LA VERGÜENZA
Nacionalidad: España, 98 min.
Director: David Planell
Actores: Alberto San Juan, Natalia Mateo, Marta Aledo
El argumento La vergüenza (premio a la mejor película y mejor guión en el Festival de Málaga, uno de los barómetros más fiables de la cinematografía española), va de una pareja que ha acogido a un niño peruano y tramita su adopción definitiva. Durante el primer tercio apunta a una obra de escenario único, formato muy teatral pero que ha dado obras maestras del celuloide (La huella, La soga, El ángel exterminador…). Por inseguridad o vértigo David Planell lo abandona y arranca una trama entre el niño y la chica de servicio, prescindible en mi opinión. Y abusa de artificios narrativos como el corte de agua o los objetos desaparecidos.
Sin embargo lo mejor ocurre en la casa, la tensión creciente en la pareja por la inadaptación del chico y la visita de la supervisora de Servicios Sociales que destapa la caja de Pandora. En esas cuatro largas secuencias Planell bucea con una mirada muy incisiva, casi buñueliana, en la fragilidad de las parejas actuales, la utopía de la sinceridad entre ellos, el racismo que late en muchos de nosotros, y la complejidad y los sinsabores pocas veces previstos de la paternidad adoptiva. En el reparto, Alberto San Juan abusa de sus tics, inconsciente de que el drama exige mayor contención. Natalia Mateo sí muestra esa contención y está soberbia. Marta Aledo destaca también; más flojo el chico latinoamericano.
La vergüenza tiene virtudes y defectos opuestos a la mayoría de filmes nacionales: falla en el armazón superficial (abuso de situaciones azarosas, bifurcación de tramas forzada) y acierta en la profundidad del tema y los personajes. Recomendable.
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