En verano de 2008 recibimos una sobredosis de las primeras. El invierno arrancó con un inquietante aperitivo de las segundas, la inútil, sosa y falsa Ultimátum a la Tierra. Hay para todos los gustos y colores. Incluso la productora de animación Pixar está siendo abducida por la corriente. Repasemos lo que nos viene:

Las secuelas ya no se limitan a los superhéroes, los personajes animados o los Indiana Jones. Pronto vamos a ¿disfrutar? las segunda partes de Yo Robot, Noche en el museo, Ghost Rider, Cars, Soy leyenda, La pantera rosa (remake a su vez de los inolvidables filmes dirigidos por Blake Edwards y protagonizados por Peter Sellers), El caso Thomas Crown (remake a su vez del sofisticado thriller de guante blanco protagonizado por Steve McQueen y Faye Dunaway), las terceras de Toy Story, Ice Age o Ace Ventura, la cuarta de Parque Jurásico, las quintas de Shrek, Scary Movie y Saw

Los remakes, por su parte, salen del cajón sin aparente criterio ni vergüenza. Hay una predilección por la ciencia ficción (Robocop, 1984, Dune, Akira, Tron) terror (Hellrariser, Viernes 13, Evil dead, La última casa a la izquierda), excentricidades (Los albóndigas, Conan el bárbaro) y una falta de respeto, o inconsciencia, hacia míticos directores como Hitchcock (Los pájaros) Truffaut (Fahrenheit 451) o el creador de efectos especiales Ray Harryhausen (Furia de titanes)

Uno se pregunta si la hornada de jóvenes productores que ha tomado el control de Hollywood tiene realmente el control. Si ese desprecio total por las ideas nuevas se debe a fiables estudios de mercado o a pura cobardía (bajo el pretexto de minimizar riesgos) e incultura (camuflando con cinefilia la incapacidad para detectar buenas historias originales). Hay que ser positivos. Debemos darles un voto de confianza y creer que estas 68 secuelas y remakes serán dignas y aportarán algo nuevo. Un voto como el que dábamos a los expertos en Bolsa hace pocos meses.

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